DOMINGO Ť 6 Ť MAYO Ť 2001
Ť Monterrey nunca pudo levantarse del pesado 4-0 que recibió en el partido de ida
Cesáreo Victorino, con 2 goles, dio el pase a Pachuca
Monterrey, nl, 5 de mayo. Poco les duró el gusto a los Rayados de haber clasificado a la liguilla, pues el Pachuca, con dos goles de Cesáreo Victorino, acabó por sepultarlos al lograr un empate de 2-2 en el juego de vuelta, con global de 6-2.
Luego del 4-0 que los Tuzos le propinaron al equipo de Benito Floro, la empresa se tornó difícil para el equipo que se ubicó cinco fechas como líder y en su casa no pudo remontar el marcador frente a un equipo ordenado que mantuvo el cero hasta el minuto 31, en que Antonio de Nigris remató con la cabeza un centro de Jesús Arellano, a pase de Julio César Tilón Chávez, quien con una jugada individual logró desequilibrar la bien plantada defensa.
Antes del gol, Monterrey se mostró ineficiente para armar los ataques e intentó disparos de larga distancia sin tener suerte, mientras que Pachuca, por la banda derecha con Alberto Rodríguez, tuvo avances que pusieron en peligro el marco local. Cesáreo Victorino, despreciado por la directiva de Rayados con el argumento de que estaba lesionado, tras adquirirlo en el draft, empató al minuto 6 de la segunda mitad con un disparo bombeado al ángulo superior izquierdo desde tres cuartos de cancha, para clarear al portero Ricardo Martínez que estaba adelantado.
Para la segunda mitad, Monterrey comenzó a presionar con cuatro tiros de esquina consecutivos, pero no pudo conseguir de nuevo la ventaja sino hasta el minuto 16, con anotación de Omar Avilán que de derecha desvió un balón ante la salida del portero Miguel Calero, tras un cabezazo que dejó el balón en los límites del área chica.
Era el 2-1 que alentó la ilusión de marcar tres goles que les darían el pase a la siguiente ronda ante la afición rayada que no dejó de apoyar a su equipo.
Al minuto 23, Gabriel Caballero centró desde la banda derecha para que Victorino, solo, se alzara dentro del área y cabeceara para el empate 2-2 definitivo.
El árbitro Eduardo Brizio tuvo una buena labor, ya que llamó a la cordura cuando fue necesario, como en el primer tiempo cuando los jugadores se enfrascaron en discusiones y uno que otro manotazo, mientras que él observaba de lejos y al final llamó a Francisco Aguilera de Monterrey y a Francisco Javier de Anda, que habían iniciado el desorden, para que se estrecharan la mano.
Por los locales amonestó a Gastón Obledo, Paulo César Chávez y al brasileño Flavio Rogeiro, en tanto que del lado del Pachuca vio cartón amarillo Manuel Vidrio.