ITALIA: LA DERECHA EUROPEA EN ACECHO
Ahora sólo faltan los resultados de las urnas. En
Italia, país miembro del Grupo de los Siete, con peso en la Unión
Europea, podría ganar la llamada Casa de las Libertades, o sea la
alianza entre los racistas y regionalistas de la Liga Norte, los conservadores
y derechistas de Forza Italia (partido inventado por el magnate Silvio
Berlusconi) y los ultraderechistas del neofascismo organizados en Alianza
Nacional.
El mismo ingrediente político-cultural que llevó
al triunfo del ex nazi Haider en Austria reaparece en Italia: decepción
de buena parte del electorado de izquierda ante la política neoliberal
de los llamados partidarios de la "tercera vía"; racismo y xenofobia
ante el aumento de las inmigraciones en una situación de desocupación
estructural masiva; alianza entre la jerarquía católica y
los conservadores; carencia de proyecto, moral y definición política
de los partidos de la llamada izquierda tradicional.
Silvio Berlusconi, un aventurero con fondos de oscuros
orígenes, podría ser votado por un electorado despolitizado
y ganado a los peores valores neoliberales gracias a un abstención
desmoralizada de vastos sectores populares, hartos de votar por gente que
traiciona sus declaraciones de centroizquierda y que no ven en la izquierda
--Rifondazione Comunista, que representa más o menos el seis por
ciento de los votos-- una alternativa viable.
Las urnas, por consiguiente, podrían llevar al
gobierno de Berlusconi, a pesar de que es repudiado por la opinión
pública progresista, incluso la derecha ilustrada, y por financieros
como Financial Times o los conservadores clásicos italianos. Italia
encontraría así dificultades en la Unión Europea,
aunque alentaría a la derecha en otros países para seguir
el curso abierto antes por Austria.
Berlusconi, que fue apoyado por Margaret Thatcher, cuenta
con el desarrollo de la corriente de ultraderecha que Bush alienta desde
el otro lado del Atlántico y podría ayudar a Washington en
sus presiones contra la Unión Europea, si ésta le pusiera
obstáculos.
EL CASO STANLEY
A dos años del homicidio de Francisco Stanley,
el procurador general de Justicia del DF, Bernardo Bátiz, señaló
que en la nueva etapa de investigaciones del caso "hay una firmeza" de
que se trata de un asesinato relacionado con el narcotráfico.
Con esto, la procuraduría capitalina confirma la
hipótesis del ex procurador Samuel del Villar, quien sostuvo que
el crimen referido no fue un asalto común ni un problema de seguridad
pública, sino un ajuste de cuentas por deudas, relacionado con drogas.
Todavía recordamos cómo, aquel lunes 7 de
junio de 1999, una empresa televisora se aprovechó del asesinato
del conductor para montar una cruzada en contra del primer gobierno del
Distrito Federal elegido democráticamente, el de Cuauhtémoc
Cárdenas. Incluso, conductores y funcionarios de la televisora salieron
a cuadro para lamentar la muerte de su querido amigo --promotor de la campaña
Vive sin drogas-- y demandar una respuesta inmediata del gobierno capitalino
por el clima de violencia, mismo que sus noticiarios pretendían
inflar con una cobertura morbosa de los hechos.
Durante dos días, la televisora exaltó la
indignación de un público en ese momento mal informado por
una manipulación sentimentaloide y que a muchos pareció que
tenía intenciones claras de desestabilizar al gobierno capitalino.
Pero, de querido amigo, el ejecutado pasó a simple
conocido y empleado de la televisora, después de que la procuraduría
confirmó los resultados positivos en las pruebas antidoping practicadas
al cadáver de Stanley y a su patiño Mario Bezares, y mostró
restos de cocaína y un molino para prepararla que encontaron en
la ropa del difunto.
Hoy, el DF tiene nuevo jefe de gobierno y procurador,
quienes han retomado el caso de la muerte del comediante. Por lo pronto,
no cabe la menor duda de que Francisco Stanley fue asesinado por el narco
--crimen organizado--, tal como en su momento lo afirmara Samuel del Villar.
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