LUNES Ť 14 Ť MAYO Ť 2001

ANDANZAS

La herencia de Waldeen

Colombia Moya

La herencia de una de las figuras más importantes y sufridas de la negra historia de la danza mexicana, me refiero a Waldeen, evidentemente no sólo fue la riqueza nacionalista con que revistió la danza moderna que aún ahora sigue pugnando, con el agua al cuello, por resistir la marejada incontrolable de una nueva época, sino la fuente de "investigación" de quienes siguen viviendo y bebiendo de ésta veta inagotable.

Waldeen murió prácticamente en la pobreza, hasta el último momento se le negó parte de las flamantes becas que el generoso Fonca, bajo los pertinentes "consejeros" que siempre lo han asistido, le fue negada ésta ayuda que mucho hubiera hecho por ella moral y económicamente. Pero pudo más la miseria y la mesquindad de quienes le hicieron la vida de cuadritos por más de 50 años... no sé... tal vez más... que la obra y presencia de una mujer extraordinaria, que con creces rebasa los méritos de tantos quien sabe quienes, que nohan dejado de vivir de la veta Fonca y siguen con el ruido, pero sin nueces. Consuela saber que Waldeen al menos, no murió como Nellie Campobello, castigada con la misma crueldad. El olvido, el silencio, el menosprecio a su trabajo y trayectoria, el desprestigio por todos los medios subterráneos posibles para apagar el brillo de quienes nunca dejarán de ser las mamacitas de la danza mexicana, la de aquí, la que no pudo ser de los mexicanos. Buen tema de investigación sería saber el cómo, porqué y quienes tienen las manos sucias en éstas historias de horror del "lado oscuro de la danza", quienes negaron ayuda, quienes estaban dónde, "asesorando" a los cándidos funcionarios que con tal de no salir salpicados se convierten en cómplices del desatino y la mesquindad.

Porqué el silencio para denunciar las mafias dominantes aferradas al control de todos los recursos para prevalecer en la ridícula cima de una danza llena de máscaras, silencios y abominaciones que todos callan para no sufrir las represalias del guante blanco, mordaz y fatídico, que trabaja por terceros y cuartos, sutil pero mortíferamente, condenando a sus víctimas al desprestigio, al silencio hasta el fin...

Qué ceguera y pusiláminidad, qué temor... total, ya muertos los difuntos al hoyo... De qué valen ahora homenajes, reposiciones y más vampirismo sobre la vida de quienes ya se fueron, y seguramente "no nos ven desde el cielo!" como acallar la conciencia de quienes saben a fondo todo lo que han fastidiado, y sobretodo lo que han mentido e impedido en el flujo de la vida de las nuevas generaciones y encuentre su cauce natural.

Qué sería de las alumnas de Waldeen sin los padrinos que encontraron, en Nueva York, en Francia, o en el gobierno mexicano. Hoy, todo el que desee trabajar y darse a conocer al público, tiene que pasar por el tamiz del viejo Cancerbero y sus mil cabecitas para, desde la escuela, no ser estigmatizado con el juicio de "los sabios" lo cual equivale a la ruina y hasta la difamación. Urge abrir y limpiar éste pozo oscuro y profundo, acabar con el vampirismo y legar al fondo de la verdad, aunque la mitología del poder haya puesto a tantos en el nicho de los ídolos de barro. Mientras tanto, acérquese al teatro Flores Canelo en el Centro Nacional de las Artes, a ver "La Coronela (1940) punto de partida, (a los sesenta años de su estreno)" de Josefina Lavalle, Lourdes Roca y Eugenio Cobo, a quienes exceptuando Chepina, no tengo el gusto de saber quienes son. Lo que sí se perfectamente, es que el video que extrajeron del Canal 11 para "adornar" su trabajo, es parte de la serie de televisión que hice en el Canal 11 llamada "La otra danza" (1989-90) como autora de la idea original de la serie, producción ejecutiva, dirección artística, guión y coordinación general, con la participación por supuesto, del equipo técnico del Canal que incluía el staff y el director de cámaras, seleccionado por mi, entre los que me ofreció para el efecto el director de producción del Canal 11 de aquel entonces. Dicha serie, La otra danza, mas la subsecuente que se quedó enlatada en dicha emisora, mostraba a Waldeeen, como punto de partida, a quien entrevisté, para seguidamente mostrar su última obra, Carmen Serdán y a los veinte grupos representativos de la nueva y "joven danza mexicana" que bajo mi gestión en la UNAM, poblaron la Sala Miguel Covarrubias en varias temporadas, y que conformaron la serie. Esta propuesta intentó rescatar, difundir y preservar el largo proceso de nuestra danza, interrumpida por la llegada de Alejandra Lajoux y Alberto Dallal al canal 11, obligándome bajo fuerte presión, "renunciar voluntariamente" a ésta labor de años, sin becas, ni subsidios o sueldos de por vida como el de las personas que sin decir "con permiso", hoy justifican su trabajo con éste evento peculiar. Por ti querida Waldeeen, pero, quién le pone el cascabel al diablo?