Ť Ya es tiempo de terminar con ocupaciones de territorios y respetar resoluciones de la ONU, dice
Exhorta el Papa a la paz en Medio Oriente, al iniciar una visita a Siria
Ť Discreta, la recepción de la comunidad cristiana Ť Envió "afectuoso saludo" a fieles del Islam
DPA, AFP, AP Y REUTERS
Damasco, 5 de mayo. El papa Juan Pablo II comenzó hoy su gira de cuatro días a Siria con un llamado a la unidad de las Iglesias de Oriente, pero también con un exhorto a la paz y al diálogo en Medio Oriente para una "coexistencia pacífica" entre los pueblos y el retorno a la legalidad internacional.
"Es hora de volver a la legalidad internacional; poner
fin a las ocupaciones violentas de territorio y respetar el derecho a la
autodeterminación de los pueblos y las resoluciones de la Organización
de Naciones Unidas", aseveró en una crítica indirecta a Israel,
en momentos en que siguen los enfrentamientos en los territorios palestinos
ocupados.
Pero al llegar al aeropuerto había dicho que "vengo
como peregrino de la fe, para seguir mi peregrinación del Jubileo...
aquí, en Siria, en Damasco. Mis saludos más afectuosos para
los fieles del Islam que viven en esta tierra noble".
El cariz político
El presidente sirio Bachar al Assad acababa de brindar una calurosa bienvenida al dignatario vaticano a su llegada al aeropuerto de Damasco, y dando un cariz político lo instó a que externara su apoyo a los árabes frente a la "opresión" israelí, y citó al respecto al pueblo de Líbano, el Golán sirio ocupado y Palestina.
Assad descartó cualquier diálogo basado en las raíces comunes entre las tres religiones monoteístas, judía, musulmana y cristiana, como preconiza el jefe de la Iglesia católica. Y sin mencionar a Israel, dijo que quiere "asesinar todos los principios de todas las religiones, de la misma manera que ellos (los judíos) traicionaron a Jesús e intentaron matar al profeta Mahoma".
Karol Wojtyla señaló en su mensaje de llegada, procedente de Grecia, que "la paz verdadera no puede ser alcanzada sin una nueva actitud de comprensión y respeto entre los pueblos de esta región, entre los fieles de tres religiones vinculadas a Abraham".
De todos modos satisfizo el llamado de su anfitrión, al abogar por los prinicipios de la legalidad internacional, prohibición de la adquisición de territorios por la fuerza, el derecho de los pueblos a disponer de sí mi smos y el respeto a las resoluciones de la ONU y de las Convenciones de Ginebra, en alusión al rechazo israelí en la materia en el conflicto palestino.
Más tarde, el Papa sostuvo una reunión de cortesía en la Presidencia con Assad, quien le aseguró que Siria "es y seguirá siendo simpre el país de la tolerancia", dado que se trata de un país mayoritariamente musulmán y con una reducida presencia cristiana.
Posteriormente participó en un encuentro ecuménico en el patriarcado griego ortodoxo de Damasco, donde hizo su llamado a la unidad de las Iglesias de Oriente. "Esperamos que los diferentes patriarcados que existen actualmente encuentren los caminos más adaptados para conducirlos a la plena comunión".
Wojtyla subrayó que "la búsqueda de la unidad entre el patriarcado greco-ortodoxo y el greco-católico de Antioquia se inscribe evidentemente en el contexto más amplio del proceso de reunión entre la Iglesia católica y las Iglesias ortodoxas".
En respuesta, el patriarca Ignacio IV Hazim se hizo eco
al apuntar hacia "una teología de la reconciliación" entre
las Iglesias orientales, y que los obstáculos a ser superados corresponden
a cada una de las Iglesias, cada una según la responsabilidad histórica
que le incumbe.
La bienvenida de los cristianos sirios fue discreta,
con saludos al papa-móvil desde los balcones y el ondear de algunas
banderitas, lanzamiento de pétalos de rosas y aplausos. No obstante,
Juan Pablo II dijo que este viaje a Siria le recordaba el nacimiento de
la Iglesia, al tiempo de los apóstoles y las primeras comunidades
cristianas.
Admitió que la Iglesia Occidental estaba en deuda con los pastores de origen sirio, pero que ese reacercamiento ya ha comenzado entre el Patriarcado ortodoxo griego y el Patriarcado católico griego, siempre en alusión al cisma de Oriente de 1054.
El Patriarca de todas las Rusias, Alexis II, acogió con "escepticismo" el perdón solicitado por el papa a la Iglesia ortodoxa, en el inicio de su gira en Grecia, al apuntar desde Moscú que se refería a las cruzadas y que era necesario "traducir en hechos" esa declaración.
Al mediodía de hoy el papa partió de Atenas hacia Damasco. Pero antes de salir, celebró una misa ante unas 20 mil personas en el pequeño Palacio de los Deportes de la capital griega, donde había refrendado su llamado a la unidad y la reconciliación entre los cristianos, legitimando la diversidad.
Visita histórica
Juan Pablo II se convirtió en el primer jefe de la Iglesia católica que visita Grecia desde el cisma de 1054, y ahora es también el primer papa que visita Siria. Pero, el de Damasco era uno de los viajes que más anhelaba porque allí San Pablo, un judío, tuvo una revelación que provocó su conversión al cristianismo y que en la Iglesia católica es el suceso más destacado después de la resurrección de Jesús.
Este domingo, además, Wojtyla acudirá a la Gran Mezquita de los Omeyas, en lo que será un hecho histórico al convertirse en el primer Papa que visitará una mezquita en 14 siglos de difíciles relaciones con el mundo musulmán, en un monumento que refleja la complejidad de la historia y la riqueza cultural de Oriente Medio.
El papa recorrerá el lunes 65 kilómetros rumbo a Guneitra, en la meseta de Golán, donde rezará por la paz en una derruida iglesia ortodoxa griega, en lo que se cree fue la ruta de San Pablo en su viaje a Jerusalén desde Damasco. Pero hoy, otro simbolismo está en la ocupación israelí de una parte del Golán desde la guerra de 1967.
Tras su estancia en Siria, el Papa concluirá su gira de seis días con una visita de 24 horas a Malta.