DOMINGO Ť 6 Ť MAYO Ť 2001
Ť Amigo personal del embajador de EU, a quien el martes recibió en su rancho
El Rey del Tomate de California, candidato a edil de Jerez, Zacatecas
Ť Emigró en 1972 al vecino país, donde inventó una máquina trasplantadora y triunfó en el agro
ALFREDO VALADEZ CORRESPONSAL
El Cargadero, Jerez, Zacatecas, 5 de mayo. En el templo de El Relicario de Cristo se ofició este viernes una misa especial: por las "intenciones" de un campesino que hace tres décadas emigró de esta comunidad a Estados Unidos para convertirse en un exitoso productor de hortalizas en California y quien ahora quiere ser presidente municipal de su tierra, "para traer inversiones a México" y cuidarlas él mismo: "No se las voy a soltar a un profesor, porque él no sabe nada del campo, y no se las voy a soltar a un licenciado, porque me roba".
Es Andrés Bermúdez Viramontes, quien a los ocho años de edad salió con su familia de El Cargadero a Tijuana, donde ocupó su infancia en vender paletas y guayabas, fue voceador de periódicos y cantaba en los camiones. En esa ciudad fronteriza también trabajó de repartidor de tortillas, pero sólo en ciertas colonias y explica: "para el lado donde estaban las novias no iba, porque yo era pobre". Hoy se le conoce como El Rey del Tomate en California.
A los 19 años de edad Andrés y su familia regresaron de Tijuana a Zacatecas. Su padre quería que vivieran del campo, sembrando frijol, maíz y chile. "Yo le hice la lucha, hasta los 22 años, pero noƀmás no pude, porque no se daban las circunstancias para la cosecha y cuando se daban no había precio. Ya con eso me casé y dije, aquí no voy a mantener a la mujer, entonces me fui para Estados Unidos".
Era el año de 1972 y Andrés y su esposa fueron internados como indocumentados al país vecino por la frontera de Tijuana: metidos por un pollero en la cajuela de un carro. "Nos metieron al carro antes de llegar a la línea y nos abrieron la cajuela en Los Angeles, ahí estuve dos tres meses trabajando en una fábrica, no me gustó porque en tres meses gané cien dólares y entonces dije no aquí no se puede, no hay futuro, entonces me fui para Sacramento".
En ese lugar trabajó ocho años en la pizca de durazno, chabacano, kiwy y sandía. Logró ser ascendido de jornalero a mayordomo porque aprendió bien el oficio. En ese tiempo, tres ocasiones fue sorprendido por la Migra y deportado. Regresó a Sacramento, de mojado, para hacerse cargo de 5 mil hectáreas de cultivos de hortalizas y frutas.
De mojado a residente inventor
En 1980, Andrés Bermúdez arreglo sus papeles. Ya era residente formal en ese país. "Y ahí empezó a ser otra etapa de mi vida, una etapa con muchas ambiciones, porque ya había sufrido mucha discriminación de toda la gente. Entonces ahí empezó un Andrés con mucha ambición".
Con la experiencia que tenía se fue al estado de Oregon a trabajar para el gobierno y durante diez años cosechó en invernaderos 95 por ciento de los árboles que se plantaban en ese estado. Fue ahí donde concibió una idea empresarial del campo, juntó dinero y comenzó su propio negocio.
"Entonces me dediqué a la agricultura. Para poder salir adelante en un país donde los gringos tienen toda la economía, todo el dinero del mundo, porque inteligentes no son, para sobresalir de ellos, tiene que salir uno con un truco y yo tenía que buscarlo. Entonces inventé una máquina de trasplantar tomate".
Duró dos años para adaptar completamente su invento que de entrada reducía los costos de producción de esa hortaliza en 30 por ciento. Para el tercer año con su invento se plantaron 5 mil acres de tomate. "Entonces ya con ese invento los gringos reconocieron que yo valía"
"Tanto valía que me robaban las máquinas para construirlas ellos en la noche, y eso yo lo tengo en los periódicos que me robaban las máquinas y ellos se reían. Ese año estábamos haciendo la patente, cuando comenzaron a robármela, me robaron las máquinas y ya no alcance a patentarlas, pero de todos modos ellos reconocen que yo las inventé".
Su empresa agrícola ha sido exitosa y hace tres años le dieron el mote de Rey del Tomate, por ser el mayor productor de la hortaliza en el estado de California. "Yo les aventé tres mil hectáreas de tomate, vine haciendo como 250 mil toneladas de tomate". En su rancho de Sacramento, cultiva además lechuga, fresa, sandía, cebolla y calabaza, donde da empleo a 800 jornaleros migrantes, la mayoría mexicanos.
Hoy quiere ser presidente municipal de su tierra, por el PRD, y su arranque de campaña lo hizo con una misa en el templo de su pueblo, donde hasta el sacerdote Enrique Castañeda Torres le apoyó abiertamente: "Que Dios ilumine a este hombre para que llegue a donde aspira", a la vez que pidió a los 300 feligreses que llenaron la iglesia de El Relicario de Cristo, que "vamos a apucharlo, para que suba, que suba a donde quiere llegar".
El suceso concentró en esta comunidad rural, incluso, a la prensa estadunidense. Los Angeles Times envió a dos reporteros para cubrir la nota sobre el personaje que se dice, es "amigo personal" de Jeffrey Davidow, el embajador estadunidense, quien el martes pasado comió con él, en Jerez.