Ť Cavallo lanza críticas veladas al resaltar la importancia de negociaciones bilaterales
En el aire, la política argentina sobre el Mercosur
Ť Voto positivo en el Congreso a la ampliación del plan de convertibilidad al euro
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires, 3 de mayo. El ministro de Economía argentino, Domingo Cavallo, sembró hoy más dudas que certezas sobre la política que seguirá en cuanto al Mercado Común del Sur, al advertir que no deben descartarse acuerdos bilaterales entre países, mientras que por otro lado olvidó sus acusaciones de mediados de la década de los 90 contra las "mafias" al interior del gobierno del entonces presidente Carlos Menem, sugiriendo que éste debería ser procesado por un tribunal superior en el caso del desvío de armas.
Durante un desayuno con los corresponsales extranjeros, el ministro dijo que nunca participó ni conoció que existiera una asociación ilícita para el desvío de armas y municiones hacia Croacia y Ecuador entre 1991 y 1995, cuando esos países estaban en conflictos bélicos.
Interrogado sobre la posibilidad de ser citado en el caso, como lo han sido el propio Menem y otros funcionarios, ya que él firmó el decreto de venta de armas que supuestamente iban a Panamá y Venezuela junto a estos ex funcionarios, Cavallo recordó que ya había declarado como testigo sin ser imputado, aunque cuando su idilio con el menemismo había terminado "me imputaron las cosas más increíbles".
Luego, conciliadoramente, señaló que tenía "un alto respeto por la tarea de gobernar", y que había que entender a los ex mandatarios dentro de "la complejidad" de su tarea. "Me opongo a las acusaciones ligeras. Nuestro sistema judicial debería ser como el de España, donde si se tiene que juzgar a un presidente o miembro del gobierno, lo hace la Corte Suprema o un Tribunal de esa jerarquía", dijo.
Esto fue interpretado por analistas locales como otra "intromisión" en las decisiones de la justicia, después de los ataques de los menemistas contra el fiscal Carlos Stornelli, quien solicitó que se indagara a Menem.
Por otro lado, Cavallo trató de dar una imagen optimista de la economía, en recesión desde hace tres años, a pesar de las protestas que desató su nuevo impuestazo y aumentos de servicios al pronosticar que "el año 2001 se va a parecer al 1991", cuando él llegó al Ministerio de Economía para implantar el plan de convertibilidad que ancló al peso con el dólar, y que derrotó la hiperinflación.
En cuanto a los pronósticos pesimistas de sectores financieros externos, sostuvo que "hay gente que maneja fondos importantes" que han apostado al cese del pago de la deuda argentina, pero aseguró que "van a perder dinero", al tiempo que ratificó las bondades de la ampliación de la convertibilidad al euro, que hoy recibió voto positivo en el Congreso.
Pero aunque en lo económico no agregó nada nuevo, dejó en el aire la cuestión del Mercosur, sobre el que lanzó críticas veladas, al destacar la importancia de realizar negociaciones bilaterales, como "las que han usado Canadá, México, Chile, Israel, Jordania" con Estados Unidos, pues "si significan aprovechar una oportunidad de que se abra el mercado, no deben ser desaprovechadas ni interpretadas como una salida del Mercosur".
Esto seguramente traerá reacciones de socios especialmente en Brasil, mientras aquí el abandono de Cavallo a su plan inicial, que tenía algún contenido político-social, ya ha sembrado desesperanzas en una población que quizó creer en su plan.