DOMINGO Ť 6 ŤMAYO Ť 2001
Ť Tras las claves de Melquiades, reportaje acerca de la novela Cien años de soledad
Libro del hermano de Gabo da pistas y hallazgos sobre el acto creativo del Nobel
Ť La obra se concibió como tal en el trayecto a Acapulco, en julio de 1965, revela Eligio García Márquez Ť El trabajo explora la relación entre la escritura del autor colombiano y la realidad
RENATO RAVELO
Aparece en México el reportaje acerca del libro Cien años de soledad, con el título Tras las claves de Melquiades, escrito por el hermano de Gabriel García Márquez, Eligio, quien hace una pausada revisión de aquella afirmación que el Nobel le hiciera a Plinio Apuleyo en El olor de la guayaba: "no hay en mis novelas una línea que no esté basada en la realidad".
De entrada, Eligio suelta: "la obra, que comenzó a germinar en la costa Caribe colombiana a finales de los cuarenta y mediados de los cincuenta, logró ser concebida como tal en la carretera que de ciudad de México conduce al balneario de Acapulco, en julio de 1965".
Publicado por editorial Norma, el volumen se divide en 13 apartados que atraen la atención con los títulos: Epifanía a Acapulco, De la Hojarasca, Faulkner, Sófocles, Orlando, Nostradamos y otras invenciones y La estancia realista, por poner unos ejemplos.
Sino mexicano
Eligio García Márquez nació en noviembre de 1947, en Sucre. Sus estudios de física iniciados en el mismo año en que se concluía Cien años de soledad, 1966, fueron abandonados a los dos años por una atracción hacia el periodismo y la literatura. En 1974 viaja a Europa, donde efectúa estudios de televisión y corresponsalías.
De su autoría son la novela Para matar el tiempo (1978), los reportajes novelados con nueve escritores Son así (1982), y La tercera muerte de Santiago Nassar (1985), una crónica de la filmación de la novela de Gabriel García Márquez realizada por Francesco Rosi.
La investigación revela: "una de las grandes ironías con Cien años de soledad es que el libro no estaba destinado en su inicio para ser publicado en la editorial Sudamericana de Buenos Aires. Su sino natural parecía estar trazado, más bien, en México, donde García Márquez residía, y particularmente en Ediciones Era, por ese entonces una pequeña editorial, fundada en 1962, que aspiraba llegar en 1965 a sus primeros 100 títulos publicados".
De la labor de Eligio, en comparación con la abundante bibliografía que se ha hecho sobre el Nobel colombiano, Roberto Burgos Cantor señala que se habría de diferenciar: "el libro apunta sin concesiones a resolver ese espacio hipotético en el cual se vislumbran las fuentes de la creación literaria. En lo que tiene que ver con Cien años de soledad la cuestión es apasionante por una razón conmovedora: esa novela era el libro que llevó entre pecho y espaldas, García Márquez, desde los años en que su vocación de escritor era apenas un infierno personal".
En esa búsqueda, Eligio halla: "el primer texto de esa primera novela en gestación de García Márquez apareció el sábado 3 de junio de 1950, en Crónica, una revista literaria deportiva editada en Barranquilla. Se titulaba La casa de los Buendía, y era un breve relato en el cual, como su título lo sugiere, se habla ya de los Buendía, más aún, de un coronel Aureliano Buendía, militar retirado de sus guerras civiles y del mundanal ruido con su mujer doña Soledad, en las afueras de un pueblo sin nombre".
La influencia del vallenato
El episodio con el que García Márquez comienza sus memorias, referido al viaje que hace con su madre, en el que decide ser escritor, es recuperado por Eligio de una entrevista que le hizo Peter H. Stone, de The Paris Review:
"La primera impresión, cuando llegué allí, fue bastante fuerte, porque ya tenía 22 años y no había vuelto desde los ocho. En realidad nada había cambiado, pero sentí que no estaba viendo el pueblo sino lo que estaba experimentando como si lo estuviera leyendo. No sé si para entonces ya había leído a Faulkner, pero ahora sé que solamente una técnica como la de Faulkner me hubiera permitido escribir lo que veía".
Fiel al detalle, Eligio García Márquez incluso transcribe algunos párrafos de Luz de Agosto, del escritor estadunidense, y se adentra en el análisis tanto de Lena y Joe Christmas, como del reverendo Gail Hightower.
Del autor de El ruido y la furia, se incluyen testimonios de Fuentes y Vargas Llosa, y se regresa cada tanto. Uno de los aspectos que se retoman de manera singular es la relación de la novela con la música. "Grande honor", dice el músico Rafael Escalona en un testimonio sobre la influencia que García Márquez tuvo del vallenato; "no creo que esté mamando gallo", sostiene el autor de La gota fría.
García Márquez manifiesta al respecto: "creo que más que cualquier libro, lo que me abrió los ojos fue la música, los cantos vallenatos. Me llamaba la atención, sobre todo, la forma como ellos contaban, como se relataba un hecho, una historia. Con mucha naturalidad narraban, como mi abuela. Después cuando comencé a estudiar el Romancero, encontré que era la misma estética".
Estos hallazgos y pistas, acompañan, constantes, la lectura del libro de Eligio García Márquez.
Cuentos en ciernes
El escritor Gabriel García Márquez piensa publicar otro libro de cuentos.
Según detalla el autor esta semana en la edición electrónica de su revista Cambio, serán tres relatos, de unas cincuenta páginas cada uno.
"Me falta todavía una revisión a fondo de dos terminados y acabar de escribir el tercero. Todavía no tengo título para el libro ni pienso publicarlo antes del primer tomo de mis memorias".
El premio Nobel responde así, en la sección Gabo contesta, a la pregunta que le hizo Adalberto Valdez desde Puerto Rico acerca de qué son para él los cuentos y si sus lectores pueden esperar un nuevo libro de este género.
El autor de Ojos de perro azul explica: "Escribir una novela es pegar ladrillos. Escribir un cuento es vaciar en concreto. No sé de quién es esa frase certera. La he escuchado y repetido desde hace tanto tiempo sin que nadie la reclame, que a lo mejor termine creyendo que es mía".
La dirección electrónica del semanario Cambio es: www.revistacambio.com. MONICA MATEOS-VEGA