DOMINGO Ť 29 Ť ABRIL Ť 2001
SEMANA POLITICA EN ESTADOS UNIDOS
Ť Héroe recupera la memoria de hazaña que fue matanza
Ť Washington debería cumplir lo que le exige a otros países
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington, 28 de abril. Días antes de que periodistas estuvieran a punto de dar a conocer la noticia, un héroe militar y político estadunidense recuperó de repente la memoria: su hazaña condecorada en Vietnam en verdad fue una masacre de hasta 20 civiles desarmados, en su ma-yoría mujeres y niños. Esta fue sólo una de muchas milagrosas recuperaciones en los tiempos recientes contra la enfermedad na-cional que padece este país: la amnesia.
El ex senador federal y gobernador Bob Kerrey recordó esta semana la noche del 25 de febrero de 1969, cuando era un teniente de un escuadrón elite de la marina, conocido como Seals, cuando él y seis de sus hombres mataron hasta 20 hombres, mujeres y niños desarmados en una operación militar para capturar a un líder guerrillero en la guerra de Vietnam. Según él, todo es-to ocurrió por la confusión del combate nocturno. Pero otro miembro de su escuadrón recuerda que las víctimas, entre ellas de 14 a 15 mujeres y niños, fueron detenidas y asesinadas por orden directa de Ke-rrey, versión apoyada por testimonios de una mujer vietnamita entrevistada por el diario The New York Times.
Kerrey ganó la condecoración conocida como Estrella de Bronce y fue citado por matar a 21 miembros del Vietcong.
La nota será publicada este domingo en la revista dominical del New York Times, se-guida el martes por un programa sobre el asunto en la revista noticiosa de televisión de CBS 60 Minutes II, resultado de una larga investigación conjunta entre ambos medios. Kerrey decidió hablar por primera vez del asunto esta semana, y afirmó que durante más de 30 años ha cargado con esta memoria que lo llenó de vergüenza y culpa. "Me dio tanta vergüenza que deseaba mo-rir", comentó al Wall Street Journal.
Hace seis meses, de repente recuperó la memoria de un evento en otra guerra, la de Corea, con el caso de la masacre de cientos de civiles en No Gun Ri. También surgió un caso en la Guerra del Golfo Pérsico, que se refiere a un supuesto ataque encabezado por el general ahora retirado Barry McCaffrey sobre fuerzas de Irak que estaban retrocediendo (y no atacando, como se había di-cho). Los que habían sido declarados como enfrentamientos gloriosos y de valentía es-tadunidense resultaron ser, al parecer, acciones que podrían ser violaciones de los códigos militares y de otras leyes de guerra.
En el caso de Kerrey, no está en disputa que murieron sólo civiles desarmados en el pueblito de Thanh Phong, pero la manera en que sucedió continuará nutriendo el de-bate. Kerrey, actualmente rector de la New School University en Nueva York, insiste en que fue una tragedia, de tantas que oc urren en las guerras. De hecho, cuando Ke-rrey regresó de la guerra, se unió al creciente coro contra esa intervención.
El New York Times opinó en su editorial principal del jueves que "ésta es una historia que (con sus pruebas encontradas, sus ma-tanzas innegables y trágica secuela) resume la experiencia estadunidense en Vietnam y la locura de una guerra que entonces, como ahora, parece carecer de cualquier justificación excepto la destrucción de tantas vidas posibles de ambos lados".
Un veterano de Vietnam, el capitán de la fuerza aérea Brian Willson, solicitó esta se-mana que Kerrey y otros revelen su papel en el conflicto de Vietnam. "Bob Kerrey y yo, junto con casi 4 millones de otros hombres y mujeres estadunidenses, fuimos en-caramados en una intervención fundame ntalmente inmoral e ilegal contra los deseos auténticos de los vietnamitas de construir una nación independiente y soberana".
El veterano, quien llegó a ser una de las figuras más famosas del movimiento contra la guerra al regresar de Vietnam, y quien perdió sus piernas al intentar detener un tren que transportaba armas estadunidenses cuyo destino final eran las fuerzas armadas de El Salvador durante su guerra en los 80, agregó que "nuestra intervención violenta e ilegal en Vietnam fue, desafortunadamente, una aberración. Esta es una conclusión difícil, una muy dolorosa para reconocer sobre la nación en donde nos criamos y de la que somos ciudadanos. Pero nosotros los veteranos tenemos la opción de tomar una responsabilidad valiente por nuestras acciones, incluso si nuestro gobierno no lo hace. Bob Kerrey y sus hombres mataron por esta mentira, y este terrible asalto contra el pueblo vietnamita".
Willson concluye, en una declaración di-fundida por el Institute for Public Accuracy, que "es hora de reconocer nuestra responsabilidad.... Nuestras almas, y el alma de nuestro país, están en juego. Además, el futuro de la paz en el mundo podría depender sobre un profundo reconocimiento por parte del pueblo de Estados Unidos de que nuestras políticas imperiales son erróneas, y que ahora verdaderamente deseamos compensar por nuestros crímenes".
Tal vez se está dando, una vez más, el primer paso: recuperar la memoria y rechazar la tranquilidad incómoda de vivir en la amnesia. No hay pocos pueblos del mundo --desde Brasil y Chile, Angola, Nigeria, Indonesia, El Salvador y Nicaragua, Irak, y Cuba, entre tantos más-- que darían la bienvenida a, por lo menos, esto.
Pero más que nada, la prueba será si estas recuperaciones de memoria resultan en in-vestigaciones de posibles violaciones de derechos humanos por las autoridades estadunidenses. O sea, ahora se verá si lo que este país insiste ocurra en otros países en torno a la impunidad se aplica aquí mismo.