JUEVES Ť 3 Ť MAYO Ť 2001

Ť Las opiniones de Xóchitl Gálvez carecen de valoración jurídica: Salinas Torre

Descalifican diputados panistas críticas a la legislación

CIRO PEREZ SILVA

Luego del rechazo que generó en distintos niveles de gobierno la ley de derechos y cultura indígenas aprobada la semana pasada por el Congreso de la Unión, ayer los diputados del PAN continuaron la defensa del documento, que fue turnado para su discusión a los congresos locales, e incluso descalificaron las opiniones que no coinciden con su visión.

El presidente de la Comisión de Gobernación de la Cámara de Diputados, el panista Armando Salinas Torre, se refirió a las opiniones vertidas por la responsable de la oficina para la Atención de los Pueblos Indígenas del gobierno foxista, Xóchitl Gálvez, y dijo que la funcionaria "difícilmente" puede hacer una crítica sobre los alcances de las reformas constitucionales.

"Yo más bien creo que ante una definición coyuntural, mediática, inmediata, de decir: con los zapatistas o con los legisladores, entiendo y respeto la posición de Xóchitl Gálvez, pero no me parece que tenga conocimiento de causa, en términos de la redacción constitucional propuesta".

Interrogado sobre la posibilidad de que el texto aprobado pueda modificarse, Salinas Torre admitió que todo cambio es viable, pero para toda propuesta hay un proceso legislativo. "Si no es esto lo que satisface, por supuesto que se debe seguir planteando, pero lo que aprobó el Congreso de la Unión en sus dos cámaras entra al Constituyente y el Constituyente son las legislaturas de los estados. Se aprueben o no, las modificaciones tendrán que sufrir otro proceso legislativo".

Irónico, recordó que cualquier persona que esté facultada para proponer una iniciativa puede plantear modificaciones. "Hasta donde yo sé, todos -menos el señor zapatista, que no es diputado- los que tienen (facultades), según la Constitución, pueden presentar una iniciativa. El grande debate ustedes lo vieron, lo conocen, lo sabe el pueblo de México: hay derechos única y exclusivamente para los indígenas y no para todos, es excluyente de 90 millones de mexicanos el derecho de 10, o se avanza en los derechos y cultura de los pueblos indígenas y se entienden para todos los mexicanos".

En este momento, insistió, la ley quedaría sin efecto en el supuesto de que las legislaturas locales no la aprobaran en sus términos, pero en el caso de opiniones como la de Xóchitl Gálvez, son puntos de vista que "carecen eventualmente de una valoración de alcance jurídico; lo que se propuso en la reforma constitucional, lo que está hoy, creo que no se ha visto".

Los propios juristas, la gente que ha apostado al humanismo, al reconocimiento de esos derechos, en una simple primera lectura no alcanzan a dimensionar los alcances de la nueva redacción de estos artículos. Entonces, reconozco a la señora Gálvez y "me congratulo de tener una gente tan entregada a combatir la pobreza, la desnutrición, el analfabetismo, el abandono de los pueblos indígenas, pero también merecen respeto todos aquellos mexicanos que creen que los derechos que consagra una Constitución son para todo ser humano, indígena, mestizo o de cualquier otra raza distinta".