JUEVES Ť 10 Ť MAYO Ť 2001
REPORTAJE
Festejo de 10 de mayo en el dormitorio B-7 del Reclusorio Neza Bordo
''Todos tenemos madre, aunque estemos en la cárcel''
ARTURO CRUZ BARCENAS
"Todos tenemos madre; además, en la cama y en la cárcel se conocen a los amigos", comentaron unos valedores de Pablo Jiménez, preso en el módulo de dormitorios B-7 del Reclusorio Neza Bordo (de Xochiaca), quien es compadre de Chava, miembro destacado de la palomilla que integra el equipo España -de mero Nezahualcóyotl-, con más de 10 años de historia de barriada y varios campeonatos de futbol coronados con trofeos que muchos tienen en sus casas cual altares.
Ellos se pusieron de acuerdo para hacer ver a la esposa de Pablo, quien hoy festeja su día como mamá, que la amistad es algo sagrado en el barrio, y que su compañero, si cometió un error, debe echarle muchas ganas para no doblegarse, por su familia, su esposa y sus dos hijos que luchan afuera por sobrevivir, pero sobre todo por él mismo. Todos viven en unas calles del nuevo barrio bravo, donde habitan policías y judiciales, y tienen a la madre como algo que no se toca ni con el pétalo de una rosa.
El pasado domingo llevaron su música (un equipo de sonido) al B-7 para festejar a las madres de los presos. Esperan que las circunstancias los libren de caer en las garras de la justicia. "Allá adentro hay inocentes", comentan, y citan el caso del preso que lleva ya unos tres años encerrado. "Todo porque fue a una fiesta; le prestaron una chamarra y, la de malas, hubo una redada. En una de las bolsas había tres gramos de cocaína, pero lo malo es que también había dinero. Una cosa es que consumas y otra que distribuyas; es peor lo segundo".
Casi todos ayudaron en la talacha de cargar y descargar el equipo de sonido Charly, el domingo 6. Ninguno es inglés y fueron llegando paulatinamente. La mayoría llega; varios fallan. Más tarde recibirán su respectiva y bien merecida mentada de madre. Muchos extrañan a Pablo, chambeador de los de a deveras. Las circunstancias lo han llevado tras las rejas; la maraña kafkiana y la imposibilidad de explicar en pocos minutos por qué está ahí, esperando aún la sentencia.
En un lapso, mientras se realiza la fiesta por el Día de la Madre en el B-7, Pablo invita a comer unas tostadas de tinga de pollo y mole con pollo. En su dormitorio o cantón, mientras invita un vaso con refresco, comenta esperanzado: "A fines de mes (mayo) todo se decide...". Aprieta las manos. "Un juez ya dijo que por él no hay problema". Y suspira. La esperanza muere al último.
-ƑCómo ve, señora? -se le inquiere a la esposa de Pablo.
-... šYa ni sé, la verdad! Pero es muy difícil tener a estos dos hijos y a su papá aquí...
Dentro de la celda todos callan. Un sentimiento egoísta crece colectivamente ("qué bueno que no debo quedarme aquí"). "ƑCómo ves?". "Está cabrón".
Es sólo una historia de las muchas que pueden destejerse en este módulo B-7 en el Día de la Madre.
Se van los amigos de Pablo. "Qué bueno que sabemos que este cuate está bien", comentan. "Ahora lo grueso va a ser el regreso del equipo", dice El Flaco, quien da una disculpa adelantada por no poder cargar.
ASI NOS TOCO VIVIR
Miguel Carlos Arévalo, preso autor de la obra de teatro Así nos tocó vivir, dedicada a las madres, comenta que es importante que el reo se acuerde de su gente y le exprese lo que siente. Como a unos no les salen las palabras, el arte es un vehículo de comunicación. Carlos llegó por un motín a este penal, hace un año, y se ha dado a la tarea de limpiar de lacrosos el módulo B-7. No ha sido fácil y se tuvo que aventar varios tiros con presos que lo consideran un chivo, un borrego, un soplón.
Maneja la tienda del penal, "otra bronca", pues varios quisieran tal regencia. Su rostro luce varias cicatrices, sus puños igual. Fuerte, se ha partido la madre para sobrevivir y cambiar ese módulo. Le han apoyado presos como el compadre de Chava, Pablo, pero no ha sido fácil, reitera.
Comenta que hoy ya pueden dormir tranquilos, sin miedo a que los atraviesen (les claven una punta) cuando cierren sus celdas. Ha recurrido a La Biblia y al Salmo 23. Cincuenta presos rezan diario en la iglesia del penal.
-ƑPor qué estás aquí?
-Me rebelaba de todo. Estudiaba derecho y me daba cuenta que una cosa es lo que está escrito y otra la realidad. No sé. Si veía rojo avanzaba; si veía verde, me detenía. ƑEl tiempo? Es una cárcel, pero es de Dios. Pero me rebelaba. Estuve un año apandado. Lalo -uno de los que le ayudaron a montar su obra de teatro- sale en un año; fue gente de Ríos Galeana. Sí, aquí hay gente inocente, por las circunstancias. A mí los abogados me llevaron al baile. Ahora ya cambiamos este sitio, donde antes había gente que en sus celdas pintaban al Diablo, color sangre. Otro, El Chaca, escribe pensamientos; él casi no habla.
Miguel Carlos Arévalo Sánchez obtuvo mención en el concurso de cuento Llaves de papel-Cartas a José Revueltas, por su texto ƑY los pájaros?
''EL CHISTE ES NO DEJARLO MORIR SOLO''
Si meter el sonido estuvo de a peso, sacarlo estuvo cañón. Ya las madres se han ido y los amigos de Pablo apenas pueden con su alma. Y a cargar. Ya en la colonia, en la calle, unas chelas bien helodias sacian la sed acumulada. "Allá en la cárcel de lo que daban ganas es de una de estas cervezas", dice el carismático Flaco.
Rumía la palomilla y comprenden al amigo preso. "Ya supimos cómo está la onda; ahora el chiste es no dejarlo morir solo (a Pablo Jiménez)", dice El Flaco, quien supo lo que es estar guardado. Entre chela y recuerdo dan las doce de la noche. "En esta calle -de Neza- la policía ya sabe que nomás no la hace. Aquí no nos dejamos. Aquí sí nos partimos la madre", finalizó el Chava.
A 85 años de la canonización de la Virgen de la Caridad del Cobre
Cachita-Ochún, una historia de fe que va de lo verídico a lo fantástico
Al igual que nuestra Lupita Tonantzin, la deidad cubana fue en un principio cuestionada como imagen de culto por la autoridad eclesiástica, sin embargo se convirtió en un ejemplo de la resistencia de la fe de los isleños
ERNESTO MARQUEZ ESPECIAL
Este 10 de mayo se celebra en Cuba el 85 aniversario de la canonización de Cachita, la venerada Caridad del Cobre, patrona de la isla bella y madre espiritual de los cubanos.
El evento se considera importante, no sólo por lo que la virgen representa sino también por ser un ejemplo de la resistencia de la fe de los isleños.
Cachita, al igual que nuestra Lupita Tonantzin, fue en un principio cuestionada como imagen de culto por la autoridad eclesiástica, debido a que su registro no estaba dentro de sus cánones, pero a base de insistencia y "terquedad de fe" fue aceptada como patrona y protectora de los cubanos hace justo 85 años, cuando el Papa Benedicto XV decidió su canonización.
DE MILAGRO EN MILAGRO
Aquí una breve relatoria de los hechos que transcurren entre lo verídico, lo fantástico y lo anecdótico:
En 1608, Santiago del Prado (hoy Santiago de Cuba) era un pueblo animado y sus minas, de las que se extraía el cobre necesario para España, estaban rindiendo sus primeros frutos bajo el mando de Francisco Sánchez de Moya, capitan del ejercito español y gobernador de la villa.
Sin acontecimientos relevantes que comentar, más que los devenidos de la extracción del metal cupreo, la vida en esa localidad situada al oriente de la isla de Cuba transcurría de lo más apacible hasta aquella mañana de junio en que llegó de El Cobre, el pequeño poblado de mineros, la noticia de la aparición fabulosa y divina de una nueva virgen.
Enterado del hallazgo, Sánchez de Moya pidió se investigara bien a bien el suceso y así se lo hicieran saber. Ante él fueron llevados los hermanos Juan y Rodrigo de Hoyos y el negrito Juan Moreno, todos naturales de la comarca, quienes narraron los pormenores de como en la bahía de Nepe habían encontrado una estuatilla que se hacía llamar Virgen de la Caridad.
Atónitos y alegres contaban que siendo de mañana se hicieron a la mar rumbo a las salinas que están en Cayo Francés, pero a media travesía se desató una tormenta que amenazaba con hundir la frágil embarcación y aterrados comenzaron a rezar pidiendo protección para sus vidas. Al cabo de unos minutos cesó la tempestad y acto seguido divisaron algo en la superficie del agua.
"A simple vista no distinguíamos qué era aquello que sobresalía sobre la espuma blanca -narraban vivamente emocionados-, primero nos pareció pájaros o ramas secas y luego algo parecido a una niña. Nos acercamos más y... Ƒsabe lo que vimos?, vimos la imágen de la santísima virgen con el niño Jesús en los brazos y una inscripción que dice 'Yo soy la Virgen de la Caridad', misma que traemos ante vuestra merced para que tenga a bien darle cobijo en la iglesia del Cobre".
Sanchez de Moya mandó a construir una capillita en el Hato de Barajagua donde fue depositada la imagen, pues a pesar de su origen toledano y su devoción a la Caridad de Illescas, sabía que en la iglesia del Cobre -situada justamente en el pueblo minero- no había sitio para la recién llegada: el altar principal pertenecía al feroz Santiago el Mayor, patrono del lugar, y los santos menores estaban ocupados ya por Santa Bárbara y Nuestra Señora del Rosario.
En Barajagua la nueva virgen empezó a recibir homenajes de devoción que respondió con numerosos milagros. Pero ella deseaba establecerse en El Cobre. Así, durante tres noches desapareció del bohío-santuario apareciendo en distintos sitios a la vez, según afirmaban los lugareños. Incluso dijeron que una de esas noches, cuando sobrevolaba por las lomas de Santiago, se le apareció a una niña de nombre Apolonia, pidiéndole un santuario.
Francisco Sánchez de Moya se vio obligado entonces a permitir el traslado de la virgen, aunque estaba convencido de que las narraciones de sus paseos nocturnos y sus dotes milagrosos eran cosas de indios y negros fantasiosos. Por eso la relegó a una ermita próxima a la iglesia e informó al rey que allí se le rendía culto a Nuestra Señora de Guía (por Caridad) de Illescas.
A partir de entonces su imagen empezó a ser objeto de una gran adoración por parte del pueblo cubano, lo que motivó que el 10 de mayo de 1916, el Papa Benedicto XV la canonizara declarándola Patrona de Cuba.
Nuestra Señora de la Caridad del Cobre estuvo allí reinando hasta que las excavaciones de las minas arruinaron el templo que le daba abrigo. Fue trasladada entonces a una capilla ubicada en el centro del poblado del mismo nombre donde permaneció hasta 1927, en que por iniciativa de Monseñór Felix Guerra Ezía, arzobispo de Santiago de Cuba, se decidió erigirle el templo definitivo en el mismo lugar donde se le apareció a Apolonia, y al que hoy acuden millares de cubanos fieles.
CACHITA ES OCHUN
La Virgen de la Caridad del Cobre se sincretiza en la santería cubana con Ochún, orisha mayor del panteón yoruba, dueña del amor, de la femineidad y del río. Esto no es casual ya que Cachita, como le llaman cariñosamente a la virgen, guarda bastante parecido con Ochún. Para comenzar, ambas son presentadas como hermosas mulatas que a su vez representan a la mujer cubana. La virgen está ataviada con una bata amarilla (el color de este orisha), sujeta a la cintura con una faja en forma de rombo (mismo detalle en la vestimenta de la deidad africana) y es, al igual que su contraparte, auxiliadora de las parturientas.
Para los católicos, al igual que para los santeros, está claro quién es quién, aunque en ese sincretismo secular se confundan las pasiones.
Cuando el Papa visitó Cuba y se encargó de la coronación de Cachita tuvo mucho cuidado de no mencionar esta relación que la santería mantiene con la virgen. La Iglesia no está de acuerdo con las formas de la santería aunque sabe que gracias a su práctica el catolicismo en Cuba se vio fortalecido.
Entre los devotos de Cachita-Ochún se encuentran nombres de héroes de la independencia cubana, intelectuales de todos los tiempos, artistas plásticos, músicos, artesanos, tránsfugas ideológicos e incluso los revolucionarios que lucharon contra Batista y que antes de los dogmas marxistas existieran como impedimentos acudían desinhibidos al santuario del Cobre, situado en las faldas de la Sierra Maestra.
Las ofrendas y exvotos se cuentan por decenas y su imagen y gracia se ve reflejada en el arte popular, que lo mismo la versiona en obras plásticas, literatura o poesía que en la música popular, donde se descubre un gran catálogo de canciones tales como Los dos Juanes, A la caridad del Cobre, Ochún milagrosa y la clásica Cachita: "Oyeme Cachita, traigo esta rumbita..."
Hoy, muchos irán allá, donde está Cachita y harán una plegaria por la caridad.