MIERCOLES Ť 9 Ť MAYO Ť 2001
Ť Estrenarán cuatro obras infantiles en la UACB
Los ancianos deberían incidir en la educación de los niños: Albornoz
Los ancianos deberían tener un papel importante en la enseñanza de los niños, como ocurre en los pueblos indígenas, donde ayudan a transmitir de manera oral la amplia cultura que heredaron y la cual les da identidad, señala Camilo Albornoz.
El dramaturgo y director advierte, además, que se vive en una sociedad ciega hacia el futuro, sorda ante el pasado y muda frente a las atrocidades del presente. La actitud es de una ''felicidad consumista", dice.
Albornoz es autor y director de La abuela Cotita y El abuelo Juan, que Mojiganga Arte Escénico estrenará el sábado 12 en teatros de la Unidad Artística y Cultural del Bosque (UACB).
Ambos espectáculos abordan la magia y los misterios de México mediante títeres, actores y músicos, los cuales recrean la experiencia y alegría que los ancianos pueden transmitir, pero también su preocupación ante el olvido del oficio más importante: saber vivir.
Ayer se anunciaron otras dos obras infantiles: El agujero negro, escrita y dirigida por Guillermo Méndez, y Flor sin raíz, de Patrick Johansson, adaptada por Esmeralda Peralta y Leticia Negrete, y puesta por el grupo teatral Palleti.
''Estamos inmersos en una sociedad de consumo que ignora las lecciones del pasado", señala Albornoz en información de prensa del Instituto Nacional de Bellas Artes, a cargo de la citada unidad cultural que se ubica atrás del Auditorio Nacional.
Ello ocurre, considera, por no dar el debido valor, en la educación de los niños, a la información sobre las tradiciones y la cultura en general de México y el mundo.
Es por eso que, según se informó, el personaje de la abuela Cotita conoce juegos, canciones y leyendas, y todo lo que los papás y los niños deben saber para ser felices. Cuando los nietos visitan a Cotita, siempre aprenden algo nuevo sobre estos juegos de la tradición mexicana.
En El abuelo Juan, el protagonista abandonó el bosque del nahual para asistir al bosque de Chapultepec y así contar la historia de su vida, por ejemplo, cuando con su burro (sabio y medio brujo) buscaba a Don Miedo en medio de emocionantes aventuras. Mientras, en El agujero negro se plantea la interrogante de qué regalar a una mamá en su cumpleaños, quizá una de las preguntas más difíciles para un niño de diez años, sobre todo cuando la madre tiende a perder los objetos.
Flor sin raíz, a su vez, busca mostrar de manera vivencial la riqueza de los títeres como expresión del arte y pone a los niños en contacto con un lenguaje esencial, simbólico y mágico. (ARTURO JIMENEZ)