LUNES Ť 14 Ť MAYO Ť 2001

ENTREVISTA

Juan Molinar, subsecretario de Desarrollo Político de la SG

El rechazo al IVA no refleja el destino de la reforma hacendaria

ALONSO URRUTIA

Para Juan Molinar, subsecretario de Desarrollo Político de la Secretaría de Gobernación y responsable del enlace con el Congreso por parte del gobierno foxista, más allá de las estridencias del debate político, donde las oposiciones buscan diferenciarse del Ejecutivo, el país vive un momento de convergencias políticas para alcanzar soluciones. ''Lo que pasa es que nos quedamos con una parte de la democracia, el debate, y dejamos otra fundamental, la corresponsabilidad''.

En entrevista, remite a los ''hechos'' el saldo positivo de la relación: 21 iniciativas aprobadas en el último periodo. No admite que el rechazo al IVA refleje el destino de la reforma hacendaria, de la cual ya se aprobaron siete iniciativas. No se ha postergado su parte esencial, dice, se ha calendarizado. ''Es como un convoy en donde no pueden pasar todos los vagones a la vez''.

-¿Cuál es su balance de la relación del Congreso con el Ejecutivo?

-Hay pocos periodos con tanta productividad legislativa. No sé por qué la impresión de que es lo contrario. Se aprobaron una reforma constitucional, tres nuevas leyes y reformas a 17 más; en total más de 21 reformas. La mayoría por unanimidad. Los Ťmolinar-juan-jpganalistas pensaban que el hecho de que el Congreso estuviera fragmentado iba dificultar el trabajo. Lo que encontramos es que esta fragmentación llevó a los partidos a la convicción de que si no colaboraban iba a haber una parálisis legislativa que no les iba a servir ni al país ni a ellos y los indujo a colaborar. ¡Eso es muy notable! Si lo comparamos con el pasado, con el Congreso de grandes mayorías, encontrabas que casi todas las iniciativas aprobadas eran del Presidente. En el último periodo las iniciativas presidenciales fueron aprobadas en una gran parte pese a que se envió una gran cantidad de ellas --la nueva hacienda pública incluye más de 20 iniciativas y gran parte ya pasaron--, pero además hubo iniciativas de los partidos que fueron aprobadas y eso es importante. Todos han colaborado en las tareas del Congreso en un periodo de discusión y convergencia política.

-La percepción general o de la opinión pública es que las iniciativas de Fox se estrellaron en el Congreso...

-No sé por qué se piensa eso. La nueva hacienda pública se compone por tres grupos de iniciativas: financieras, fiscales y presupuestales. El Congreso trabajó con el paquete financiero y casi todo se aprobó o se dictaminó en comisiones positivamente. Pero además de esas iniciativas que envió el Presidente, se le sumaron otras del Congreso, como la ley de ahorro popular, que está vinculada al paquete financiero. En realidad, si uno se fija en los hechos se trata de un proceso legislativo altamente productivo con un Congreso responsable, capaz de formar convergencias. Muchas veces lo que queda en la opinión pública es la parte más ruidosa del debate, el público se fija más en los contrastes, en la parte ríspida y es normal, porque además esa se hace muy visible. En cambio el análisis, la búsqueda de un común denominador, normalmente es en comisiones.

-¿Pero la parte esencial de la reforma fiscal fue postergada?

-No, no se ha postergado, está calendarizada, que son dos cosas diferentes. El Congreso no podía pasar 20 iniciativas en 25 días. Lo que se hizo fue agendar en comisiones, se puso un calendario y se empezó a realizar los dictámenes que se fueron aprobando. Los análisis continúan y la Comisión de Hacienda volverá a sesionar pronto. 

-¿No hubo precipitación del Ejecutivo al mandar un paquete tan amplio y polémico, sobre todo por el asunto del IVA?

-No es un asunto sólo del IVA, sino una reforma hacendaria completa, cuestiones financieras, fiscales. No nada más el IVA, esa es una parte, hay otros muchos aspectos en el mismo paquete fiscal muy importantes. Si nos fijamos en los hechos, una vez que cae la polvareda del debate político, entonces empezamos a notarlos, lo que perdura del trabajo del Congreso...

-¿No hubo errores en el proceso de promoción de este paquete? Queda la impresión de que terminó el respaldo al gobierno foxista.

-A juzgar por los resultados, no. Depende de cómo evaluamos la estrategia. Si es por resultado, ahí están los hechos. Cuando se habla de que el Congreso aprobó las iniciativas presidenciales, lo hizo revisándolas a fondo. Más allá de la estrategia es el trabajo político que han realizado los partidos y el Congreso lo que ha sido muy fructífero.

-Ha habido muchas críticas, incluso al interior del gabinete, sobre fallas de los operadores políticos del Presidente...

-Las críticas son consustanciales a la democracia. En una democracia, la pluralidad de intereses confluye y la crítica naturalmente fluye. Además, en una democracia madura las críticas se expresan y se difunden. ¿Qué es lo que hemos visto en los últimos años? Un avance muy grande y una aceleración muy fuerte en los últimos dos meses de esos dos elementos claves de la democracia, del debate público, porque ¿de qué sirve la crítica si ésta se mantiene soterrada? Que fluya, que se exprese.

-¿Cómo ve estas críticas contra la eficiencia del gobierno en el cabildeo, particularmente en la ley Cocopa?

-Diría que fue aprobada por consenso de todos los senadores y por una gran mayoría en la Cámara de Diputados. El proceso legislativo continúa, no está terminado, continuará el debate sobre los puntos centrales.

-Esa es una parte, la otra es que implicó la ruptura del diálogo que tanto había buscado el Presidente.

-El proceso también continúa. La política del gobierno ha sido consistente, ha entregado resultados y avanza. A veces el avance en una democracia es sinuoso, no directo, pero encuentra su camino. No hemos perdido la dirección de lo que queremos el Congreso y el Ejecutivo. Hay debate y seguirá, eso es bueno.

-¿Hay propuestas de que se vete la reforma en materia indígena?

-Es una reforma constitucional que se aprueba por dos tercios del Congreso, y para revertir una ley que se regrese con observaciones del Presidente se necesitan los dos tercios. Es lo que los analistas llaman que ya viene a prueba de veto, porque ya trae el número de votos necesarios para revertirlo. Incluso, los constitucionalistas discuten si tiene atribuciones para hacerlo. En mi opinión, no.

-¿Cómo ha visto a los partidos?

-En el proceso legislativo están muy activos tanto al PRI como al PRD. Todos los partidos han promovido iniciativas propias, lo que muestra su papel activo...

-¿Así esperaban la actitud del PRI?

-Sí, el PRI es un partido que durante décadas fue gobierno y conoce los asuntos de gobierno; tiene cuadros políticos muy experimentados que entienden los problemas de gobierno. Su experiencia ha ayudado mucho. En los últimos años, el papel de las oposiciones ha sido más constructivo, ya no es tan tajante el concepto de oposiciones. Ahora, con el panorama político actual, ¿dónde están las oposiciones y dónde el gobierno? Porque incluso a nivel federal el PAN no tiene mayoría en ambas cámaras. Es lo que los analistas llaman gobierno dividido, y el secretario de Gobernación dice sí, así se le llama, técnicamente es un gobierno dividido, pero nosotros queremos hacer un gobierno compartido, de responsabilidades compartidas, y si vemos los hechos es que las responsabilidades de gobierno se han compartido, porque hay vocación política de convergencia, de abordar los problemas políticos nacionales.

-¿Pero ha habido muchas críticas de oposición?

-Hay que separar el debate y retórica en la democracia mexicana, que en muchos casos es adversarial, que tiende a marcar las diferencias. Es parte de la vida política democrática, pero otra parte es converger, buscar soluciones de consenso. Ambas se dan intensamente en México.

-Llama la atención que el mayor encontronazo con el Congreso se haya dado con el PAN, con Chiapas...

-No. ¿Cómo medimos el encontronazo? Si lo medimos por la conducta legislativa a la hora de trabajar las iniciativas, lo que ha habido es mucha confluencia, convergencia, los partidos han votado muy unidos y han aprobado iniciativas del otro poder. En el proceso legislativo, en la manufactura de las leyes, en el trabajo de encontrar soluciones a los problemas políticos nacionales, los partidos han tenido una vocación de convergencia y el escenario para ello ha sido el Congreso, donde ha habido un trabajo extraordinario.

-¿Cómo entender que la parte medular de la reforma hacendaria presidencial haya sido postergada, a pesar de la premura del gobierno?

-No ha sido postergada. Cuando hay un paquete tan largo de iniciativas es como un convoy que van unidos, pero tiene que pasar vagón por vagón. Sí, hay que pasar todo el convoy, pero no pasa todo junto, (sino) de uno en uno.

-Con esa metáfora ¿faltó la locomotora?

-No, no. De nueva cuenta es que en el debate se concentra la discusión en uno de los aspectos del proceso legislativo, amplio complejo, pero se va avanzando en los ritmos y plazos legislativos concretos. No hay en ese sentido un retroceso, hay avance, la mayor parte del convoy ya pasó y el resto va avanzando.

-¿Y las críticas del Congreso de que el Presidente los presiona?

-El Congreso ha hecho recomendaciones al Ejecutivo como nunca antes. Envía mensajes y el Ejecutivo escucha y atiende. El Ejecutivo, como en cualquier país democrático, defiende sus iniciativas reivindicando sus motivos. Los justifica y eso parte de la ética política democrática. Imaginemos una situación extrema (donde) todas las leyes se aprobaran pero nada se debatiera. ¿Y el debate público? ¿Y las razones, dónde están? O el otro caso, donde solamente se debatiera y nada se aprobara, situación también indeseable. Lo que hemos tenido es mucho ruido y muchas nueces, eso es una buena democracia.

-¿Pero no ha prevalecido el ruido?

-Lo que pasa es que en este intenso debate nos hemos quedado sólo con una parte del ejercicio democrático, el de la discusión, pero se ha olvidado la otra parte igualmente importante, la corresponsabilidad en la solución de los problemas, en los consensos, que también es muy importante. Desde luego que nos preocupa la percepción social, por eso queremos difundir los hechos, los resultados.

-¿Con el entorno económico no habrá más premura del gobierno para aprobar la reforma fiscal?

-No. El entorno económico no es tan adverso. Enfrentamos un fin de ciclo de la economía norteamericana después de un inédito periodo de expansión, pero en el caso de México, las variables económicas están a nuestro favor. De cualquier forma, la reforma hacendaria era importante en cualquier momento, aunque más ahora.