DOMINGO Ť 6 Ť MAYO Ť 2001

Ť Gabriela Rodríguez

Las bellezas del entendimiento

Es muy grave que el presidente Fox niegue el derecho a la libertad de pensamiento de los jóvenes y defienda actos de censura a los libros por parte de secretarios de Estado y de padres de familia. Resulta increíble estar viviendo el regreso al ambiente medieval del México del siglo XVII, donde las mujeres eran poco más que utensilios de sus padres, hermanos y esposos, aquellos tiempos en que la curiosidad intelectual en las personas del sexo femenino se consideraba indecorosa, pecaminosa y masculina.

En perseguirme, Mundo, ¿qué interesas?

¿En qué te ofendo cuando sólo intento

Poner bellezas en mi entendimiento

Y no mi entendimiento en las bellezas?

Más de 300 años han pasado y las letras de Sor Juana Inés de la Cruz están más vivas que nunca. Su refinado espíritu en profundo conflicto dejaba ver lo que entonces se calificaba de ambivalencia: emoción femenina y racionalismo masculino en una sola persona.

En dos partes dividida

Tengo el alma en confusión:

Una, esclava a la pasión

Y otra, a la razón medida...

La libre circulación de libros laicos y la afición a las "letras profanas" amenazaba con socavar los prejuicios en que se cimentaba la fe católica y el poder político. "Lástima es que un tan gran entendimiento, de tal manera se abata a las rateras noticias de la tierra" afirmaba, al reprender a Sor Juana, quien fuera entonces obispo de Puebla.

¡Oh, si, como hay que saber,

hubiera algún seminario

o escuela donde a ignorar

se enseñaran los trabajos!

Hoy, como entonces, obispos, padres de familia y políticos subestiman la inteligencia de las mujeres y niegan el derecho al conocimiento de los jóvenes. Mientras Norberto Rivera considera válido que los padres ateos prohíban la lectura de las Sagradas Escrituras a sus hijos, el presidente de la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF) opina que son impropios los textos de Carlos Fuentes y de Gabriel García Márquez, y considera que los adolescentes de 12 a 15 años aún "no tienen una conciencia crítica". Esta organización, que fue fundada con apoyo del episcopado mexicano el 27 de abril de 1917, para oponerse a la educación laica, se fue fortaleciendo con miembros de los Caballeros de Colón, a quienes entonces se confió la lucha contra el artículo 3o. constitucional. Más tarde estrechó vínculos con la Unión Nacional Sinarquista, movimiento donde cobró visibilidad la familia Abascal. Persistentes en su lucha contra la educación libertaria y democrática, la UNPF sigue activamente oponiéndose a los derechos humanos de los jóvenes, a la educación sexual y a los derechos reproductivos. Actualmente colabora estrechamente con la Conferencia Nacional de Escuelas Particulares y con el Comité Nacional Pro Vida.

Frente a estas visiones, representantes de todo el país exigen en la reciente Declaración Nacional de Jóvenes por los Derechos Sexuales: el derecho a una educación sexual integral, temprana, liberadora, laica, objetiva y científica, que responda a los problemas actuales y aborde el placer, la reproducción, la vida afectiva y el género en su dimensión bio-psico-socio-cultural (Instituto Mexicano de la Juventud, La Trinidad, Tlaxcala, agosto de 2000).

Los funcionarios del nuevo gobierno se equivocaron de siglo, y no se han enterado de que ya no hay calificadores de la Inquisición. Creen que haber ganado legítimamente unas elecciones les autoriza a imponer una moral confesional católica y a negar las garantías individuales a las nuevas generaciones. El artículo 3o. constitucional dice a la letra: "la educación que imparta el Estado tenderá a desarrollar armónicamente todas las facultades del ser humano, garantizando que ésta será ajena a cualquier doctrina religiosa y basada en los resultados del progreso científico, luchará contra la ignorancia y sus efectos, contra las servidumbres, los fanatismos y los prejuicios". Negar la libertad de pensamiento y acción es cerrar el camino a la razón, al mundo secular, a la ciencia, al arte y al conocimiento para circunscribirlos a un único camino, el de la fe.