VIERNES Ť 4 Ť MAYO Ť 2001
Ť "Pronto vamos a ver un nuevo desarrollo, Estados de Norteamérica Unidos": Peres
Fox demanda que la migración sea vista en México y EU como un fenómeno enriquecedor
Ť Bush dice que no parará en la defensa de pueblos que sufren de regímenes represores
JUAN MANUEL VENEGAS ENVIADO
Washington, 3 de mayo. Elogiosos los unos de los otros, los presidentes de Estados Unidos, George W. Bush, y de México, Vicente Fox Quesada, así como el ex primer ministro de Israel, Shimon Peres, y el presidente del Comité Judío Americano (AJC por sus siglas en inglés), Bruce Ramer, hicieron compromisos de apoyo, intercambio y cooperación política y económica.
"Una de las prioridades de mi gobierno en materia de política exterior es la seguridad y el bienestar de Israel", planteó Bush; contribuir para hacer entender que el flujo migratorio "es un fenómeno enriquecedor", pidió por su parte Fox al poderoso AJC, al que además llamó a mirar hacia México como una gran oportunidad de inversión, y Peres, mientras tanto, salió a visualizar el futuro para dirigirse a los dos mandatarios: el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica "es una revolución y pronto no solamente vamos a ver a Estados Unidos de América, sino que vamos a ver un nuevo desarrollo que será Estados de Norteamérica Unidos, porque serán (los países del TLC) un nuevo Estado".
Ramer, a su vez, se observó como el gran anfitrión del 95 aniversario del Comité Judío Americano, cuya cena de este martes en el salón principal del National Building Museum tuvo como invitado de honor -de acuerdo con el protocolo- al presidente mexicano.
Fox Quesada empezó por comprometer al Estado mexicano, "socio y amigo de Israel", a apoyar el proceso de paz integral en el Medio Oriente, al que "ha contribuido extraordinariamente el ahora ministro de Relaciones Exteriores israelí y ganador del premio Nobel de la Paz, Shimon Peres".
Y pasó a tomar el ejemplo de la influencia que ha alcanzado la comunidad judía en Estados Unidos, para tocar el tema de la migración mexicana que, aseguró, "también contribuye a la prosperidad y vida cultural" del vecino del norte.
Queremos, agregó dirigiéndose a los más de mil asistentes a la cena del AJC, una "contribución de manera importante" para que tanto en Estados Unidos como en México "se vea a la migración como un fenómeno enriquecedor... los mexicanos somos los primeros en sentirnos preocupados por el fenómeno migratorio. Muchos migrantes mexicanos enfrentan en Estados Unidos graves limitaciones en problemas de salud, empleo, salario y acceso a la educación; con gran frecuencia son víctimas también de la intolerancia, la xenofobia y de actitudes racistas. Sé muy bien que nuestra preocupación por este complejo problema es compartida".
En ese sentido, se pronunció por una "migración ordenada, pues a nadie conviene lo contrario", ya que el "desorden propicia injusticias y fomenta los desacuerdos que afectan el potencial que tiene la relación de México con Estados Unidos".
"Forma visionaria"
Aquí, y junto con un "profundo reconocimiento" a Bush por "la forma visionaria" con que se ha comprometido a trabajar para atender el problema, Fox aseguró que con la nueva administración estadunidense está en camino de lograr mejores condiciones para los connacionales que trabajan acá.
Luego hizo la presentación que se esperaba: la de un México con grandes oportunidades para la inversión... un México con la suficiente apertura para "promover las alianzas estratégicas entre empresas mexicanas e israelíes para participar en los mercados del TLC de Norteamérica y de la Unión Europea, pues México e Israel son los únicos dos países en todo el mundo que cuentan con acuerdos de libre comercio con esas dos regiones".
En tanto, el mandatario estadunidense, luego de recordar su "añeja" amistad con Shimon Peres -"líder, y amigo de Estados Unidos desde hace muchos años"-, habló largo de su compromiso por asegurar "la seguridad y el bienestar de Israel".
Lo he dicho ante el Consejo de Seguridad -añadió Bush-, esa es "una de mis prioridades en política exterior... y mi administración no parará en el apoyo a Israel en contra del terrorismo y la violencia, y buscará la paz para que todos los israelíes puedan orar".
Condenó en ese sentido "la intolerancia religiosa" y las "atrocidades" en Sudán, Irak, Irán, Birmania y Cuba, y advirtió que no parará en la defensa de los pueblos que sufren de esos regímenes represores de la libertad. Y no lo hará, subrayó, porque la "tolerancia religiosa forma ya también parte de la doctrina que nos guía en nuestra política exterior".
Dirigiéndose a Fox, señaló que espera que la "buena relación" que surgió entre las dos administraciones "siga así... son increíblemente buenas, cada vez más fuertes y vibrantes, y ojalá las mantengamos en este nivel, porque lo que es bueno para México también es bueno para Estados Unidos".
Y apenas dado su discurso, Bush (que al mediodía recibió en la Casa Blanca al mandatario mexicano y antes al ministro Peres) se retiró. Visiblemente satisfecho, elocuente, se despidió abrazando a Fox, Peres y Ramer...
En la cena se quedó, acaparando todos los reflectores, el titular del Ejecutivo mexicano. Al fin "invitado de honor", siguió la promoción de las oportunidades para los negocios que abre el "nuevo México", apoyado por la gente de su comitiva: el canciller Jorge G. Castañeda; los secretarios de Medio Ambiente, Víctor Lichtinger, y Salud, Julio Frenk, así como por la vocera de Los Pinos, Martha Sahagún.
Pero si alguien fortaleció esa idea del nuevo horizonte mexicano fue Peres, quien con su visionaria intervención dibujó lo que en el futuro será -según sus palabras- los Estados de Norteamérica Unidos.