VIERNES Ť 11 Ť MAYO Ť 2001
Ť Los gladiadores carecen de seguro médico y de vida
La lucha libre extrema, un espectáculo suicida
Ť Charly Manson, inactivo año y medio Ť La tripe A nos trata como mercancías: Fantasma
CARLOS HERNANDEZ
Recostado en la cama de su departamento del sur de la ciudad, con la pierna izquierda inmovilizada, una cicatriz en la cabeza y un tanque de oxígeno al lado, el luchador Charly Manson no se queja de su suerte y dice: "La lucha libre extrema es un espectáculo suicida".
Charly Manson habla con conocimiento. Su última lucha fue el pasado 30 de marzo en ciudad Madero. Con su grupo Black Family enfrentó a los llamados Batos Locos. Combatía en la categoría de lucha extrema, donde todo se vale. Charly dominaba su duelo personal ante Sicosis, por lo que decidió colocar unas mesas abajo del cuadrilátero y sobre ellas puso a su seminconsciente rival. Subió entonces a una escalera para desde allí lanzarse contra Sicosis y con el peso de ambos romper la mesa, en una acción espectacular.
Sin embargo, Sicosis se recuperó, movió la escalera y Charly cayó en el piso de concreto.
"Me rompí el fémur y con un golpe en la cabeza perdí el conocimiento. Los paramédicos habían reportado fractura de cráneo, pero sólo fue traumatismo y nada más me dieron unas puntadas", recuerda.
Al día siguiente, sin embargo, sufrió insuficiencia respiratoria por una hemorragia interna en el pulmón izquierdo. "Me estaba muriendo. Fui entubado por seis días, estuve en terapia intensiva y recibí seis transfusiones de sangre", señala de buen humor el joven luchador.
-Y ahora, con lo que te pasó, Ƒqué opinas de la lucha extrema?
-Es un nuevo concepto que le ha gustado mucho al público. Nosotros a veces luchamos más técnicamente, pero el público nos abuchea porque quiere cosas espectaculares. Por eso nosotros tratamos de agradar y ni piensas en los riesgos... hasta que te sucede esto que me pasó a mí.
Charly Manson había sufrido otros accidentes: dos contusiones cerebrales, dislocación de clavícula y lesiones "más simples" como luxaciones en manos, inflamación de codos y heridas en la frente.
La lucha extrema es una nueva invención de Televisa, que más bien parecen peleas callejeras. Los luchadores se pegan con todo y se dan de sillazos, se pegan con bats de púas y escaleras metálicas y hasta se agreden con fuego, en una "burda imitación" de los estadunidenses, según definición de El Fantasma.
Espectacular para el aficionado, la también llamada Lucha X implica riesgos para los participantes.
"Los luchadores terminamos todos chuecos y ahí tenemos el caso de El Espanto, quien anduvo inválido y ciego. Ahora ya está mejor, pero no volverá a luchar. ƑQuién se hará cargo de su futuro? El vende ropa deportiva y con eso se ayuda, pero de la lucha libre no le quedó nada", señala El Fantasma, presidente de la Comisión de Lucha Libre Profesional del Distrito Federal.
Si arriba del cuadrilátero los golpes en México y Estados Unidos son similares, abajo la diferencia es abismal.
Añade El Fantasma: "En Estados Unidos, el Lobo Hartz murió a consecuencia de una caída y sus deudos recibieron un total de 7 millones de dólares, por parte del empresario y de las autoridades".
-ƑY en México qué pasa cuando el luchador tiene un accidente?
-Aquí nos dicen arréglatelas como puedas. Ganamos un promedio de 500 pesos por lucha. Imagínate: ganar eso y que después tengas un accidente y ya no sirvas para nada. Esa es la cruda realidad.
Critica la práctica de la lucha extrema y dice que este tipo de espectáculo no se presenta en el Distrito Federal porque Triple A, de Televisa, no cumple con las mínimas garantías de seguridad.
Plantea: "Aquí les pedimos seguros de vida, médico y familiar, además de seguros para proteger a los aficionados. Por eso esas luchas Triple A las celebra en provincia, donde sí le dan todas las facilidades y el luchador está deprotegido".
El regreso es secundario
A Jesús Luna le surgió la afición por la lucha libre desde los 12 años, cuando su padre lo llevaba a las arenas a observar este deporte. Empezó a luchar dos años después y debutó profesionalmente a los 17. Después de probar con otros personajes, eligió el nombre de Charly Manson, en honor al cantante Marilyn Manson y por su afición al rock.
De hecho, recostado sobre su cama, Charly viste una playera negra con dibujos de rock. "Toda mi carrera fui técnico, pero me cambiaron a rudo y tengo que ser muy agresivo. Creo que eso es parte de la comercialización", dice sobre el papel que le pidió desempeñar la empresa.
Charly Manson, pese a todo, luce optimista. Acepta que en esta lucha extrema necesitan más seguridad laboral, pero no tiene quejas de la Triple A.
-Con la experiencia que ahora tienes, Ƒes necesario contar con seguros de vida y médicos?
-De eso no se da uno cuenta hasta que le pasa. Un seguro médico es importante para todos estos gastos y uno de vida es fundamental para seguridad de la familia. Yo no tengo seguro, pero la empresa me está ayudando y me paga un salario como si estuviera en actividad. De los gastos médicos también se ha hecho cargo.
Los doctores se muestran optimistas sobre su rehabilitación. De los pulmones y de la cabeza sólo le quedará el recuerdo del dolor y en una semana le sacarán una radiografía del fémur para observar la evolución. Su rehabilitación durará de cinco meses a un año y medio.
Y el luchador luce tranquilo, pero lo que más le preocupa es el futuro de sus hijas Paola (de seis años), Michelle (tres) y Mayelita, quien nació exactamente una semana antes de su accidente y tiene 40 días.
-ƑPiensas en regresar a luchar?
-Cuando te encuentras tan cerca de la muerte creo quedas en deuda con Dios. Muchos compañeros me han venido a ver y me dicen que le eche ganas, que voy a regresar. Pero de acuerdo a lo que me pasó, regresar es secundario...
El que no pudo regresar fue el Ultimo Dragón, quien quedó mal de una rodilla en Estados Unidos. Pero lo indemnizaron con un millón de dólares "que está bien para que puedas tener tranquilidad tú y tu familia", señala Charly Manson.
"La empresa no se hace responsable"
Los contratos de Triple A son tema prohibido. Los luchadores trabajan por honorarios, sin trabajo de planta para no adquirir derechos laborales.
Además de que no cuentan con seguro de vida ni médico, tienen que firmar un contrato que claramente estipula: "La empresa no se hace responsable" por las lesiones que el deportista pudiera sufrir.
El Fantasma es directo: "La lucha extrema sólo es un negocio para el promotor, ya que las arenas siempre están llenas y el luchador acepta con tal de ser famoso. ƑA este muchacho Charly Manson cuánto tiempo lo van a estar ayudando? Quizá hasta que camine y pueda empezar a entrenar. Después le van a decir 'luego te hablamos' y lo van a dejar a su suerte. Eso es lo que debemos evitar, que traten al luchador como una mercancía a la que pueden desechar como si nada".