Ť Antonio gershenson
La situación económica y la información
Por un lado, se anuncia un proyecto de ley del gobierno federal, restringiendo la información cuando estén de por medio la seguridad pública, la seguridad nacional o la estabilidad económica del país. Si sólo nos ocupamos de este último aspecto, en un momento dado hasta dar a conocer el monto real de las reservas del Banco de México, si éstas muestran una declinación, podría afectar la estabilidad económica. Pero el efecto de restringir esa información puede ser peor, porque en condiciones de censura proliferan el chisme y el rumor, y éstos también han sido, en diferentes momentos, motores de la fuga de divisas y otros fenómenos económicos de consecuencias similares.
Por otro lado, la manipulación de las cifras económicas ya está mostrando contradicciones. Se ha dado bastante publicidad a la diferencia entre la cifra de crecimiento económico para este año estimada por el gobernador del Banco de México, de 3 por ciento, y la anunciada reiteradamente por el gobierno federal, de 4 y medio por ciento. Pero también se publicó que el crecimiento del Indice Global de la Actividad Económica en febrero de 2001 fue de 0.1 por ciento, o sea, casi nulo. La Canacintra publica una estimación de una baja de 1 por ciento en la producción manufacturera a lo largo de este año. Esto se correspondería con numerosos despidos colectivos y cierres de plantas en la industria automotriz, en plantas de ferrosponja de la siderurgia y en otros casos.
Otro elemento es la caída en los ingresos fiscales de la Federación. Si la gente paga menos impuestos sobre los ingresos es porque disminuyeron esos ingresos. Si se recauda menos por el IVA es porque la gente compra menos. En estas condiciones, querer cobrar el IVA por medicinas, alimentos, etcétera, sólo puede agravar la recesión o la crisis y reducir más la recaudación real.
Supuestamente para reactivar la economía, fuentes federales hablan de reducir el gasto y vender empresas públicas. No se ve por qué esas medidas tendrían que recuperar el crecimiento. Si el gobierno federal gasta menos y compra menos, si el dinero que hoy todavía fluye hacia la compra de bienes y servicios se reduce, eso también profundizará la recesión o la crisis. Y la venta de empresas públicas sólo lleva a que, si les encuentran comprador que de veras pague el valor de los bienes, este comprador ya no invierta ese dinero en nuevas fuentes de empleo sino que, al contrario, despida a parte del personal de las existentes que estaría adquiriendo.
Por si fuera poco, el subsecretario de Economía dice que el gobierno no va a prestar porque no es banco. Que el que quiera préstamos que vaya a la banca comercial, que es público que casi no presta ahora, además de las elevadas tasas de interés de cuando lo hace. ¿Qué hace entonces la banca de desarrollo? ¿Para qué están Nacional Financiera y otras instituciones públicas del sector? Parece como si se tratara de profundizar la crisis en los hechos, mientras se habla de crecimiento y se discute sobre qué tan rápido vamos a ir, a medida que el país se frena más y más.