VIERNES Ť 11 Ť MAYO Ť 2001
Ť En 16 horas no hubo control en prevención antimisiles
Incendio en sistema espacial deja a Rusia vulnerable a un golpe nuclear
JUAN PABLO DUCH CORRESPONSAL
Moscu, 10 de mayo. Durante casi 16 horas, demasiadas para un país que aspira a seguir siendo considerado una superpotencia militar, Rusia estuvo vulnerable este jueves a un hipotético golpe nuclear al perder control sobre cuatro satélites, como consecuencia de un incendio que por completo dejó fuera de servicio uno de los principales puestos de mando del sistema espacial de prevención de ataques con misiles.
El siniestro, ocurrido por un cortocircuito en antediluvianos cables que redujo a cenizas todo un edificio de seis pisos en la base militar de Serpujov-15, región de Kaluga, a unos 60 kilómetros al suroeste de esta capital, puso de relieve el deplorable estado de las instalaciones militares que, hasta hace unos años, permitían que Moscú y otras zonas estratégicas quedaran a salvo de una eventual agresión nuclear.
Hacia la noche de este jueves, según fuentes militares rusas, se recuperó el control sobre los cuatro satélites, componentes esenciales del sistema de prevención llamado en clave "Oko", desde un centro de mando alternativo, el Golitsyno-2, que operará desde ahora con una importante sobrecarga.
Por fortuna, el incendio no provocó víctimas, pero se estima muy difícil poder reconstruir con rapidez el edificio consumido por las llamas. Los daños, al parecer, fueron de tal magnitud que quizá se tenga que habilitar un nuevo puesto de mando en otro lugar.
El comandante en jefe de las fuerzas cósmicas del ejército ruso, general Anatoli Perminov, aseveró que los satélites están "en perfectas condiciones" y se excluye el riesgo de que pudieran salirse de su órbita o caer sobre la Tierra.
Al mismo tiempo, es un secreto a voces que las fuerzas cósmicas, antes supeditadas a las fuerzas de misiles estratégicos y ahora rama autónoma del ejército ruso, atraviesan por una profunda crisis.
En los tiempos soviéticos, más de 120 spútniks militares integraban el sistema de prevención de ataques nucleares (al margen del "escudo" específico derivado del Tratado ABM, que Estados Unidos se dispone a violar ahora con su proyecto de Sistema de Defensa Antimisiles) y, en unos cuantos años, la mitad de esos artefactos se volvió inservible.
De los aproximadamente 60 satélites militares que dispone Rusia, se tienen datos que apuntan a que no menos de 50 por ciento está próximo a rebasar todo plazo razonable de explotación, mientras la capacidad para sustituirlos es mínima.
Por ello, expertos independientes coinciden en que este incendio, de suyo grave, se inscribe en uno de los problemas más serios que debe afrontar Rusia: el desgaste, cercano a la obsolescencia, de más de 70 por ciento de toda la infraestructura básica del país.
Reconocido por las autoridades locales al más alto nivel, el llamado "problema 2003", año a partir del cual los fallos, accidentes y colapsos en el territorio de Rusia pueden ocasionarse en cualquier lugar y en cualquier momento, es objeto de los trabajos de una comisión gubernamental que debe diseñar todo un programa de medidas urgentes.
Por falta de las astronómicas sumas requeridas, en contraste con el discurso que desde el Kremlin pretende recobrar una condición de gran potencia para Rusia, la mencionada comisión no está en condiciones de ofrecer una solución integral y tendrá que limitarse a proponer paliativos aquí y allá, sobre la marcha.