DOMINGO Ť 13 Ť MAYO Ť 2001
Ť Reformas más benéficas habrían ayudado a la paz
Hay duelo y pena por no reconocer los derechos de etnias: Arizmendi
NOTIMEX
San Cristóbal de las Casas, Chis., 12 de mayo. El obispo de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi Esquivel, señaló que "hay duelo y pena" porque no se reconocieron derechos a los que aspiraban los grupos étnicos del país y que persiste el racismo contra los indígenas, a quienes se menosprecia y maltrata.
Aunque los diputados y senadores "son a los que legítimamente elegimos los ciudadanos", expresó que "quizá hubieran sido más benéficas al proceso de paz en Chiapas reformas más generosas".
Sin embargo, el prelado expresó que es comprensible que sólo se hayan logrado los consensos que aparecen en las reformas constitucionales en materia indígena, dada la diversidad de corrientes partidistas en el Congreso de la Unión.
Arizmendi Esquivel, en su mensaje dominical, expuso que si en Chiapas subsisten tantas penas, lágrimas y dolores, es que "los cristianos no somos verdaderos discípulos de Cristo".
Aconsejó que deben evitarse los abusos, la explotación, la injusticia y el racismo, ya que la vida nueva no se puede lograr alentando odio, agresividad, enfrentamientos y divisiones.
Sin dejar de ser críticos ante la realidad, nuestra diócesis impulsará la reconciliación y la unidad; hemos de aprender a ser comprensivos, lentos para el enojo y generosos para perdonar, afirmó.
Manifestó que el plan de Dios es que no haya muerte ni duelo, ni penas ni llantos, sino que se enjuguen todas las lágrimas. Sin embargo, mucha gente sigue sufriendo en diversos aspectos, como por el precio del café, el cual "es casi simbólico y les alcanza para muy poco".
Los campesinos pasan muchas penas; en varios lugares aún carecen de luz, agua, carretera, escuela y clínica de salud. Hay avances en este sentido, pero falta mucho para que los pobres no mueran por enfermedades curables, tengan vivienda digna y servicios básicos, añadió.
Cuestionó: "ƑQué hizo Jesús para que la cruz fuera gloria y resurrección? La asumió y la transformó, a pesar de ser una expresión de injusticia, en la prueba ma-yor de su amor por nosotros.
"No como lo que proclama mucha gente de este mundo, que lo hace consistir sólo en un placer egoísta y erótico. Quien ama con un corazón cristiano es capaz de sacar bienes aun de los males."
Concluyó que amar es renunciar a los propios gustos y deseos, con tal de no turbar la conciencia del otro ni dañarlo física o moralmente.