DOMINGO Ť 13 Ť MAYO Ť 2001

Ť Vigilancia especial a la Subsecretaría de Ingresos, encargada de la recaudación fiscal

En la lucha anticorrupción, Hacienda somete a detector de mentiras a casi todo su personal

Ť Trabajadores temen despidos Ť En Aduanas "es por donde se va la lana", aseguran

JOSE GALAN

En su lucha contra la corrupción interna, las autoridades de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público recurren al uso del detector de mentiras y a estudios socioeconómicos de prácticamente todo su personal, desde jefes de departamento hasta subdirectores, directores generales, subdelegados y delegados en todo el país, sobre todo en la Subsecretaría de Ingresos y en el área relacionada con las aduanas, que está catalogada como el "área crítica".

Se trata, han dicho las autoridades a los trabajadores y funcionarios, de frenar los altos índices de corrupción encontrados a su llegada a la dependencia. En las pruebas del polígrafo, que son aplicadas todavía de manera selectiva en distintos grupos de trabajadores, las preguntas van desde el nombre completo hasta interrogatorios sobre probables actos de latrocinio o relaciones personales. En los estudios socioeconómicos las preguntas son más personales: se les pregunta a los empleados si se acuestan con hombres, con mujeres, cuáles son sus hábitos de consumo, su religión y sus posesiones personales, aparte de la declaración de situación patrimonial que, por ley, deben entregar cada año.

La Secodam se deslindó de esta práctica, y consideró que se trata de políticas "discrecionales" de cada dependencia. "No hay línea de nuestra parte para ello", informó una fuente de la dependencia que dirige Francisco Barrio. Hasta ahora, el uso del detector de mentiras se había circunscrito únicamente a áreas de seguridad nacional o de la policía federal, como en el caso de la Procuraduría General de la República o la Policía Federal Preventiva. Fuentes cercanas al sindicato, que omitieron sus nombres por temor a represalias, consideraron que la intención de las autoridades de la SHCP no es sólo luchar contra la corrupción interna "por medios heterodoxos", sino también la posibilidad de encontrar pretextos suficientes para proceder al recorte de personal sin mayores erogaciones o responsabilidades legales de su parte.

Sin embargo, fuentes consultadas al interior de la dependencia señalaron que no se trata de encontrar "armas" para efectuar recortes, sino simple y sencillamente combatir la corrupción, sobre todo en áreas delicadas de la Subsecretaría de Ingresos que controla Rubén Aguirre Pangburn. La estrategia ha sido primero enviar a todos los mandos medios y superiores un cuestionario sobre su situación socioeconómica, para posteriormente proceder discrecionalmente con las pruebas del detector de mentiras.

Hasta ahora no se han hecho públicos los resultados o si algún trabajador ha sido sujeto a sanciones. La atención de las autoridades está puesta en las cuatro áreas de la Subsecretaría de Ingresos: Recaudación, Auditoría, Jurídico y Asistencia al Contribuyente. "Lo que está claro es que la dependencia pretende sujetarnos a un mayor control", aseguró un trabajador. La Subsecretaría de Ingresos tiene a su cargo precisamente la responsabilidad más delicada de la SHCP: cobrar los impuestos, vigilar cualquier tipo de evasión fiscal, asesorar al contribuyente en el pago de sus impuestos, y recurrir a la vía legal para el cobro fiscal cuando se encuentren irregularidades en personas físicas o morales. La verdadera Lolita, pues.

Para ello, cuenta con delegados y subdelegados en oficinas recaudadoras no sólo en la capital del país, sino también en cada uno de los estados, incluyendo las fronteras marítimas, terrestres y aéreas. "La lucha contra la corrupción va en serio. Y la verdad es que hay temor al interior de la dependencia. La culpa de todo esto la tienen en Aduanas. Es allí por donde se va la lana. La verdad, no sabemos por qué han extendido las investigaciones a otras áreas", añadió otro miembro de la dependencia.