DOMINGO Ť 6 Ť MAYO Ť 2001
Ť Carlos Bonfil
Odisea 2001 Mix
El Festival de Diversidad Sexual en Cine y Video es hasta el momento el único esfuerzo por reunir y presentar en México, de modo sistemático y coherente, una selección de voces de las minorías sexuales en el terreno audiovisual, desde el video independiente hasta la creciente incorporación de la temática gay en el cine de mayorías. Esto tiene hoy mayor relevancia, pues a cinco años de su primera aclimatación en nuestro país, el Festival Mix, de origen neoyorkino, ha logrado no sólo consolidarse institucionalmente, sino también insistir en temas que hoy son ya objeto de debates legislativos (discriminación sexual, homofobia y derecho a las uniones de hecho entre homosexuales). No es mérito menor del festival el poder sobrevivir ahora en un clima adverso de beligerancia conservadora, contando de manera sostenida con el apoyo de empresarios independientes y de importantes instituciones culturales.
El Festival Mix ha conquistado también un público importante en los foros en que habitualmente se presenta (Cineteca Nacional, UNAM, Cinematógrafo del Chopo, Biblioteca de México), y esto obliga a sus organizadores (y anfitriones) a garantizar las condiciones óptimas de exhibición y el respeto al público, y por consiguiente a asegurar el subtitulaje electrónico de los largometrajes exhibidos, sin lo cual se incrementa el riesgo de perder buena parte de ese público o de atraerlo con el único anzuelo de la novedad, o el morbo, aun cuando sólo entienda todo a medias. La UNAM ha garantizado ya ese subtitulaje, la tarea sigue aún pendiente en la Cineteca, donde el festival inicia el viernes próximo.
Odisea 2001 Mix presenta este año, del 2 al 20 de mayo, un número importante de cortometrajes nacionales e internacionales, reunidos en curadurías por género y tema, y una selección de más de veinte largometrajes, algunos distinguidos en festivales internacionales. A diferencia de ediciones anteriores, el largometraje conquista hoy mayor terreno, su calidad es superior, y más factible la posibilidad de su distribución comercial. Por limitaciones de espacio, sólo distinguiremos unos cuantos: en primer término, El fantasma, opera prima del portugués Joao Pedro Rodríguez, "un gran film sobre la homosexualidad masculina, al nivel de Un canto de amor, de Jean Genet, o del clásico anónimo Pink Narcissus". (Libération). Una genialidad discordante en el concierto de cámara del cine lusitano. De España se presenta El mar, de Agustí Villaronga, reflexión sobre la muerte, la obsesión religiosa y el homoerotismo. Un punto fuerte del festival es Temblando ante Dios, de Sandi Simcha Dubowski, señalamiento de la homofobia en la ortodoxia religiosa judía, recuento testimonial de intolerancias patriarcales y posturas de resistencia entre judíos practicantes abiertamente homosexuales: "Ninguna religión que excluya a sus minorías sexuales puede presentarse como una visión humanista", señala uno de ellos. Del canadiense John Greyson se exhibe Lirios o los endebles, según la obra teatral Lilies, de Michel Marc Bouchard. Una oportunidad para descubrir en México el trabajo del autor de Zero patience, primer film musical sobre el sida. El ojo del prejuicio (The jaundiced eye), de Nonny de la Peña, es una exploración en el laberinto de injusticias burocráticas a las que se enfrentan un padre y su hijo por una falsa acusación de estupro dictada por el prejuicio antihomosexual. Sobresalen varios largometrajes más, algunos por su audacia y desenfado (Fucked in the face, de Shawn Durr; The fluffer, de Richard Glatzer y Wash West), otros por su originalidad formal, Maledicta electrónica, del inglés John Maybury (El amor es el diablo). Se presenta también una notable cinta de Patrice Chéreau, Quienes me amen tomarán el tren, sólo exhibida antes por canal 11. Hay novedades nacionales en video (Cuerpo prestado, de Leopoldo Laborde; Morder el polvo, de Mario Arteaga, Arrobo, de Roberto Fiesco, entre muchas otras), y curiosidades como la miniserie televisiva inglesa Stagestruck, breve recuento del teatro gay, desde Oscar Wilde hasta el Tony Kushner de Angeles en América. Son múltiples las sorpresas que propone Odisea 2001 Mix. Es de esperar únicamente que el Festival preserve, en estos azarosos tiempos de cambio, toda su vitalidad, su impulso transgresor, y de modo muy especial, su profesionalismo --a fin de cuentas su mejor protección ante cualquier posible embestida por parte de la derecha.