DOMINGO Ť 13 Ť MAYO Ť 2001
DE LINEA A LINEA
Luis A. Boffil Gómez
Ť Violencia electoral
Ť Grupos de choque
Sólo faltan 14 días para que los potenciales 700 mil votantes salgan a depositar sus sufragios en las mil 870 casillas que serán instaladas en los 106 municipios de la entidad. El objetivo es elegir nuevo gobernante, 106 alcaldes y 25 diputados locales, aunque en el fondo el morbo político es ver si el gobernador Víctor Cervera Pacheco logra retener el poder a través de su delfín Orlando Paredes Lara o si, finalmente, la oposición panista representada por Patricio Patrón Laviada puede desbancar del trono al tricolor y darle una despedida incómoda al secretario de la Reforma Agraria de los tiempos salinistas, quien el primero de agosto debe entregar el cargo.
Sin embargo, conforme se acercan los días para celebrar la contienda, tal vez la más reñida en las últimas tres décadas, apareció lo que nadie quería que surgiera: la violencia que amenaza con empañar la jornada del 27.
A todo esto, no tardaron en verse las caras, frente a frente, panistas y priístas. Según los primeros, son incapaces de amedrentar, hostigar y menos violentar a los activistas de otros partidos. Empero, los hechos son más elocuentes que las palabras.
Recientemente, un grupo de priístas, al parecer comandados por Sergio Paredes Pino, director del Diario Oficial del estado e hijo del candidato de ese partido a la gubernatura Orlando Paredes Lara, la emprendió contra las huestes de Acción Nacional.
Con bates, piedras y coas provocaron a los miembros de la oposición que pegaban cartelones y les dieron una golpiza. Uno de los afectados, resultó con cortadas en el cuerpo y en el rostro, producto de machetazos.
Según los panistas, el PRI conjuntó grupos de choque similares a las famosas brigadas rojas que operaron en la entidad, y principalmente en Mérida durante las elecciones municipales de 1990, cuando Ana Rosa Payán Cervera derrotó al priísta y cerverista Herbé Rodríguez Abraham, para conseguir ser la primera alcaldesa del blanquiazul en la capital yucateca.
Ahora, en ayuda del alicaído PRI local arribaron activistas del Estado de México en su modalidad de Fuerza Mexiquense 2001, los mismos que ayudaron a que Arturo Montiel alcanzara la gubernatura de esa entidad.
Para Acción Nacional, la Fuerza Mexiquense 2001 creó, como una medida de choque, grupúsculos en diversas zonas del estado para reprimir a la oposición y no dejarle todas las puertas abiertas. Al menos, complicarle el trabajo. En respuesta, el PAN habilitó a sus coordinadores regionales, que son el antecedente inmediato de Amigos de Fox, que presidía el ahora candidato a diputado estatal, Alberto del Río Leal, gente de todas las confianzas de Patricio Patrón y del alcalde meridano Xavier Abreu Sierra.
Los dichosos coordinadores son personas bien entrenadas para repeler acciones agresivas y, por supuesto, provocarlas en caso de ser necesario. Los cuadros de choque panistas son tan temibles como los del tricolor.
Y ante este panorama de violencia nadie quiere dar su brazo a torcer. Ni panistas, priístas y hasta perredistas. El ambiente electoral está calentándose peligrosamente.