Ť Rinden homenaje a cinco compañeros caídos en la Segunda Guerra Mundial
Piden ex combatientes incluir en la historia nacional la gesta del Escuadrón 201
Ť Hemos recibido más reconocimientos en Estados Unidos, asegura Pedro Joaquín Martínez
GUSTAVO CASTILLO GARCIA
En su trayecto del Angel de la Independencia al Zócalo, provocaron que centenares de personas quedaran sorprendidas en balcones, ventanas y aceras, y sólo cosecharon el aplauso de cuatro transeúntes y un ¡Viva el Escuadrón 201!
Era un grupo de 15 viejos combatientes mexicanos de un total de 290 que participaron en la Segunda Guerra Mundial. Sus peticiones a las autoridades federales son: que se reconozca en la historia nacional la existencia del Escuadrón 201 y que en la guerra contra Japón, Alemania e Italia cayeron en el cumplimiento de su deber cinco pilotos, de los cuales sólo se recuperaron los cuerpos de dos, y tres se perdieron en el océano Pacífico, cerca de Filipinas.
Después de 56 años, cuatro sobrevivientes
siguen en espera de que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena)
reconozca su actuación y los considere pensionados del Ejército
Mexicano.
La defensa de la patria
El Escuadrón 201 fue creado el 22 de julio de 1942, cuatro meses después de que submarinos alemanes torpedearan los buques petroleros mexicanos Potrero del Llano y Faja de Oro.
La mayoría de los 290 miembros de la Fuerza Aérea Expedicionaria Mexicana Escuadrón 201 eran voluntarios que respondieron al llamado del entonces secretario de la Defensa Nacional, Lázaro Cárdenas, quien convocó a defender la patria de los ataques de las potencias del Eje.
A este grupo se sumaron ingenieros, pilotos, enfermeras, médicos, mecánicos, ayudantes, trabajadores de las fábricas de ropa de la Sedena ?civiles escogidos por su sindicato para participar en la guerra.
El 24 de julio de 1944 partieron de la estación de ferrocarriles de Buenavista hacia la base de Pocatello, Idaho, Estados Unidos, donde recibieron entrenamiento de parte de ex combatientes de la Segunda Guerra Mundial durante 9 meses.
El 23 de febrero de 1945, el entonces subsecretario de la Sedena, general Francisco L. Urquizo, los abanderó en la base Mayor's Field, y después de navegar durante 33 días, desembarcaron en el puerto de Manila, Filipinas. Esta fue la primera vez en la historia de México que tropas nacionales pisaron suelo extranjero para participar en una guerra.
A su retorno, rindieron un parte de guerra ante el presidente Manuel Avila Camacho, el 18 de noviembre de 1945: realizaron mil 966 horas de vuelo en misiones de combate; lanzaron 957 bombas de mil libras cada una, consumieron 166 mil 992 cartuchos de calibre .50; efectuaron 557 horas de vuelos de reconocimiento sobre territorio japonés, y cinco pilotos ofrendaron su vida: el capitán Pablo Rivas Martínez; el teniente Héctor Espinoza Gaytán; el teniente José Espinosa Fuentes; el subteniente Mario López Portillo y el subteniente Fausto Vega Santander.
A 56 años de la expedición, este jueves 2 de mayo 15 de los cerca de 70 sobrevivientes (40 ya no pueden caminar) desfilaron del Angel de la Independencia al Zócalo de la ciudad de México.
Iban acompañados por 20 familiares y amigos. El contingente marchó por la lateral de Paseo de la Reforma y fue encabezado por una banda de guerra del Cuerpo de Granaderos de la ciudad de México.
Siete ex combatientes perfectamente uniformados con trajes color beige formaron una escolta. Llevaban una bandera con la leyenda: "Ejército Mexicano", detrás de ellos, dos miembros del Pentatlón Mexicano con el estandarte del Escuadrón 201, y al final el grupo de acompañantes que sostenía una manta con la leyenda: "Ultima misión: el honor de un compromiso".
Los padecimientos físicos y la edad (tienen más de 80 años, en promedio) no les impidieron caminar todo el trecho, a pesar de que el ex combatiente Alfonso Cuéllar Ponce de León padece el mal de Parkinson.
Dos personas les aplaudieron sobre Reforma y Londres, mientras otros transeúntes permanecían boquiabiertos por la sorpresa, y hubo quien intentó explicar a sus hijos quiénes eran, qué hacían, qué habían hecho. Al pasar por la avenida Juárez aumentó el número de curiosos, pero no hubo aplausos ni reconocimientos, y fue hasta que llegaron a Palma y Madero cuando desde el balcón de un vetusto edificio volvieron a escuchar palmas, y el grito de una persona de más de 50 años: "¡Viva el Escuadrón 201!"
Apenas llegó la banda de guerra a la calle 5 de Febrero, las campanas de catedral empezaron a repicar, y los rostros de los ex combatientes enrojecieron, y en algunos aparecieron lágrimas.
Atrás había quedado la ofrenda floral que colocaron en el Angel de la Independencia, en un acto al que no acudió la delegada en Cuauhtémoc, Dolores Padierna, quien designó a un ex combatiente como representante.
En el Zócalo, el único funcionario presente fue el subsecretario del Gobierno capitalino, Francisco Garduño Yáñez.
Pedro Joaquín Martínez Pérez, comandante del Grupo Séptimo de la Legión de Honor Mexicana, rió cuando se le preguntó qué reconocimientos han tenido en México y por parte de la Sedena. "Me duele decirlo, hemos recibido más reconocimientos en Estados Unidos y otras partes del mundo que aquí. En ese país existen cuatro o cinco monumentos en distintas bases aéreas y uno en Filipinas, costeado por nosotros mismos".
En un mitin, hicieron un llamado al gobierno federal para que la historia nacional registre la existencia del Escuadrón 201 y se considere como héroes de la patria a los cinco caídos en combate.