JUEVES Ť 10 Ť MAYO Ť 2001

Ť La OMC encabeza la ofensiva que sanciona a quienes no siguen sus lineamientos

Para indígenas, las políticas de ajuste de BM y FMI son tan destructivas como las guerras

Ť Delegados indios de 75 países analizan en Panamá el neocolonialismo económico

ROSA ROJAS ENVIADA

Panama, 9 de mayo. Sólo la guerra ha ocasionado más destrucción a los pueblos indígenas del mundo que las políticas de desarrollo y ajuste estructural del Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), se afirmó aquí en la Conferencia del Milenio de los Pueblos Indígenas.

Al mismo tiempo se advirtió que la nueva colonización, organizada y promovida desde la Organización Mundial de Comercio (OMC), busca controlar el destino de los países a través de los poderosos instrumentos con que cuenta esta institución para sancionar a los gobiernos que no cumplen sus directrices.

Estas se extienden a cada vez más ámbitos de acción, a los cuales se les quiere tratar sólo como cuestiones de financiamiento, de inversión, dándoles valor de mercado, convirtiendo en mercancía el uso de la naturaleza, el medio ambiente, la cultura, los recursos biológicos y el conocimiento tradicional de los pueblos indios, sobre los cuales se están dando patentes en beneficio de las empresas multinacionales.

"Un bosque sólo tiene valor de mercado cuando se corta, un niño en cambio es un gasto para mantenerlo sano; nuestras tierras y valores son siempre los más ineficientes y los que tienen menos valor en sus términos", se planteó.

En los trabajos de hoy los 75 delegados del norte, centro y sur de América, Asia, Africa, la región del Pacífico, el Artico y Rusia, que asisten a la reunión organizada por la organización Kuna Napguana y el Centro Holandés para los Pueblos Indígenas, discutieron sobre los pueblos indios y el neocolonialismo económico y sobre los derechos de la propiedad intelectual.

Nos han dicho que no hay alternativas para la globalización y por eso introducen nuevas instituciones y prácticas que aumentan el desequilibrio en nuestras sociedades y medio ambiente. Son fases de la colonización económica que han recibido respuestas muy críticas de los pueblos indígenas y sus comunidades, expuso Joji Cariño, de Filipinas, del Centro Indígena para la Investigación de la Política Internacional y la Educación.

Planteó que ante esta situación los pueblos indígenas, como actores internacionales, están dando la batalla por el reconocimiento de sus derechos humanos colectivos, por su autodeterminación; tendrán que aprender a organizarse y a trabajar de maneras nuevas, "junto con otros porque no lo sabemos todo".

Globalización: Ƒpaso adelante de la humanidad?

Tendrán que hacer un uso estratégico de la información y realizar no sólo trabajo de cabildeo en los organismos internacionales sino de educación, de investigación, campañas, acciones para influir en las políticas públicas, unirse a otros sectores para quitarles su poder a los líderes económicos que son muy fuertes y están haciendo mucho daño.

Apuntó que la ideología de la globalización es la economía neoliberal que busca minimizar el Estado. "Todo eso es propaganda que se le vende a la gente como el siguiente paso del progreso, pero desde que la OMC entró en operación ha aumentado la injusticia social".

La ponente dio a conocer un estudio del Programa para los Pueblos de los Bosques en el que se advierte que muy pronto el Banco Mundial distribuirá el último borrador de su política revisada hacia los pueblos indígenas que, al ser aprobada, determinará la manera en que el banco y sus prestatarios -o sea los gobiernos- tratan a los pueblos indígenas en proyectos y programas de desarrollo.

Al mismo tiempo, la rama del banco que vela por la calidad de sus proyectos está comenzando una evaluación tardía de la implementación de la política de la institución hacia los pueblos indígenas en América Latina, Asia y Africa, misma que las organizaciones indias y las ONG han solicitado por años.

El documento indica que la nueva política es más débil que la que está siendo revisada, ya que no impone ningún requisito al prestatario que le obligue a tomar acción para asegurar los derechos de los indígenas a sus tierras y sus recursos.

El estancamientos de los pueblos indios

El banco también se rehúsa a modificar sus políticas operativas para que se tomen en cuenta las recomendaciones de la Comisión Mundial sobre Represas. "El hecho de no incluir estándares nuevos hace inevitable que las políticas del banco, tal como su política hacia los pueblos indígenas, se queden estancadas y atrasadas con respecto a los índices internacionales".

Anota también que sin una política fuerte y ejecutiva hacia los pueblos indígenas, éstos no tendrán un mecanismo para poder exigir responsabilidades al banco y sus clientes cuando sus operaciones de crédito perjudiquen a las comunidades y a los territorios indígenas, por lo que se hacen esenciales estipulaciones obligatorias que respeten los derechos de los pueblos indios para que éstos puedan hacer reclamos a través del Panel de Inspección del banco.

Añade que la política en vigor, aunque fue criticada por organizaciones indígenas al no haber sido elaborada mediante un proceso participativo en consulta con los pueblos indígenas, si se aplicara eficazmente "constituye un marco útil para promover los derechos indígenas dentro de las operaciones del BM".

Desafortunadamente su aplicación en los 90 fue "variable y a veces de calidad pobre", debido, entre otras causas, a que no se ha hecho ningún intento para retar las políticas del prestatario; estudios preliminares endebles; reformas jurídicas inadecuadas o ausentes; incumplimiento de dar prioridad a los asuntos de tierras y recursos; flujos de información obstaculizados; falta de un programa de desarrollo para los pueblos indígenas.

Así, el incumplimiento de la política citada resulta en que los pueblos indígenas "sufren una calidad de vida peor después de realizarse los proyectos financiados por el banco". De ahí que se enfatice que es necesario fortalecer las estipulaciones de las políticas junto con reformas institucionales, para mejorar la aplicación de ellas en la práctica, siendo necesario integrar la política hacia los pueblos indios en todo el rango de operaciones en los países prestatarios, incluyendo los préstamos de ajuste estructural.

Anota que la sociedad civil deberá examinar sus campañas y estrategias en relación con el Banco Mundial y mantener sobre él la presión para que tome en cuenta las propuestas realizadas por organizaciones indígenas -desde 1998-99- para que refuerce sus directrices, particularmente en relación con los derechos territoriales y la autodeterminación, y debe reconocer el derecho al consentimiento previo, libre e informado, prohibir completamente el desalojo forzado y poner énfasis en la necesidad de seguridad territorial, además de involucrar a pueblos indígenas en la implementación, el monitoreo y la evaluación, entre otros aspectos.

Cariño subrayó que el BM y el FMI han ido perdiendo legitimidad luego de las grandes protestas por la administración de la crisis de la deuda ocasionada por sus propias políticas y en ello han influido los zapatistas, de México, y las protestas de Seattle y las que se han venido dando después.

Ante esta situación cuestionó si habría que revisar la estrategia que han seguido algunas ONG y organizaciones indígenas de participar en las consultas de estas instituciones o deslegitimarlas.

Marco Murillo, del Consejo de Pueblos Indígenas de Ecuador, informó que el BM se introdujo en las organizaciones de base de su país con un crédito directo de 50 millones de dólares para sus proyectos. Con esto las ha dividido y ha controlado el discurso de los dirigentes contra las organizaciones de crédito, "les ha tapado la boca". El BM ha presentado éste como un proyecto modelo para ser aplicado en otros países, alertó, señalando que en su ejecución la institución dejó fuera a las organizaciones indígenas y creó una unidad técnica ejecutora "para que no hubiera influencias políticas".

Respecto a los derechos de propiedad intelectual, Atencio López, de Napguana, mencionó que cada vez son más las patentes otorgadas a personas y empresas que lucran con el robo de las sabidurías y recursos de los pueblos indígenas, por lo que debe haber conciencia de que del control, conservación y desarrollo de esos recursos depende en gran medida la autonomía o libre determinación por la que éstos luchan.

Señaló que el sistema actual de leyes de patentes, marcas registradas, diseños y derechos de autor no protege las garantías indígenas, lo que hace necesario formular estrategias que respondan y protejan sus intereses. Entre ellas debe figurar la adopción de nuevos sistemas de propiedad intelectual "y la celebración de acuerdos contractuales bilaterales con la plena participación y con conocimiento previo informado de nuestros pueblos" y apuntó que en un futuro el ente competente para tratar estos asuntos sería el Foro Permanente de los Pueblos Indígenas de la ONU.