JUEVES Ť 10 Ť MAYO Ť 2001
Ť En los legisladores "pudo más la ética de la responsabilidad", dice el consejero
Reforma indígena a medias: Jaime Cárdenas
Ť A las etnias "se les está dando el tratamiento de un partido político o de sindicato", indica
ELIO HENRIQUEZ CORRESPONSAL
San Cristobal de las Casas, Chis., 9 de mayo. Al afirmar que "era previsible" que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) rechazara la ley sobre derechos y cultura indígenas recientemente aprobada, porque "no recoge a cabalidad los acuerdos de San Andrés", Jaime Cárdenas, consejero del Instituto Federal Electoral (IFE), dijo que entre los senadores y diputados federales "pudo más la ética de la responsabilidad que la de la convicción, cuando debió ser al revés, para evitar quedarse a medio camino, como les ocurrió".
Según el jurista, al haberse aprobado en las reformas que los pueblos indios son reconocidos como sujetos de interés público, "se les está dando el tratamiento de un partido político o de un sindicato", pues la naturaleza jurídica del interés público "está a la mitad de una figura de derecho privado y una figura de derecho público".
Entrevistado en esta ciudad, adonde llegó para dictar una conferencia sobre derecho electoral, Cárdenas dijo estar de acuerdo con las críticas que se han hecho a la ley indígena, y añadió que los legisladores "se quedaron a medio camino y no fueron capaces de trascender un esquema de negociación tradicional" en el Congreso de la Unión, "por razones de responsabilidad, de acuerdos políticos o de negociación; ellos pudieron haber trascendido ese esquema hacia un ámbito más ambicioso y más cercano a los acuerdos de San Andrés. No lo hicieron. Fueron muy responsables desde el punto de vista de la ciencia política, pero no tuvieron un compromiso moral fuerte con el cambio que demandaba el país", enfatizó.
Cuando se le pidió su opinión acerca de las citadas reformas, el consejero del IFE respondió: "Me preocupa mucho lo que ha ocurrido; creo que sucedió por esta idea de la ética de la responsabilidad. No es que haya sucumbido la ética de la convicción, pero ha podido más la ética de la responsabilidad que la de la convicción''.
También opinó: "México es una nación única e indivisble; haberla planteado de esta forma condiciona toda la reforma. Se hubiese planteado la reforma constitucional en el ámbito de una nación de naciones, porque eso es México: una nación mestiza mayoritaria y una serie de naciones indígenas; se hubieran generado una serie de consecuencias jurídicas", ausentes en ley que se aprobó.
Insistió en su desacuerdo con las reformas, entre otras razones porque con "la concepción, por ejemplo, de los pueblos como entidades de interés público, se les está dando el tratamiento de un partido político, de un sindicato. Recordemos que cuando se hizo la reforma al artículo 77 en materia de partidos la entidad de interés público era una figura de interés medio entre una persona de derecho privado y una de derecho público, porque una persona de derecho público implica ser un órgano del Estado y entonces se dijo que los partidos no podían ser un órgano del Estado, porque están a mitad de camino entre la sociedad y el Estado, por eso deben ser entidades de interés público".
Subrayó: "Se sabía desde el principio que esa era una inquietud. Ya lo sabíamos desde aquel rompimiento inicial que se hizo de los acuerdos de San Andrés: la demanda por el reconocimiento a ser personas de derecho público".
Opinó que para garantizar una buena ley, "lo más responsable hubiese sido no aventurar ninguna posición inicial -de los legisladores- para no estar atados a ella. Lo más responsable hubiese sido mantener una posición de cierta reserva y esperar el momento para una negociación más ambiciosa. Pero no fue así".