Ť "Publicitarias", las expulsiones de etarras de los últimos años: el vocero del PNV
Anasagasti: en el conflicto vasco, Fox no puede actuar de distinto modo que frente al chiapaneco
Ť El canciller Castañeda definió a los zapatistas como "locos muy peligrosos; me decepcionó"
ARMANDO G. TEJEDA, ENVIADO
Bilbao, 8 de mayo. El vocero y diputado del moderado Partido Nacionalista Vasco (PNV), Iñaki Anasagasti, fue uno de los parlamentarios extranjeros que visitaron el Palacio de San Lázaro en la histórica sesión de marzo pasado en la que se cedió la tribuna al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
Anasagasti explicó a La Jornada cómo el secretario de Relaciones Exteriores de México, Jorge Castañeda, tras invitarlos a asistir al Parlamento les hizo una curiosa advertencia: "Los zapatistas son unos locos muy peligrosos, y por eso vamos a darles mucha cobertura de televisión, para que la gente capte qué tipo de gente son".
Anasagasti reconoció su perplejidad ante lo expresado por el canciller mexicano y concluyó algo radicalmente distinto a lo vaticinado por Castañeda: "Me tocó vivir una jornada histórica que significó para mí una lección política, pues la política está para resolver los problemas, y no para empeorarlos".
El diputado vasco, que estos días vive un intenso trasiego electoral de cara a los comicios del próximo domingo en el País Vasco, elogió la postura del mandatario mexicano, Vicente Fox, aunque confesó la "profunda decepción" que le causó el canciller Castañeda.
"Primero estuvimos con Jorge Castañeda, que a mí me defraudó porque nos dijo que fuéramos al Congreso para que viéramos cómo los zapatistas insultan a Fox, insultan al gobierno e insultan a México. Pero también nos dijo que eran unos locos muy peligrosos, y que por eso había que darles mucha cobertura de televisión; para que la gente capte lo impresentables que son", relató Anasagasti.
El legislador añadió: "la presidenta del Congreso español, Luisa Fernanda Rudi, y el resto de los diputados del Partido Popular (PP, derecha, en el gobierno) no querían ir al Congreso porque los zapatistas traían capucha, pero casi todos los diputados asistimos con mucho interés, pues estábamos, lo sabíamos, frente a un hecho histórico".
Por la noche, narró, "estuvimos con el presidente Vicente Fox, quien nos recibió diciéndonos que había sido un día extraordinario, que había entrado una ola de aire fresco al país. Yo le decía que cuando hay un conflicto hay que plantearse qué hacer con él: o se le envenenar y demoniza, o se le aborda y enfrenta, yo creo que pese a todos los problemas, Fox lo ha abordado bien y con la oposición de su propio partido".
El líder vasco recordó que en un encuentro
con diputados mexicanos, algunos de ellos, "sobre todo los del PRD", se
interesaron por saber por qué el gobierno español no hacía
algo similar con los miembros de la organización armada vasca ETA,
pero "la presidenta Rudi zanjó el asunto, entre otras cosas porque
la embajada de España está muy volcada a seguir la política
policial de Mayor Oreja (ex ministro del Interior y candidato del PP en
los próximos comicios vascos)".
La expulsión de etarras, "convertida en política
de Estado", afirma
Anasagasti se refirió a lo que "al parecer ya se ha convertido en una política de Estado" por parte del gobierno mexicano, que desde 1995 ha expulsado vía Ley de Población a 21 supuestos miembros de ETA, en una práctica instaurada por el gobierno de Ernesto Zedillo.
"Zedillo se dio el lujo incluso de hacer chistes con el tema de las expulsiones, pues recuerdo que dijo a un grupo de diputados del Partido Popular que cómo un Zedillo Ponce de León iba a hacer cualquier atentado contra la unidad de España", según relató Anasagasti.
El diputado consideró que en los últimos años de la administración zedillista, México "se convirtió en una correa de transmisión de la política del ministro del Interior español, lo que ha sido completamente inaceptable, porque México es un país con personalidad y muy nacionalista, que conoce a los vascos y que además es un país que recibió a miembros de ETA porque lo pidió (el ex jefe de gobierno español) Felipe González, y esto a mí me lo contó el ex embajador mexicano en Madrid, Rodolfo Echeverría".
En cuanto a las características de las expulsiones ejecutadas por México, tres de ellas durante el gobierno de Fox, el legislador vasco explicó: "todas las expulsiones que ha hecho México los últimos años han sido sobre todo propagandísticas, que es lo peor que puede haber. Yo entiendo que si hay un comando etarra dormido en México y que viene a actuar aquí, que la policía haga su trabajo me parece perfecto, porque hay que evitar el delito, pero, ¡cuando se trata de gente que está rehaciendo su vida...!.
"Estas expulsiones --dijo-- tienen como único fin publicitar éxitos internacionales entre comillas y que se cuelgue medallas el gobierno español, pero el costo para México es muy alto, pues rompe toda una trayectoria. Además, no acabo de entender esa obsequiosidad con el rey, con el gobierno español, con Aznar, con el viejo discurso de la Madre Patria. México es un país con personalidad que no puede andar por ahí de alfombra de nadie.
"En este momento, Mayor Oreja y Aznar están presionando mucho a través del Partido Acción Nacional, que es pieza importante de la recomposición de la democracia cristiana. Pero yo creo que se trata de una contradicción, porque Fox no puede actuar en el conflicto vasco de manera distinta a la que está adoptando en el conflicto mexicano, porque los principios son los principios y, mucho más él, cuya madre es de San Sebastián. Si Fox quisiera informarse de verdad de lo que pasa aquí que no oiga sólo con un oído, sino que preste atención con los dos".
Anasagasti, quien tiene un hijo mexicano y fue exiliado de la dictadura franquista, concluyó: "México debe seguir teniendo su personalidad: una cosa son las relaciones diplomáticas desde la corrección y el respeto, y otra es la sumisión, y en algunos discursos de políticos mexicanos he visto una sumisión inaceptable desde el punto de vista de un país con la historia de México".