VIERNES Ť 4 Ť MAYO Ť 2001
Ť Más que al olvido el ritmo estaba condenado a morir, dice el director del grupo cubano
Sierra Maestra, árbol vigoroso que rescató el son: Alejandro Suárez
Ť Reconocen que no eran profesionales, pero a fuerza de trabajo y estudio aprendieron todo
ERNESTO MARQUEZ
La historia de esta agrupación es la mar de paradojas: no eran músicos profesionales, pero a fuerza de gusto, estudio y enjundia se convirtieron en tales; sin ser de la tradición sonera han sido los que más han hecho por su rescate y difusión; mantienen un formato de septeto, pero son nueve; no lucharon en la guerrilla de Castro, pero llevan el nombre, de la montaña sagrada de la revolución cubana, y a pesar de ser los verdaderos héroes que engendraron la semilla del fenómeno Buena Vista Social Club se han mantenido al margen de los beneficios de la popularidad y fama que ha supuesto el tan citado boom.
"Sierra Maestra es un árbol vigoroso en cuyo cobijo se revitalizó el son", nos dice Alejandro Suárez, su actual director, quien sin asomo de petulancia asegura: "No solamente revitalizamos el son sino el espíritu del sonero y, sobre todo, llevamos esta música a los jóvenes cubanos que volvieron a bailarlo".
"Panorama poco halagüeño"
Entrevistado antes de su debut capitalino en el Salón 21 (hoy y mañana) y de su presentación masiva en el Zócalo defeño (domingo 6) el vocero de esta excepcional agrupación cubana se explaya:
"Nosotros empezamos en una época en que el son estaba condenado más que al olvido a la muerte. Corrían los años 70 y el panorama no se le presentaba halagüeño. Se escuchaba mucha salsa, mucha música andina, bossa nova y rock.
Nosotros éramos estudiantes de tecnológicas en la Universidad de La Habana, y aunque en lo musical atendíamos todo lo del momento, era el son y la música popular cubana lo que más nos llegaba. Nos identificábamos por eso, por nuestro gusto hacia la vieja música cubana y en reuniones de amigos y valiéndonos de nuestros rudimentos musicales la practicábamos. Así, sin querer queriendo, se fue concretando la idea de hacer una agrupación.
Al principio, los soneros de tribuna les mandaron -igual que al Cangrejo del son aquel- a estudiar. ƑCómo aprender y aprehender algo que no estaba en los colegios y ni siquiera en el entorno cotidiano?
-Pues nada, fuimos a ver a los santos, a los brujos del son, al Septeto Nacional, a Lázaro Herrera, a Rafael Ortiz Mañungo, Carlos Embale, Charles Burke... Tito Gómez, Miguelito Cuní... En fin, les pedimos los secretos del son, los misterios soneros. Así, por aquí, por allá, cada uno de nosotros, trabajando y estudiando de manera individual con esos sagrados viejos fue que aprendimos casi todo.
-Una época de la música popular bailable en que los más escuchados eran los Van Van, con su songo, e Irakere con su explosiva fusión eléctroacústica. Y ustedes Ƒapostando por el viejo son?
-Sí, cuando aparecimos con nuestros instrumentos acústicos frente al poderío de esas orquestas, muchos nos miraron con desdén. Nosotros sólo llegamos y dijimos: "Señores esta es nuestra música, la música genuina cubana, escúchenla y atiéndanla con cariño, aquí no hay nada que inventar". Yo creo que esa gran verdad fue lo que nos valió para que empezáramos a ser tomados en cuenta.
-ƑCómo ejercer la tradición en tiempos hostilizados por la moda?
-Ese fue el reto: recuperar el son para las nuevas generaciones. Como te decía, la juventud cubana en ese momento estaba obstinada con la música electrónica pero nosotros llegamos con una verdad así de enorme y se la mostramos: "Miren, esto es nuestro, esto es lo que somos y de aquí han bebido muchas de las músicas que hoy escuchan". Porque, créemelo, el son ha influido en la mayoría de las corrientes tonales que hoy se practican. Cuba, al igual que Brasil y Estados Unidos, tiene en su música popular un inmenso potencial.
-Aunque apegados a la tradición sonera ustedes intentaron innovaciones, como aquella de incluir en su formato flauta y clarinete.
-Eso sucedió más por necesidad que por una idea preconcebida, ya que Jesus Alemañy, nuestro tompetista, estuvo fuera del grupo por un tiempo, de manera que al no encontrar a alguien que lo supliera acudimos a Jorge Massa, flautista y al clarinetista Casañola. Con ellos hicimos temas preciosos como La comparsa de Lecuona y algunas composiciones de la nueva trova, que bien valieron la pena, pero se perdieron porque nunca los grabamos.
Como sacarse la lotería
-A propósito, por aquella época (finales de los 70, principios de los 80) lograr una produción discográfica en Cuba era como sacarse la lotería, sin embargo a ustedes se les dio fácil.
-Es cierto. En aquellos momentos era verdaderamente difícil grabar. Pero como nosotros estábamos en una corriente que tenía poca competencia y mostramos un proyecto interesante, cada que presentábamos un programa a la discográfica
Egrem era aceptado. Es así como Sierra Maestra llega a grabar, en su primera época, alredor de cuatro discos de larga duración.
-Sierra Maestra llegó con el Guanajo relleno, fue la primera ƑQué les supuso esta experiencia discográfica?
-El primer paso de un proyecto que empezamos a creer de largo alcance.
-Basado en un repertorio clásico.
-Canciones que recogíamos con gente de la época que a veces ni se acordaba de las letras. En aquel momento éramos jóvenes y estábamos locos por descubrir esa historia: la verdadera del son y sus variantes, bolero son, changüi oriental, habanera..., son a lo Arsenio, a lo Matamoros, a lo Benny Moré, a lo Barroso... šVaya! Pa' que contar. Nada de eso se tocaba ya, estaba olvidado.
"No hay ideólogos de grupo"
-Juan de Marcos Gonzalez dice ser el ideólogo del concepto; sin embargo, es Eduardo Himely Pino el que aparece como responsable de la dirección ƑCómo se organizaban?
-Decir que alguien ha sido o es el ideólogo del grupo es un tanto irreal. Aquí mantenemos un trabajo colectivo y un sistema de dirección rotativa. Desde un principio fue así: los arreglos y las formas de decir, se han hecho entre todos. Si alguien llegaba con una idea se discutía y luego le dábamos forma. Así, por ejemplo, José Antonio proponía: "Caballeros oigan esta maravilla que conseguí", o Juan de Marcos: "Esto es fenomenal, štienen que escucharlo!". Del descubrimiento se pasaba a montarlo y ensayarlo. Así se organizaban los trabajos y todavía mantenemos esa locura creativa.
-Después del Guanajo relleno vino Y son así, el epónimo Sierra Maestra, el reconocimiento local, las giras al extranjero y después... el silencio ƑPor qué?
-Esto ocurre entre los años 87 y 88 cuando nos planteamos la disyuntiva de dedicarnos a la música o continuar con nuestras carreras. Una decisión dificil porque muchos teníamos familia y no queríamos arriesgar su futuro por una aventura. Nos dimos un espacio para reflexionar aquello y es hasta 1990 cuando decidimos dedicarnos por completo a la música.
-Yo no creo que esa decisión haya sido tan dificil, es sabido que en Cuba se gana más como músico que en cualquier otra profesión.
--Esa es una gran verdad. La otra verdad es que no todos los músicos tienen esa posibilidad por razones obvias de calidad y fama.
Satisfechos con el trabajo
-Hay quienes dicen que sin Sierra Maestra no se hubiera dado el boom actual que vive el son; sin embargo todos los reflectore han caído sobre esos ilustres veteranos del Buena Vista ƑNo hay decepción o contrariedad por ello?
--No. Esas son cosas del destino y uno no puede forzarlo a que se incline a su favor.
"Nosotros nos sentimos contentos con nuestro trabajo y con lo que hemos logrado. Y esto te lo digo sinceramente porque nunca pensamos siquiera llegar a ser internacionales. No, lo que queríamos era desempolvar nuestra música; que no se atendiera como algo de museo, que alguien se sentara en una silla a escuchar lo que se había hecho antes con la nostalgia de algo perdido e irremplazable. Eso no queríamos. Queríamos que esta música se escuchara viva, se sintiera viva... Ahora nos sentimos gratificados de que gracias a ese esfuerzo muchos intérpretes de son, entre ellos Compay Segundo, Ibrahim Ferrer, Eliades Ochoa u Omara Portuondo, sean escuchados y reconocidos. Si perdimos algo, en realidad que no me interesa saber qué. Lo que realmente me interesa es seguir haciendo este tipo de música".
-En serio Ƒno les ha afectado el boom provocado por Buena Vista Social Club?
-De ninguna manera. Ni para bien ni para mal.
-ƑNo quisieran ser reconocidos y ganar los millones que ganan ellos?
-Sí, lógico. šClaro que nos gustaría! (risas). Lo que sucede es que el destino nos puso en una puerta difícil de cruzar y no queremos forzar esa puerta.
-ƑQué va a pasar con el son cuando Buena Vista Social Club ya no esté en la escena?
-Pienso que no va a desaparecer, va a des-minuir la onda pero no desaparecerá.
-ƑY en este momento, cómo vislumbras al Sierra Maestra?
-Vamos a estar viejitos y quizá hagamos un Buena Vista Social Club o un Sierra Maestra all star.
--ƑQue significa Sierra Maestra hoy en día?
--Sierra Maestra viene siendo el tronco de un árbol que sostiene muchas ramas. Ramas fuertes que han dado y seguirán dando frutos.