Ť Sólo 25 por ciento de los residuos llegan a algún relleno sanitario
A diario, 58 mil toneladas de basura integran los escenarios urbano y rural: Semarnat
Ť El servicio de recolección cubre en promedio a 78% de la población a nivel nacional
ANGELICA ENCISO L.
Cada día se generan en el país 83 mil 600 toneladas de basura, de las cuales tan sólo 35 por ciento --alrededor de 25 mil toneladas-- llegan a algún relleno sanitario. El resto termina como parte del escenario urbano y rural: bordea ríos y carreteras, contamina los cuerpos de agua y las presas, se encuentra en las barrancas, áreas verdes, calles y el drenaje.
Hay un rezago en la infraestructura para el manejo y a disposición final de los residuos sólidos municipales de por lo menos 50 años. "No han existido condiciones políticas, sociales y económicas para hacer inversión en este sector. Siempre se ha mantenido en la informalidad", señala la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
Es necesario normar el manejo de los desechos, a fin de acabar con la "impunidad ambiental" en que han caído las industrias que elaboran productos no biodegradables y los municipios que no hacen manejo adecuado de los residuos sólidos. La educación también tiene un gran peso, la gente debe empezar por disponer adecuadamente la basura.
Además, aunque la población asume que la recolección domiciliaria de desechos es un servicio gratuito, termina por dar propina al trabajador y al año gasta alrededor de 600 pesos por este concepto. Esto se debe formalizar para hacer realmente eficiente la actividad y eliminar la contaminación que provoca la basura, ya que la dispersión de los desechos en el campo y en la ciudad crea focos de infección, que ocasionan enfermedades estomacales y respiratorias. Es un serio problema de salud, indica la dependencia.
La basura de cada día
En países como Estados Unidos la generación per cápita de basura es de dos kilogramos, mientras que en México es de 853 gramos. Esta cifra, aunque menor en comparación con el vecino del norte, creció 135 gramos durante las dos últimas décadas, ya que en 1980 era de 718 gramos, indica el INE en el documento Minimización y manejo integral de los residuos sólidos.
Por regiones, la zona centro con el Distrito Federal genera 62 por ciento del total de los residuos del país. En cuanto al tipo de materiales que componen los desechos hay un cambio sustancial. Hace medio siglo, 5 por ciento de la basura era material no biodegradables, y en la actualidad estos representan 50 por ciento, indica un estudio del Partido Verde.
La distribución en la composición de los desechos corresponde en 31 por ciento a los residuos alimenticios; en 14.2 por ciento, el papel y el cartón; 9.8 por ciento, los desechos de jardinería; 6.6 por ciento, el vidrio; 5.8 por ciento, el plástico; 3.1 por ciento, los metales; 1.2 por ciento, los textiles y 27.7 por ciento son otros desechos sin clasificar.
Las botellas no retornables
Aunque la industria es la gran generadora de la basura no biodegradable, no asume su responsabilidad. Un ejemplo son las botellas de polietilen tereftalato (PET) que en el último lustro han tenido un gran auge en el país, porque las refresqueras sustituyeron sus envases de vidrio por las de ese material, pero no impulsan el reciclaje y sí campañas que destacan el material como "no retornable", asevera en entrevista Rodolfo Lazy Tamayo, coordinador de Asesores de la Semarnat.
El manejo de los residuos sólidos municipales corre a cargo de los gobiernos locales, pero pocos han impulsado un manejo adecuado de los desperdicios.
A nivel nacional, el servicio de recolección de basura cubre en promedio a 78 por ciento de la población. Aunque en las grandes zonas urbanas el porcentaje de los ciudadanos atendidos se estima en 95 por ciento, en las ciudades medias va de 70 a 85 por ciento, y en las pequeñas áreas urbanas está entre 50 y 70 por ciento, precisa el INE.
La actividad recolectora por lo general se realiza en dos turnos y ocupa entre dos y cinco trabajadores por camión, incluyendo chofer y voluntarios (pepenadores). Cada jornalero recolecta entre dos y cuatro toneladas por turno, de ahí selecciona el material que puede vender --papel, vidrio y plástico-- y el resto lo deja en el camión, que lo traslada a los rellenos sanitarios. En el Distrito Federal cada chofer gana alrededor de 12 mil pesos al mes, incluido su sueldo de 2 mil 500 pesos, mientras cada familia gasta en promedio 600 pesos en propinas por el servicio, indica un análisis de Héctor Castillo Berthier, investigador de la UNAM.
De la basura sólo se recupera para su venta entre 5 y 10 por ciento del total de los residuos sólidos municipales, el 90 o 95 por ciento restante se va a la disposición final. En el país sólo hay 40 rellenos sanitarios en ciudades medias y zonas metropolitanas, además de 13 plantas en pequeñas localidades, y en 24 ciudades se ha privatizado algún proceso de manejo de los desechos.
Como medios de manejo de basura, los sistemas de reciclaje o composta tienen poca presencia en el país. Sólo hay tres plantas de reciclaje en el Distrito Federal, y el Instituto Nacional de Reciclaje agrupa a 2 mil pequeñas empresas en todo el país. Las plantas de composta no han funcionado, aunque en el relleno sanitario Bordo Poniente se construye una.
Los pepenadores, quienes realizan la separación y reciclaje de basura, están organizados y se han opuesto a institucionalizar este servicio, ya que ello perjudicaría sus ingresos, precisa un informe del Partido Verde. En el Bordo Poniente trabajan en la clasificación de los desechos alrededor de 400 personas, quienes por su cuenta venden los materiales que obtienen de la basura.
Otra causa del problema de manejo de los residuos sólidos municipales surge por razones culturales y educativas. "Mucha gente tira papeles o envases en la calle, avienta los desperdicios a los terrenos baldíos, sin tomar en cuenta que crea focos de infección". Tanto la población, como las industrias y los gobiernos locales deben ser responsables de la basura que producen, agrega el funcionario.
Es evidente la falta de control de sitios de disposición final porque, con incuantificables tiraderos que hay a lo largo del territorio nacional son riesgo para la salud y el ambiente. Tirar la basura en cualquier lugar además de la contaminación del lugar, provoca que el suelo quede inutilizado para usos agrícolas; los mantos acuíferos son infectados por la migración del lixiviado --líquido que forma la basura en su contacto con agua-- y a todo esto se suman el deterioro de la imagen urbana, los riesgos inherentes al desarrollo de la fauna nociva y el ruido.
Legislación limitada
Es necesaria una legislación que haga responsables a los industriales de la basura generada por su producción, y a los municipios, para que realicen un manejo adecuado de los residuos sólidos. Además, se debe evaluar el trabajo ambiental de los gobiernos locales, agrega Lazy Tamayo. Destaca que sólo hay dos normas para ubicación y construcción de rellenos sanitarios, pero no existen reglas para el manejo adecuado de los desechos y "lo que hay es impunidad ambiental".
Por ejemplo, la norma 083 de 1996 establece el impulso al uso de predios con vocación para recibir los desechos y define las condiciones que deben reunir los sitios, además de que fija el 2000 como plazo límite para que los municipios cuenten con instalaciones para realizar la disposición final adecuada de sus residuos bajo condiciones adecuadas, que no afecten el medio ambiente ni la salud humana. Esto no se cumplió.
Ante este panorama, es necesario impulsar el manejo integral de basura --reciclaje y composta--, ya que para almacenar las 83 mil toneladas diarias que se generan en el territorio nacional, se requeriría una superficie de 111 mil metros cúbicos para su depósito. Además, los costos de operación de un relleno sanitario en México representan aproximadamente 18 por ciento del costo total del proceso, indica el documento citado del INE.
El funcionario enfatiza la responsabilidad de las industrias que producen materiales no biodegradables, como las botellas PET, que se encuentran tiradas por todo el país. "No se vale sacar al mercado productos que en su vida útil no tienen el retorno como materia prima y la recolección. Son prácticas inadecuadas que se deben normar para que las empresas elaboren productos que entren a la norma ISO 14000, que son de la cuna a la tumba".
Destaca que en la campaña Por un México limpio, que el gobierno federal pondrá en marcha a final de mes, se hará énfasis en la responsabilidad y consecuencias del mal manejo de la basura y en concientizar a la población, sobre todo a los jóvenes y adultos, del problema.
El único relleno sanitario que opera en la ciudad, el Bordo Poniente, localizado atrás del aeropuerto internacional, recibe cotidianamente 12 mil toneladas de basura. Los desperdicios llegan previamente seleccionados por los 17 mil trabajadores de limpieza y los cinco mil voluntarios --pepenadores-- que laboran en la urbe.
Al Bordo Poniente le quedan tres años de vida. En su cuarta etapa de ampliación tiene capacidad para recibir la basura de la ciudad hasta los primeros meses del 2004 y se estudia la posibilidad de subir tres metros más las celdas donde se depositan los desechos o iniciar una quinta etapa para que pueda captar la basura de la ciudad, por lo menos, hasta el 2007.
Aquí no hay problemas serios para la recolección de la basura, es mentira que 30 por ciento se quede en las calles, de ser así, "estaríamos inundados de desperdicios", y cuando hay dificultades se nota, además de las quejas de que no pasa el camión de la basura "no hay manifestaciones por ello", señala en entrevista Francisco González, director de Servicios Urbanos del Gobierno del Distrito Federal.
Asegura que se recolecta 95 por ciento de los desechos que se generan en la ciudad. Como medidas adicionales a la recolección y la disposición final, se organizará una campaña con las delegaciones políticas para impulsar el reciclaje. El funcionario admite que un problema serio de basura es la presencia de las botellas de PET --que son responsabilidad de los refresqueros--, las pilas y las llantas.
Los rellenos de Prados de la Montaña y Santa Catarina están en proceso de saneamiento y ya están cerrados, aunque éste último todavía recibe 320 toneladas diarias de residuos. El Bordo Poniente ocupa mil hectáreas de la zona de Texcoco, de las cuales 320 hectáreas son destinadas para la disposición final, y las 24 horas del día está en actividad.
Entran 600 camiones diariamente para depositar los desperdicios. Primero llegan a la planta de selección --donde laboran alrededor de 400 personas, quienes comercializan directamente la basura--, después pasan a la estación de transferencia y de ahí son llevados al relleno, para su disposición final.
El terreno de este relleno tiene capacidad para elevarse 8.50 metros, pero constantemente se hacen estudios para determinar la reacción que tiene, verificar que no haya hundimientos y mantenga estabilidad, explica Javier Abarca, jefe del Depósito Final.