Ť Encuentro del cineasta y documentalista con la prensa en la Casa de Francia
Depardon: mi verdadero placer está en el trabajo con las imágenes y no con el poder
Ť ''Con el tiempo mi origen campesino se transformó en un orgullo desmesurado''
MONICA MATEOS-VEGA
Una cultura sin documentales ''es dramática", afirmó ayer el fotógrafo francés Raymond Depardon, documentalista, cineasta, ganador del premio Pulitzer en los años setenta y reconocido en todo el mundo por sus imágenes ''efímeras, sí, pero que no son muy tranquilizadoras".
Durante su encuentro con la prensa en la Casa de Francia, el realizador de cintas como Delitos flagrantes (1994), habló de la importancia de contar con documentales como testimonios de una época. ''México es un gran productor de televisión y cine, pero me pregunto si la gente habla así realmente. Pienso que son menos caricaturescas las personas de la calle y el campo".
Dos labores con perseverancia
Depardon confesó que al inicio de su oficio como fotógrafo, trató de borrar su origen campesino: ''Afortunadamente tenía demasiadas cosas del mundo rural que me delataron y con el tiempo esto se transformó en un orgullo desmesurado que me obligó a poner más atención en los textos que acompañaban mis fotografías o en el cómo se presentaban las películas que vendía a la televisión. Mi cultura campesina permitió defenderme, que no me aplastaran".
En el campo como en la fotografía se labora con perseverancia, ''con cosas efímeras que no son muy tranquilizadoras. El oficio del campesino es más útil que el del fotógrafo. Mi origen campesino fue una especie de vacuna, pues mi verdadero placer está en el trabajo con las imágenes, no en el poder. Hoy laboro para una agencia internacional y produzco mis películas".
Para Depardon, el documentalista no tiene nada que ver con el periodista, pues ambos trabajos tienen objetivos distintos. ''Soy un autor con responsabilidades diferentes a las de un periodista, aunque mi formación fue el periodismo. Hoy me alejo del fotoperiodismo por cuestiones de honestidad, pues pienso que si hay información en mis imágenes no tienen que estar forzosamente vinculadas al periodismo".
Al respecto, comentó que tiene una controversia con su colega Sebastião Salgado. ''Pienso que él no es un periodista aunque se reivindique como tal. El imagina tener necesidad del periodismo pero pienso que es un artista, lo que hace no es periodismo, su trabajo se dirige hacia los museos.
''Yo hago documentales y he entendido cuál es la responsabilidad moral de hacer una imagen. Actualmente no soy periodista, porque hago fotografías en un contexto muy preciso. Se me reprocha no ser un artista pleno porque sigo teniendo ese complejo de hacer imágenes más para informar que para convertirlas en obra de arte".
Depardon narra que cuando sus colegas dejan de fotografiar algo, él continúa ahí para obtener ''un tiempo suspendido, una mezcla de insistencia y pudor. Cuando cumplí 20 años en la profesión me decían que estaba muy alejado de la gente, que me gustaban las cosas vacías. Y perseveré. Me acerqué y no me sentía bien, tuve la sensación de estar demasiado cerca, por ello considero una responsabilidad la distancia que el fotógrafo debe mantener con las personas. Cuando me acerco a la gente y filmo con insistencia se conserva el recuerdo.
''Porque uno no es un voyerista, no se mira por mirar, la visión debe conservar su forma, es decir, su espontaneidad, de lo contrario no se transmite emoción al espectador y el trabajo de un camarógrafo o un fotógrafo estaría mal hecho. Por eso creo que la película más hermosa que he hecho es la primera, Ian Palach (1969), acerca de un joven checo que se inmoló en Praga, la cámara se mueve para todos lados, pero hay algo ahí irrepetible".
Hoy Canal 22 transmitirá, a partir de las 22:00 horas, el corto de Depardon Diez minutos de silencio para John Lennon y su largometraje París.