JUEVES Ť 3 Ť MAYO Ť 2001

Ť En La Habana no se habló del comentario ardidos, dice el embajador Pascoe Pierce

Ninguna fricción entre México y Cuba: Gustavo Iruegas

ROSA ELVIRA VARGAS Y JUAN MANUEL VENEGAS

Entre México y Cuba no existe actualmente ninguna fricción, y a futuro la relación entre ambos países continuará como desde hace siglos: "intensa, continua y fuerte", aseguró Gustavo Iruegas, subsecretario para América Latina y el Caribe. A su vez, el embajador mexicano en La Habana, Ricardo Pascoe Pierce, declaró: "nadie está ardido ahora; todos estamos felices... después de la tempestad".

El subsecretario Iruegas habló en entrevista luego de representar al titular de la SRE, Jorge G. Castañeda, en la ceremonia de entrega del premio María Lavalle Urbina; ahí dijo que el reciente incidente diplomático entre México y Cuba por las expresiones de sus cancilleres ha quedado superado, y que las relaciones bilaterales "están bien, muy bien".

A su vez, Ricardo Pascoe señaló que fue llamado a la ciudad de México por Jorge G. Castañeda a fin de "evaluar" el momento que guarda la relación bilateral con la isla. "Vine sólo unos días para consultas de rutina con el secretario. Quisimos hacer un diagnóstico de los nexos entre nuestro país y la república de Cuba después de la votación en Ginebra... Y les puedo decir que son muy positivos en este momento".

Cuando se disponía a abordar el avión que lo llevaría de regreso a La Habana, el representante diplomático comentó que la visita del presidente Fox a territorio cubano sigue contemplada para este año, y no descartó que tan pronto se realice la Cumbre Iberoamericana de Lima, en octubre, se concrete la fecha del encuentro entre el Ejecutivo federal y Fidel Castro Ruz.

Insistió en que aquello de que los cubanos "están ardidos" ya quedó en el pasado, y que esa fue una expresión que se discutió más en México, porque en La Habana a nadie le afectó. Y reiteró: "nuestra relación no tiene ningún problema".

Se insistió en interrogar a Pascoe Pierce sobre el efecto que produjeron en Cuba las expresiones del canciller Castañeda, en el sentido de que en aquella isla "estaban ardidos" por el voto mexicano de abstención en Ginebra, cuando juzgó la situación de los derechos humanos en la isla. Respondió que en La Habana a nadie le afectó ese calificativo. "No me dijeron nada".

-ƑEl lenguaje diplomático ha cambiado?

-Posiblemente sea un poco más franco el día de hoy, pero eso, insisto, no afecta la relación entre los dos países.

-ƑEs necesario que los cancilleres de México y Cuba limen asperezas?

-Yo creo que no hay problema. Todos hemos dejado atrás estos comentarios y estamos mirando hacia adelante, y eso es lo positivo para los dos países.

-ƑSe llevan bien Castañeda y Pérez Roque?

-Sí, šse llevan muy bien!

El premio María Lavalle, homenaje a todas las mujeres

En la ceremonia donde las doctoras Gloria Ornelas Hall y Raquel Gerson Cwilich recibieron el premio María Lavalle, por su contribución en el área de las ciencias de la salud sexual y reproductiva, el secretario de Educación Pública, Reyes Tamez, señaló que mujeres más educadas son la base de sociedades más sanas y, en consecuencia, de comunidades con una mejor calidad de vida.

A su vez, el embajador Iruegas, al admitir que las mujeres enfrentan problemas reales y cotidianos con una desventaja discriminatoria y ofensiva que debe cesar cuanto antes, anunció que en septiembre próximo el presidente Fox enviará al Senado de la República, para efectos de su análisis y ratificación, el protocolo facultativo de la convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer.

Señaló, sin embargo, que no basta que México suscriba acuerdos internacionales, produzca leyes o introduzca conceptos para proteger los derechos humanos, si no los acompaña con la voluntad política y el compromiso irrestricto de cumplirlos.

En la ceremonia, en la que también estuvo el escritor Gabriel García Márquez, el representante de la cancillería se refirió a la labor de las galardonadas, a las difíciles condiciones de las mujeres pobres enfermas de cáncer o afectadas por enfermedades de transmisión sexual, y que viven, por ello, una doble victimización: por un lado, dijo, el padecimiento mismo con su alta dosis de penalidad social, y por el otro, la insuficiencia institucional para el tratamiento pronto, eficaz y adecuado a estos males que son la causa principal de muerte entre la población femenina y un grave problema de salud pública.