Ť "No planeo volver a hacer el viaje, quiero que otros lo hagan", declaró Dennis Tito
Con un suave aterrizaje, la cápsula Soyuz trajo de vuelta a la Tierra al primer turista espacial
Ť Nursultan Nazarbayev, presidente de Kazajstán, dio la bienvenida a la tripulación
Ť El centro de control ordenó administrar dos medicinas al magnate, todavía en órbita
AP
Astana, Kazajstán. La cápsula rusa Soyuz, que trajo de vuelta a la Tierra al primer turista espacial, aterrizó sin novedad en las estepas de Asia Central, con lo que la aventura multimillonaria del estadunidense Dennis Tito por el cosmos llegó el domingo a su fin.
Helicópteros de recuperación vieron encenderse los cohetes de reacción de la cápsula para frenar su caída a aproximadamente un metro del suelo y lograr lo que el Centro de Control calificó de "aterrizaje suave".
Tres aviones de vigilancia, 10 helicópteros y cuatro vehículos todoterreno llegaron a la zona de aterrizaje en el norte de Kazajstán para recibir a Tito y a los consmonautas rusos Talgat Musabayev y Yuri Baturin.
"Fue perfecto, era todo un paraíso", dijo Tito al referirse alegremente a su estadía de seis días en el espacio, coronada con un vertiginoso viaje de tres horas de duración de regreso a la Tierra.
"Fue un vuelo maravilloso, con un gran y suave aterrizaje", dijo Tito, sentado en una silla cerca de la cápsula espacial, con una amplia sonrisa.
Tito y los dos tripulantes de la nave Soyuz fueron trasladados la tarde del domingo al aeropuerto de Chkalovsky, a las afueras de Moscú, camino al centro de entrenamiento de cosmonautas.
Antes de partir, la tripulación de la cápsula del Soyuz se reunió con los tres astronautas que permanecieron en la base orbital para un último contacto de video con el Centro de Control en Koroliov, a las afueras de Moscú.
Musabayev y el astronauta estadunidense Jim Voss se dieron un abrazo, pero Voss se despidió formalmente de Tito al sólo darle la mano.
Tito y los cosmonautas entraron a la cápsula del Soyuz, y una cámara de video unida a la cápsula mostró que la estación espacial desaparecía rápidamente y la imagen de la Tierra comenzó a verse.
La cápsula orbitó una vez más alrededor del planeta antes de frenar y deshacerse de sus módulos habitacionales y de instrumentos para aligerar la carga.
Tito tuvo dificultades para caminar luego del aterrizaje de la cápsula
En la última sesión de comunicación con la tripulación, el Centro de Control pidió a Musabayev que le diera a Tito dos medicinas que no identificó, además de agua salada, para ayudarlo a soportar la presión de las fuerzas de la gravedad del planeta.
La cápsula aterrizó cerca de Arkalik, unos 400 kilómetros al suroeste de Astana, la capital de Kazajstán. La cápsula yacía sobre su costado, ennegrecida por el feroz regreso al planeta a través de la atmósfera.
El olor de metal quemado se sentía en el aire, mientras decenas de funcionarios, periodistas y algunos curiosos se congregaban alrededor de los viajeros del espacio, que aún estaban atados a sus asientos.
Los dos cosmonautas caminaron hasta un puesto médico cercano para someterse a una revisión médica, pero Tito tuvo dificutades para caminar, por lo que dos hombres debieron llevarlo cargando con todo y su silla.
Una persona le regaló una manzana, que Tito lanzó por los aires, como para probar la fuerza de la gravedad.
Una vez que estuvo en tierra firme, Tito reconoció que sí hubo algo que le preocupó sobre el viaje.
"Me sentí mejor que nunca en mi vida en el espacio"
"Estaba atemorizado de que no me iba a sentir bien en el espacio. Pero resultó que me sentí mejor que nunca en mi vida cuando estuve en el espacio", agregó.
Sin embargo, aseguró que no planea volver a hacer este viaje.
"Quiero que otras personas lo hagan", señaló Tito.
La tripulación entonces fue llevada hasta el aeropuerto en Astana, donde fueron recibidos por el presidente de Kazajstán, Nursultan Nazarbayev.
En la terminal aérea, algunas mujeres ataviadas con los trajes típicos de la región les regalaron a los tres hombres ramilletes de rosas rojas.
"En el pasado, sólo en las novelas de ciencia ficción se decía que la gente ordinaria podía viajar al espacio. Sin embargo, usted sentó las bases para el turismo espacial", dijo Nazarbayev a Tito.
"Mi experiencia personal fue más allá de mis sueños", indicó Tito antes de viajar a un centro de entrenamiento de cosmonautas a las afueras de Moscú, donde el turista, de 60 años de edad, se sometió a meses de preparación.