JUEVES Ť 3 Ť MAYO Ť 2001
Jean Meyer
La cabra tira al monte
Los rusos acaban de perder el último reducto de prensa y televisión independiente, con la toma de control del canal NTV y de los periódicos Sevodnia e Itogui por la paraestatal Gazprom. En el Congreso creo que hubo una sola voz de protesta, la del ex disidente y campeón de los de-rechos del hombre Serguei Kovaliov: "Cuando Putin dice que está orgulloso de ser un veterano del KGB, es como un canciller alemán que dijera que está orgulloso de haber sido nazi".
Kovaliov exagera, pero es cierto que así como "la cabra tira al monte", el ex KGB tira al control, al monopolio político y a la represión del pluralismo. Conozco perfectamente todos los defectos del capitalista Vladimir Gusinski, quien era el dueño de los medios de comunicación recién adquiridos por el Estado; no le quita que su canal y sus periódicos eran los únicos ca-paces de criticar al gobierno y al presidente, así como de cubrir los acontecimientos de Chechenia.
Precisamente esa ofensiva contra la crítica y la información se dio a propósito de lo que es, para mí, el mayor desastre de la segunda república rusa: las dos guerras de Chechenia. Al presidente Boris Yeltsin le tocó la primera, con la destrucción de Grozny, ciudad de 500 mil habitantes, y la segunda llevó a Vladimir Putin a la presidencia con un saldo total, entre las dos guerras, de por lo menos 100 mil muertos entre civiles y combatientes, de 300 mil personas desplazadas, de una cohorte in-terminable de violaciones, ejecuciones, desapariciones, torturas, atrocidades.
Si Yeltsin había probado el amargo trago de la guerra de Chechenia, Ƒcómo es que un hombre inteligente, sangre fría como Putin haya vuelto a la misma cicuta? En la primavera de 2001 los rusos se encuentran en la situación de la primavera de 1996. Cometieron dos veces el mismo error. No deja de ser sorprendente. Hojeo mis recortes de periódicos, de Sevodnia, de Itogui, los editoriales de NTV, todos los pronósticos de fines de 1999 decían que la victoria era imposible. Yo pensé en aquel entonces que el ejército ruso, después de castigar las provocaciones de Shamil Basayev (Ƒy de quién más?), se pararía en el río Terek y que Rusia ocuparía, quizá para siempre, esas llanuras de cosacos y de chechenos pro rusos: error. Putin y sus asesores creyeron tomar su revancha al atacar con todos los recursos existentes; hacia marzo de 2000 se pudo creer en la victoria, pero de nuevo se empantanaron los rusos en la guerra de guerrillas que dura hasta la fecha.
Hoy el ejército desmoralizado, mal abastecido, mal pagado, se encierra en sus búnkers y debe batallar para defenderse (que no para atacar) y merodear para alimentarse. Su desgaste es muy grande. El desgaste, el agotamiento del pueblo checheno es inmenso, pero con el tiempo el odio crece contra el "ocupante" que no trajo el orden prometido y mucho menos la prosperidad. Dicen que es una guerra de baja intensidad; no sé, pero esa guerra causa muchas bajas, a todos, cada día. Dicen que en la segunda guerra ya cayeron 40 mil civiles, 3 mil soldados rusos y otros tantos guerrilleros chechenos: Moscú apostó a una guerra relámpago; perdió su apuesta y quedó empantanado. Eso va a durar si la población rusa sigue en su pasividad, si no crece su oposición a la guerra. Como el gobierno no sabe qué hacer, lo más sencillo sería seguir así, esperar. A los escasos opositores les duele esa pasividad, pero parece que los sondeos de opinión se mueven un poco. En febrero 50 por ciento desea negociaciones, mientras que 38 por ciento apo-ya la guerra. Cincuenta y cinco por ciento no cree que se pueda ganar la guerra, 33 por ciento piensa que sí, pero pocos son los dispuestos a mandar a sus hijos a pe-lear. La misma resignación de la mayoría permitiría al presidente Putin tomar decisiones tan drásticas como retirar al ejército de Chechenia y reconocer la independencia de Chechenia al sur del río Terek: la sociedad aceptaría y no quedaría traumada por la "derrota".
ƑPodrían factores externos empujar al presidente a tomar semejante decisión o, por lo menos, a abrir negociaciones? Ni Europa ni Estados Unidos pueden presionar demasiado. Más allá de las condenas morales, Ƒqué podrían hacer? El 20 de abril la Comisión de los Derechos Humanos de la ONU condenó a Rusia por el uso continuo de una "excesiva" fuerza militar en Chechenia, aprobando así la resolución presentada por la Unión Europea. Eso le hará a Putin lo que el viento a Juárez. ƑEn-tonces? Se maneja la idea de que los chechenos preparan una gran ofensiva de ve-rano (como en 1996) para obligar a Mos-cú a salir del pantano. šOjalá que se en-cuentre otra salida!
Despedida: estimado lector, hoy termina mi larga y grata estancia en La Jornada. No vayas a pensar mal inventando lo que no existe. Antes de pasar a otra etapa de mi actividad periodística, dejo testimonio de la generosidad de Luis Hernández, Pedro Miguel y todos los jornaleros.