JUEVES Ť 3 Ť MAYO Ť 2001

Ť El gobierno le inyectó 102 mil 200 millones de pesos para rescatarlo en 1999

Bancrecer será vendido este año en condiciones de remate, como Serfín

Ť La proyectada transacción muestra el fracaso de la estrategia de rescate bancario: Di Constanzo
 
Ť En el caso del segundo banco se perdieron 108 mil 350 millones de pesos al venderlo

ANTONIO CASTELLANOS

Bancrecer, banco al que el gobierno federal le inyectó 102 mil 200 millones de pesos el 29 de octubre de 1999 para su rescate, será vendido en condiciones similares a Banca Serfín. Como se recordará, este último fue rematado en 14 mil 620 millones de pesos después de que se le saneó con 123 mil millones de pesos. Entonces se vendieron pesos en 11.91 centavos y se perdieron 108 mil 350 millones de pesos.

Según el Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB) el caso de Bancrecer será parecido al de Serfin. Un informe interno señala que la intermediaria ''se entregará muy limpia y muy bien estructurada. Es probable que en estos días la junta de gobierno apruebe la convocatoria para enajenar Bancrecer''.

Lo cierto es que Bancrecer quedará vendido este año y se invitará a un testigo de transparencia internacional que exige un pacto de integridad que dé claridad a los participantes en el proceso. El pacto de integridad se va a firmar al más alto nivel por parte de la junta de gobierno.

Según el documento, prácticamente ya está definida la forma de venta de Bancrecer. En el caso de la Afore se espera que Dresdner Bank se apegue a lo que ha planteado en las últimas fechas para la operación.

Los 102 mil 200 millones de pesos que se le inyectaron a Bancrecer cubrieron entre sus renglones la insuficiencia de provisiones preventivas para riesgos crediticios por 44 mil 317 millones de pesos; las pérdidas operativas de enero a octubre de 1999 por 21 mil 86 millones. También la cancelación de los intereses devengados y registrados en virtud de que se dejaron sin efecto las transacciones con el Fobaproa por 13 mil 965 millones.

El informe oficial del IPAB señala que el capital contable negativo a diciembre de 1998 por 11 mil 193 millones de pesos también fue cubierto. Otras partidas por 9 mil 195 millones 400 mil pesos, así como la restitución del capital necesario para operar por un importe de 2 mil 343 millones 600 mil pesos, también fue soportado por la multimillonaria inyección que se hizo. En su momento las autoridades reconocieron que este fue un rescate bancario con alto costo fiscal.

De las distintas instituciones privatizadas en 1992 sólo Banamex, Bancomer, Bital y Banorte sobreviven, pero según estimaciones oficiales se necesitan 7 mil millones de dólares para sanearse. Esta cifra, opinó Mario di Constanzo, asesor económico de la organización de deudores El Barzón, representa 85 por ciento del presupuesto de la SEP y es casi seis veces el de la Secretaría de Desarrollo Social.

Manifestó que la banca extranjera controla ya 70 por ciento de los activos bancarios totales, incluyendo el control mayoritario de BBV y Santander y se espera que la participación extranjera se incremente en los próximos meses.

Para el proceso de Bancrecer, el grupo financiero Banorte estableció su decisión de participar de manera individual o con capital extranjero. Según sus ejecutivos, importantes intermediarias foráneas se han acercado para buscar una alianza y lograr la compra de Bancrecer.

Durante la pasada administración federal, precisó Di Constanzo, la Comisión Nacional Bancaria decretó la intervención gerencial y administrativa de 49 intermediarios financieros de los cuales nueve son bancos: Cremi, Unión, Banpaís, Confía, entre otros, y sólo Jorge Lankenau y Carlos Cabal Peniche se encuentran bajo proceso.

Desde el inicio de la crisis bancaria, agregó, el gobierno ha subsidiado a la banca a través del ajuste de tasas de los pares del Fobaproa y para nadie es un secreto que el gobierno de Zedillo terminó con una deuda de 730 mil millones de pesos y un sistema bancario que desde 1995 a la fecha ha disminuido el crédito a las actividades productivas en más de 40 por ciento.

Señaló que todo lo anterior y la proyectada venta de Bancrecer en condiciones de remate, ponen de manifiesto el fracaso en la estrategia del rescate bancario, que se constituye como uno de los lastres más pesados y una fuente de presión para las finanzas públicas gubernamentales.