DOMINGO Ť 6 Ť MAYO Ť 2001
Ť Peñón de los Baños
Los zacapoaxtlas siguen su lucha; hoy contra la pobreza
ANGEL BOLAÑOS SANCHEZ
A 139 años de la Batalla de Puebla, los indígenas nahuas de los municipios de Zacapoaxtla y Xochiapulco siguen dando la gran pelea. No es por "su libertad" sino contra la pobreza.
Así lo entiende Enrique Sánchez, originario de Cuauximalayan, quien junto con otros 20 campesinos de la región fueron enviados por el gobierno de Puebla al DF para conmemorar con los habitantes del Peñón de los Baños la fecha histórica.
A sus 47 años, con seis hijos (se casó a los 19), cinco de ellos dedicados, igual que él, al campo y el otro en la escuela secundaria, donde espera que continúe pese a que a veces no hay para los cuadernos, asegura que los de Xochiapulco "somos los más marginados de la sierra de Puebla. Nunca nos toman en cuenta a los campesinos".
Para él sólo hay trabajo de febrero a junio, barbechando y cultivando la tierra con un salario de 40 pesos al día y ayer, después de participar en el desfile en el Peñon de los Baños, ya de vuelta en Puebla, espera cuando menos "una
recompensa".
Emiliano Peralta sabe de eso, no es la primera vez que viene al Distrito Federal a marchar, lo ha hecho para los desfiles del 16 de Septiembre en el Zócalo y la última vez, hace tres años, recuerda que le tocaron 60 pesos, "casi dos jornales completos".
"En la mañana llegó un coronel y nos llevaron en microbuses para Puebla, donde nos subieron en autobuses para venir acá por lo del 5 de Mayo", confió Emiliano, del pueblo de Ahuacatlán.
Caminaron 4.5 kilómetros durante tres horas, por las colonias Peñón de los Baños y Pensador Mexicano, con los huaraches "calientes", aun cuando la mayor parte del día estuvo nublado; con el entumecimiento de las manos por tener agarrado el machete por el mango y, un metro detrás, el ensordecedor estruendo de disparos que hicieron a lo largo del desfile tres "zacapoaxtlas chilangos" con sus escopetas, aunado a las percusiones de los tambores y trompetas de la banda de guerra.
Al final, no hubo tiempo para la comida, ya era tarde para ellos, dijo uno de los responsables de la comitiva. Había que estar a las 3 de regreso, y así se los llevaron de vuelta en un cómodo autobús ejecutivo.