Error de la sociedad civil, dejar solos a los legisladores
Fundamental, que la fracción del PRD en el Senado deje de evadir su responsabilidad y admita que no equivocó la táctica, sino la estrategia en torno de la reforma indígena
ANDREA BECERRIL
Si el presidente Vicente Fox realmente tiene entre sus prioridades la paz en Chiapas y el reconocimiento de los derechos de los pueblos indios, en "una actitud de elemental congruencia" debe considerar la posibilidad de un "veto político" a la reforma constitucional indígena, que le permita influir y lograr que la mayoría de las legislaturas de los estados no aprueben esa ley, ya que se trata de un ordenamiento "considerablemente más conservador que el proyecto presentado por Zedillo", advirtió Gilberto López y Rivas.
Participante activo en la búsqueda de la solución al conflicto chiapaneco --primero como asesor del Ejército Zapatista de Liberación Nacional en las negociaciones que culminaron con los acuerdos de San Andrés y luego como legislador en la Comisión de Concordia y Pacificación--, López y Rivas consideró también fundamental que sus compañeros de partido, los senadores del PRD, dejen de "evadir su responsabilidad" y reconozcan que fue un grave error, "no de táctica sino de estrategia", votar en favor de esa reforma.
Es mejor, insistió, que la fracción encabezada por Jesús Ortega acepte que se equivocó --"como lo hizo ya públicamente Lázaro Cárdenas Batel"-- y deje de insistir en supuestos logros de "una ley que nació muerta", para pasar a la siguiente fase, la de luchar en los estados con miras a lograr la presión política y social que lleve a las legislaturas locales a rechazar "esa ley aprobada por el Congreso a espaldas del EZLN y la sociedad".
Doctor en Antropología por la Universidad de Utah, investigador del INAH con licencia y jefe delegacional en Tlalpan, López y Rivas dijo que él también debe reconocer un error, igualmente atribuible a otros sectores de la sociedad civil: haber dejado solos a senadores y diputados en el dictamen de la iniciativa de la Cocopa.
El error de todos los que han estado pendientes del proceso de paz en Chiapas y de los especialistas en derecho indígena, insistió, fue confiar en que "los impresionantes resultados de la marcha zapatista y la comparecencia histórica de los comandantes del EZLN en la Cámara de Diputados daría a los legisladores la sensibilidad suficiente para consensar un proyecto cercano a la iniciativa de la Cocopa".
Sin embargo, "tarde nos dimos cuenta de que el Congreso le dio la espalda al pueblo", agregó López y Rivas. Desgraciadamente, dijo, la elaboración del dictamen quedó en manos de gente recalcitrante, como Manuel Bartlett o Diego Fernández de Cevallos, además de que las negociaciones para integrarlo se llevaron "en el mayor secreto".
López y Rivas señaló que aunque ya formuló una aclaración pública, quiere recalcar que reunirse con la bancada pe-rredista de Jesús Ortega el día de la votación en el Senado --el 25 de abril-- no significa en forma alguna que haya avalado la postura de los legisladores del PRD.
Hizo notar que se enteró de las características del dictamen "a las seis de la tarde del día en que se votó" y lo que más le sorprende y molesta --al igual que a otros perredistas-- no es sólo que el PRD haya votado a favor, sino que la negociación fuese casi secreta, lo cual impidió que hubiera voces de alerta sobre su magnitud y repercusiones y se hubiera impedido "el resultado que ahora está a la vista".
--Los senadores del PRD argumentan que la presencia de la abogada Magdalena Gómez les dio seguridad de que se iba por buen camino --se le indica.
Responde que Magdalena Gómez ya ha explicado "extensamente su presencia en el proceso y cómo de manera insidiosa se le ha pretendido responsabilizar de una representación que obviamente no tiene en el EZLN".
La autonomía en manos de caciques
Antes de participar en las largas negociaciones de San Andrés, López y Rivas fue también asesor de los sandinistas, luego del triunfo de la Revolución en Nicaragua, para definir la autonomía de los grupos indígenas de la costa atlántica de esa nación. Con esa experiencia, insiste en que los senadores del PRD no tienen defensa alguna.
"Una lectura somera del dictamen, dos horas antes de que se llevara a votación, me hizo ver que ese dictamen iba a traer problemas inconmensurables, porque violentaba el espíritu y la letra de los acuerdos de San Andrés. Le quitaba todo sustento a las autonomías y sustraía parte sustancial de la propuesta de la Cocopa: el uso colectivo de los recursos naturales, el concepto de territorio, las caractéristicas y atribuciones de la autonomía constitucional, meter de contrabando el contenido del artículo 27, dejar fuera todo el 115 de la ley Cocopa. Todo ello, lo que ahora ha salido a la luz, era posible preverse, únicamente con leerlo por encima."
Rechazó asimismo la defensa de la reforma aprobada que han asumido los senadores del partido del sol azteca, pues, dijo, "lo que demuestran es una profunda ignorancia". De otra forma, dijo, cómo pretender que representa avances una ley que, contrariamente a lo establecido en los acuerdos de San Andrés, pasa la responsabilidad de definir los derechos de autonomía a las legislaturas locales, "dominadas por representantes de caciques y latifundistas".
Si nosotros vemos que la acotación a nivel constitucional se hizo de tal manera que desnaturalizó a la ley Cocopa, qué esperar de las reformas en los estados, cuando los indígenas se ven sujetos a formas de opresión regional, municipal, de los grupos que legislan en las entidades.
En esa modificación quedó plasmada la visión panista de acotar la autonomía en las cartas municipales, es decir, de rebajar el nivel de sus atribuciones constitucionales. "Lo que se hizo fue secuestrar el reconocimiento de la autonomía y el reconocimiento de los propios pueblos indios, rebajarlo. Es absolutamente mas allá de lo que el propio Zedillo pretendía limitar."
La propuesta de Zedillo, insistió, es mucho menos conservadora que el dictamen aprobado. "La iniciativa zedillista, que fue inaceptable, aparece ahora incluso como singularmente progresista frente a la reforma conservadora, llena de candados, que el Congreso recién legisló".
Los senadores del PRD, añadió, no pueden argumentar beneficios para los indígenas en una ley que dejó fuera conceptos como los de territorio, entidad de derecho público, uso colectivo de los recursos naturales, que fueron motivos de largas discusiones durante los meses en que el gobierno federal y el EZLN negociaron los acuerdos de San Andrés.
Todos aquellos, insistió, que se han convertido en defensores de la reforma indígena "no han entendido que la inclusión del apartado B en el artículo 2o. constitucional, sintetiza las políticas pronasoleras, integracionistas, del indigenismo oficial. Se ve la mano de Carlos Rojas, la mano de quienes han estado a cargo de las políticas asistencialistas del Estado mexicano".
Además, advirtió, los candados que se pusieron "son impresionantes". Tan sólo en el punto sexto del apartado A del artículo segundo constitucional ?al que se remitieron los derechos indígenas? hay ocho candados. "Es el ordenamiento referido al disfrute de los recursos naturales, y en él los legisladores introdujeron las condiciones de propiedad de la contrarreforma salinista, hacen referencia a una ley existente, aluden dos y tres veces a la Constitución de la República. ¡Todo en un solo párrafo! Todo eso era evidente con una lectura superficial del dictamen. ¿Dónde estaban los senadores del PRD cuando se elaboró, y por qué no se pusieron a preguntar lo que iba a ocasionar un voto favorable?"
López y Rivas reitera que debido a ello no acepta que se pretenda utilizar su presencia en el Senado, el 25 de abril, para justificar el voto favorable de la bancada perredista. "En la carta que envió Ortega a los diputados se dice que tuvieron la opinión mía, pero no dice qué opinión, y yo lo menos que les dije fue absténganse. De las 6 a las 7 de la noche que me reuní con ellos, les dejé claro que esa ley no iba a pasar desde el punto de vista de la opinión pública, del movimiento indígena, ni de los acuerdos de San Andrés."
Ahora, añadió, lo importante es ver hacia delante. Y, en el caso de los senadores del PRD, asumir el error, reconocer que se equivocaron, identificar el "papel perverso jugado por Fox" e impulsar una serie de movilizaciones, de manifestaciones de la sociedad civil para lograr que en los estados se rechace la controvertida ley.
Por lo que se refiere a Fox, López y Rivas consideró que está también obligado a considerar un "veto político" a la reforma indígena, a través de intentar influir en las legislaturas estatales para que la rechacen. Incluso, dijo, en la eventualidad de que los congresos locales aprueben la ley, interrumpir el proceso legislativo, luego de un análisis previo entre los juristas, de su factibilidad.
Más allá de las interpretaciones jurídicas que han comenzado a darse sobre las facultades presidenciales para vetar una reforma del Constituyente, "creo que en todo caso lo que Fox debería plantearse es qué caso tiene avalar una ley que nació muerta, que ha sido vetada ya por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y por el movimiento indígena".