LUNES Ť 7 Ť MAYO Ť 2001

Ť Habitantes de Oventic señalan que se han concentrado más vehículos artillados

Tensión en zonas zapatistas por aumento del número de tropas en campamentos militares

Ť Imperan expectación y desconfianza luego del rechazo del EZLN a la reforma indígena

Ť "Estamos más pendientes", actitud cotidiana en poblaciones de las Cañadas y los Altos

HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO

Oventic, Chis., 6 de mayo. Si bien no han vuelto a tener noticia del grupo de hombres armados que el jueves pasó cerca de esta comunidad, lo que provocó una alerta de varias horas, los indígenas que vigilan el acceso al Aguascalientes II refieren que en el campamento militar de San Cayetano, a pocos kilómetros de aquí (cinco por carretera, pero menos de tres por veredas), esta semana aumentaron tanto la tropa como los vehículos artillados.

Ahora no hay alerta, "pero estamos de por sí pendientes", dice uno de los indígenas. "Vinieron carros con cañones y soldados por el lado de Puerto Caté", agrega. "No sabemos el motivo".

El campamento de San Cayetano, en los linderos de San Andrés y El Bosque, se encontraba hoy en calma. Un domingo de cuartel. Una decena de vehículos Hummer artillados permanecían estacionados esta tarde junto a los camiones para traslado de tropa.

Según el vocero de Oventic, las tropas recién agregadas a la guarnición no guardan relación con las retiradas de Jolnachoj, también muy cerca de aquí, a principios de año: "Esos soldados se fueron a Rancho Nuevo (San Cristóbal de las Casas) y allí han de estar. Los que llegaron a San Cayetano son otros y ahora vemos que son más que antes".

En los Altos, como en toda la zona de conflicto, la presencia militar es constante y en diversas partes la población de campamentos y cuarteles se incrementa, así como la capacidad de fuego. Esto ocurre, al menos, en la proximidad de los Aguascalientes zapatistas (en las bases de operaciones del Ejército en Patihuiz, Nuevo Momón y San Cayetano, próximos a Francisco Gómez, La Realidad y Oventic, respectivamente).

Aunque desde diciembre pasado las tropas federales han suspendido patrullajes, su número es tan grande que el "bajo perfil" resulta bastante difícil de conservar. Como no dejan de moverse, se retiraron de ciertas posiciones, pero avanzaron en otras al extender las áreas ocupadas por los campamentos. El rechazo zapatista a la reforma constitucional, y la suspensión de contactos con el gobierno federal, anunciados el lunes pasado, abrieron en las zonas rebeldes un extraño compás de espera, un ambiente de expectación y desconfianza.

La expresión "estamos más pendientes" se repite en las distintas comunidades en resistencia de las Cañadas y los Altos con las mismas palabras y actitudes parecidas. Allá afuera, en el mundo de los discursos, pueden pasar muchas cosas; aquí, sólo una: los rodea la maquinaria de la guerra, también, a su vez, pendiente.