Ť La visión revisionista de los medios reconoce aspectos positivos de programas
Cine y tv refuerzan valores y ayudan a discernir
DPA
Los Angeles, 28 de abril. Una parte de la esfera política de Estados Unidos, con gente como el senador demócrata Joseph Lieberman a la cabeza, ha acusado tradicionalmente a Hollywood y a la cultura televisiva local por muchos problemas que enfrenta la sociedad estadunidense.
Cada vez que se dispara un arma en una escuela, el dedo acusador apunta a hombres y mujeres de la industria del cine, de las telenovelas y los videojuegos que tienen un efecto tan importante sobre los estadunidenses.
A primera vista, la censura parece justificada, pues la influencia de las películas y la televisión en la formación de costumbres culturales es mucho más importante que la de medios tradicionales como libros o periódicos. Por ejemplo, el film de Disney Pearl Harbour se convertirá sin duda en la versión popular de la guerra del país contra Japón, tanto si es históricamente exacta como si no lo es.
El poder de la tv sobre la impresionable juventud quedó demostrado el miércoles pasado, cuando un adolescente de Dallas se rompió una pierna por imitar un truco que vio en el show de la cadena MTV Jackass y que consistió en dejarse atropellar por un amigo a 30 kilómetros por hora.
Sin embargo, una serie de informaciones publicadas estos días están intentando cambiar esta imagen.
A la vez que se reconoce que Hollywood es el árbitro último del gusto popular, estos estudios argumentan que en vez de incitar a la violencia, todo producto del mundo del espectáculo --desde programas para niños hasta los concursos, pasando por thrillers y telenovelas-- contiene mensajes con un contenido que refuerza los valores sociales y ayuda a discernir entre lo bueno y lo malo.
Los malos no ganan
Incluso en los programas para niños que glorifican la violencia, como los Power Rangers hace unos años, la fuerza siempre se emplea como último recursos para enfrentar hechos malignos.
Hay mensajes de este tipo en casi todos los productos de comunicación masiva. Después de todo, ¿cuándo fue la última vez que vio ganar a los malos en una producción de Hollywood?
Según esta visión revisionista, incluso los "programas basura" contienen estos valores positivos. "Ni los críticos ni los fans de la reality-tv ven que estos shows son realmente pequeños juegos de moralidad", escribió James Poniewozik, el influyente crítico de cultura de la revista Time.
Como ejemplo, cita el hecho de que el "reality show" Survivor (Sobrevivientes) trata acerca de la necesidad de cooperar con los otros, compartir los dones y entender las motivaciones de otra gente. El ganador del juego el año pasado, intrigante y maquiavélico, se convirtió en una de las personas con peor imagen en Estados Unidos.
Incluso el último espectáculo de mal gusto La isla de la tentación, en el cual una serie de parejas se ven tentadas a engañar a sus novios, podría ser más que una mala parábola acerca de cómo hacer que las relaciones funcionen.
Pero esta opinión no surge sólo en Estados Unidos, sino de un movimiento internacional llamado Telenovelas para el Cambio Social que aspira a implantar en los programas de entretenimiento roles con valores positivos.
"La televisión en el mundo en desarrollo no es sólo entretenimiento, y no es vista como pérdida de tiempo. Está considerada motor de cambio social y desarrollo", dijo Dierthich Berwager, de la emisora internacional de televisión alemana Deutsche Welle.