VIERNES Ť 4 Ť MAYO Ť 2001
PENULTIMATUM
SEGURAMENTE LOS LECTORES recuerdan uno de los momentos más emotivos del alzamiento zapatista, en enero de 1994: la liberación del general Absalón Castellanos Domínguez, capturado en su rancho por un grupo del EZLN. Luego de negociaciones entre el ejército zapatista y el gobierno federal, el militar fue entregado en una ceremonia de enorme importancia. El ex gobernador de Chiapas, escoltado por dos comandantes del EZLN, caminó en medio de una valla formada por hombres y mujeres indígenas. Al entregarlo, uno de los comandantes le recordó a la nación los crímenes del general: desde la quema de poblados hasta el asesinato de indígenas. Sus seis años al frente del gobierno de Chiapas, los fueron de arbitrariedad y saqueo de las arcas públicas. El general fue exhibido por los más humildes entre los humildes, humillado ante el mundo. Quizá por eso durante siete años guardó silencio y se alejó de los reflectores. Ahora reapareció para reclamar un reloj y tres armas que los zapatistas le decomisaron como botín de guerra. Llama la atención el reloj: según el general, se lo dieron sus compañeros de tropa; según la columnista Isabel Arvide, su colaboradora cuando fungía como gobernador, fue ella quien se lo regaló y para demostrar que sabe de qué habla, hasta revela su precio: 7 mil dólares.
ESTE COLUMNISTA LE propone a un gran defensor de los humildes, un héroe en sus propios términos, don Jesús Ortega, que lo mismo que apoyó con valentía ante la reacción del PAN y la cerrazón del PRI la nueva ley indígena, sea él quien encabece la campaña para comprarle el reloj de 7 mil dólares al general Castellanos y devolvérselo en una ceremonia donde el distinguido ex gobernador atraviese entre una valla formada por todos los senadores de la República. En cuanto a las armas, don Jesús Ortega, seguramente el único líder del PRD de estatura mundial, podrá obtenerlas para su devolución solicitándole a un político de su altura, don Víctor Cervera Pacheco, gobernador de Yucatán, que se las regale como si fueran bicicletas a cambio de votos.
ESTE ACTO DE recuperación histórica de un reloj y tres armas consagraría en la opinión pública, como si hiciera falta, la imagen carismática de Jesús Ortega, el único perredista a la altura casi inalcanzable de Diego Fernández de Cevallos, Enrique Jackson y Manuel Bartlett.
LA DECLARACION DE LA SEMANA: ''Ojalá yo no llegue al estado lamentable de la señora María Félix, en el que uno dice cosas tan tontas y tan ridículas. Pobre mujer, me da pena. Ella debería haberse quedado en su mundo mágico y fantástico, diciendo que vive en el cine mexicano y no opinar sobre lo que está sucediendo en este momento en México. Pobrecita, lo único que me dio es una infinita pena'': Ofelia Medina, al comentar las declaraciones de María Félix en las que sostuvo que el subcomandante Marcos era un naco, sucio, un payaso.