DOMINGO Ť 13 Ť MAYO Ť 2001

José Antonio Rojas Nieto

El nombre es lo de menos

ƑDecaimiento económico?ƑDesaceleración? ƑRecesión? ƑEstancamiento? ƑCrisis? El nombre es lo de menos. Hay que tomarlo con humor, aunque ya no sea cierta la pretensión de que este año la economía crezca 4.5 por ciento y que se generen casi 600 mil nuevos empleos, aunque no los cerca de un millón al año que se requerirían para cubrir ya no sólo las nuevas necesidades de una oferta laboral que crece aceleradamente, sino parte de los rezagos seculares que acumulamos desde hace años... muchos años. Hay que tomarlo con humor, porque pronto, muy pronto, recuperaremos las metas originales de crecimiento. Lo de ahora no es una tragedia social. Lo de antes...menos. Lo de mañana...tampoco. Ya lo han dicho muchos. Entre ellos Carlos Valdés -ese estupendo escritor que junto con el queridísimo Huberto Batis dirigiera la revista literaria Cuadernos del Viento, a principios de los sesenta-, y de quien la colección de Lecturas Mexicanas nos ofrece cuentos cuya lectura seguramente nos ayudará a llevar todavía con mejor humor la gracejada de hoy... hoy... hoy: la sorpresivamente profunda desaceleración económica estadunidense que nos tiene a todos locos. Sí, hay que leer los siete cuentos de Valdés. Su título, en sí mismo, ya es harto sugerente: El nombre es lo de menos; El escorpión al acecho; Memorias de un cínico; La máscara; El americano; Demasiado pronto o demasiado tarde; La calle aún es nuestra. Hasta parece que fueron escritos para acompañar nuestro hoy, cuando en realidad lo fueron para acompañar nuestro ayer, el de 1961... pero también nuestro mañana, el del 7 por ciento de PIB. Por eso, cuando caigamos en cuenta de lo que nos está pasando, cuando nos salvemos de las tinieblas de nuestra recesión -incluso de la misma forma como Valdés sugiere- perdiéndonos en ella misma, intentemos vivir bajo una mentira ingeniosa que vale tanto como cualquier verdad.

Ya creceremos a 7 por ciento. Ya lo verán. Sólo hay que dejar que pase esta desaceleración estadunidense y permitir que se dinamice la economía profundizando su modernización. Todo es cuestión de que se estabilicen los mercados, que la tasa de interés provoque no sólo que no se vayan los capitales que nos han fortalecido permitiendo que tengamos el máximo de reservas de nuestra historia, cerca de 40 mil millones de dólares, que, por lo demás, se respaldan con los 10 mil millones más que ha puesto a nuestra disposición el Fondo Monetario Internacional, sino que vengan más, muchos más. Y entonces, en los escaparates de las casas de cambio no aparecerá el amenazante 10 por ningún lado e, incluso, un día de estos veremos con sorpresa y entusiasmo, un tipo de cambio de 8.99 pesos por dólar que será señal incuestionable de nuestra fortaleza dentro de las tinieblas. Y también por eso, justamente por eso, todos al unísono podremos decir que estamos más fuertes que nunca; que jamás nuestra economía había mostrado tanta vitalidad; que tres trimestres de tasas decreciente del producto en Estados Unidos y cuatro trimestres de tasas decrecientes del producto en México no significan nada sino que vivimos en el ciclo económico en el que se mueve la industria moderna. Que del estado de reposo arribaremos a la creciente animación productiva para pasar luego a la prosperidad, aunque con ciertos riesgos de sobreproducción, pero siempre con la maravillosa posibilidad de superar la crisis catastrófica y el estancamiento, para arribar, una vez más, al estado de reposo previo a la creciente animación. Así es el ciclo... así es el mercado... Así es la vida..Que nunca se nos olvide que una tasa de interés en ascenso es signo de creciente animación.

Por eso, este martes que nos anuncien el crecimiento trimestral del PIB -seguramente no más de uno por ciento- no habrá lugar a depresiones. Y este jueves que nos den a conocer el comportamiento al mes de marzo del Indice Global de la Actividad Económica (el IGAE, convertido hoy en seguimiento mensual del PIB), muy probablemente con una tasa negativa, la primera desde que se registró este Indice Mensual, tampoco habrá lugar para el entristecimiento, menos aún para la duda o el cuestionamiento. Todo ello no es signo de debilidad, como tampoco lo son los recortes y los ofrecimientos de liquidación y retiro anticipado que ya corren por todos los pasillos de los organismos del sector público. No hay debilidad alguna, lo aseguran los nuevos y los no tan nuevos diseñadores y conductores de la política económica. Lo que pasa..., bueno, lo que pasa es normal.... ƑRecesión? ƑEstancamiento? ƑCrisis? No.... el nombre es lo de menos. Comenzamos el nuevo ciclo de la nueva economía con la nueva hacienda pública. Es todo. Ni es demasiado pronto, ni es demasiado tarde. Total... la calle aún es nuestra.

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