DOMINGO Ť 29 Ť ABRIL Ť 2001
José Antonio Rojas Nieto
ƑNorteamericanizar o estadunizar energéticos?
Con admiración por el trabajo de
Guadalupe Morfín en la Comisión
de Derechos Humanos de Jalisco.
Para sus combustibles y su electricidad diarios, Estados Unidos consume energía equivalente a 50 millones de barriles de petróleo, la cuarta parte de la energía comercial del orbe. En particular, requiere 20 millones de barriles de crudo al día, también la cuarta parte del total mundial. Por desgracia, sólo cuenta con 2 por ciento de las reservas mundiales probadas, lo que a precios y producción actuales le garantiza siete años de abasto. Con el ánimo de alargar la vida de sus reservas, cada día importa más petróleo: hoy casi 10 millones de barriles al día. Por eso la obsesión de precios bajos.
Canadá y México consumen energía comercial que equivale, respectivamente, a cinco, y casi tres millones de barriles de crudo al día. México consume poco más de la mitad de energía que Canadá y la décima parte de Estados Unidos. Y, sin embargo, pese a tener muchas necesidades, por fortuna no se cuenta la de petróleo. Al menos todavía, a diferencia de canadienses y estadunidenses. Vale la pena subrayarlo: con precios y niveles actuales de producción, y suponiendo incrementos en las reservas en volúmenes iguales al crecimiento del consumo, canadienses y estadunidenses sólo contarán con crudo para siete años. México, para 24 o 50 si ya no se exporta crudo.
Una cuenta sencilla más. Si se considera como base de cálculo la producción y los recursos de los tres países de América del Norte, es decir, si se norteamericaniza el petróleo (lo que se proponen Bush, Chrétien y Fox), tendríamos reservas para 13 años, aunque sólo para este sexenio si sólo con las reservas de los tres se abasteciera su consumo. No se entiende, entonces, qué ganamos en este caso, en el del crudo con la norteamericanización: de reservas para 24 años (incluso exportando lo actual durante ellos) la política que se propone nos conduce a reservas para seis. En el caso del gas natural las cuentas son similares, a pesar de que, efectivamente, en estos momentos tengamos restricciones de producción por el rezago en el desarrollo de reservas. Canadá y Estados Unidos tienen gas natural para 11 y nueve años, respectivamente. México para 16. La norteamericanización representaría gas natural para 10 años.
Sí -efectivamente-, hay que reconocer que nosotros tenemos sólo seis refinerías; que refinamos 80 por ciento del crudo que necesitamos convertir en gasolinas, turbosinas, diesel, kerosen, combustóleo y otros residuales; y que, en cambio, Canadá y Estados Unidos cuentan con 20 y 50 plantas que los hacen autosuficientes en materia de refinados del petróleo que ya hoy -en el país vecino- alcanzan su máximo histórico: 20 millones de barriles al día, cifra a la que hubieran llegado hace cerca de 10 años si no se hubiera registrado el boom petrolero que llevó el precio a 70 dólares actuales por barril. Hoy se escandalizan con 30 dólares por barril.
Es indudable que en materia de combustibles y electricidad, México enfrenta situaciones delicadas y complejas. Tiene crecientes problemas para garantizar su abasto seguro, eficiente y limpio de combustibles y electricidad; y su balance energético primario se concentra, todavía y por desgracia, en un combustible que se acaba, que contamina...y que -por fortuna y por desgracia- le proporciona una jugosísima renta. Pero esto no conduce necesariamente a la norteamericanización de la que ya hablan los barones del dinero y del poder.
Hay que comprender bien lo que está en juego. Ayuda recordar, por cierto, la realidad del volumen de recursos involucrados y también, para sopesar aún más el asunto, la situación de la fertilidad de los yacimientos, la que determina directamente los costos de producción. Un ejemplo sobre esto último para reconocer la cantidad de dinero que está en juego en el ánimo por invertir en petróleo y gas natural en México, que se dibuja nítidamente atrás de esa norteamericanización. Los 558 mil pozo petroleros estadunidenses sólo producen un promedio de 11 barriles al día por pozo. Los 51 mil canadienses apenas unos 45 barriles al día. Y los 3 mil pozos mexicanos cerca de mil. Notable diferencia. Y, sin embargo, para no sobrevalorarla, hay que decir que en Irak -por ejemplo- poco más de mil 500 pozos tienen una fertilidad promedio de mil 500 barriles al día; y que en Irán apenas mil 120 pozos, 3 mil barriles cada uno al día; y -ya sólo para poner un último ejemplo- en Arabia Saudita se explotan mil 560 pozos con un rendimiento promedio de -ni más ni menos- que 4 mil 820 barriles al día por pozo. Por eso en todos estos países los ingresos petroleros tienen mucha, muchísima renta. En México son menores, pero su cercanía con Estados Unidos los agranda.
Todos estos números para sugerir que en realidad se corre el riesgo de que no se norteamericanicen los energéticos, sino de estadunidizarlos. Hasta hoy eso parece.