MEXICO S.A.
Ť Carlos Fernández-Vega
EN LA CADENA DE HECHOS INSOLITOS que se registran desde hace unos meses, no hay que incluir al ''superpeso'', que ayer se compró a 8.97 unidades por cada billete verde o que la producción industrial cayó 1.3 por ciento en el primer trimestre del año.
NO. LO EXTRAÑO ES QUE LOS PATOS, aparentemente, comienzan a tirarle a las escopetas, puesto que nadie pondría en duda la filiación moral e ideológica de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), y mucho menos a quién obsequia sus apoyos, favores y querencias políticas.
POR ELLO, Y TAL VEZ DERIVADO de un acto de contrición o por un simple arrebato de sinceridad, que no de presión para que se apruebe la reforma fiscal foxista, el líder del sindicato que agrupa a cerca de 50 mil patrones en el país, Jorge Espina, levantó ayer el dedo flamígero y acusó al gobierno de ''ocultar'' las cifras reales de la deuda pública (interna y externa) y, desde luego, el verdadero nivel del déficit público.
EL DIRIGENTE DE LA COPARMEX --organismo que no hace mucho encabezó el actual secretario del Trabajo, Carlos Abascal--, sostuvo que hay algunos conceptos de deuda pública ''que el gobierno federal no ha dado a conocer y ya es tiempo de mostrarlos''.
EN ESTE ORDEN, EL BANCO DE México ya había informado que al concluir 2000, la deuda pública total sumó un billón 180 mil 700 millones de pesos (21.74 por ciento del PIB). Pero, efectivamente, esa es una cifra ''coja''. A ese monto hay que agregar la llamada ''deuda contingente'' (los pasivos del IPAB, el rescate carretero, el programa de reestructura en Udis, los Pidiregas y otras bellezas), que significa otro billón de pesos, aproximadamente, que se traduce en 40 por ciento del producto interno bruto.
HACE UNAS CUANTAS SEMANAS, antes del anuncio presidencial de un recorte por 30 mil millones de pesos al gasto público --promovido pero aún no practicado--, un alto funcionario del gobierno federal, en una interpretación libre de la conversación, consideraba que si bien la transición en el renglón económico reportó algunas carencias, cifras encontradas y una que otra laguna, en los hechos se obtuvo como herencia una estructura económica y un aparato productivo que permitía mantener el crecimiento del país.
PERO, COMO LO SEÑALA CARLOS ACOSTA en Proceso, ''en aras de terminar el sexenio priísta con un final relativamente feliz, el gobierno de Ernesto Zedillo manipuló las cuentas públicas para ofrecer una imagen de solvencia financiera y atraer capitales extranjeros; en su afán por sacar al PRI de Los Pinos, a Vicente Fox y a su equipo de campaña no les importó montarse en la mercadotecnica del ofrecimiento de un paraíso imaginado por ellos y soñado por el enorme número de mexicanos que finalmente votó por el cambio; aquel optimismo desbordante, engaño foxista sobre el engaño priísta, ha tenido continuación en la retórica que, desde la Presidencia, insiste en ocultar las debilidades de la economía, por un lado, y en exacerbarlas por otro, para alcanzar el objetivo central de la primera parte del gobierno: la aprobación del proyecto de nueva ley hacendaria''.
ASI, LA VISION DE QUE SE CONTABA con estructura y aparato para crecer, parece desdibujarse ante la información difundida ayer por la Secretaría de Hacienda: la producción del sector industrial del país reportó un descenso de 1.3 por ciento en le primer trimestre del año y de 1.9 por ciento en marzo, comparadas ambas cifras con lo observado en iguales periodos de 2000. El sector más afectado fue el de la construcción con una caída de 3.8 por ciento en el trimestre y de 5.3 por ciento en marzo. La producción de manufacturas cayó 1.2 y 1.6 por ciento, respectivamente. La minera, en cambio, creció 0.2 y 1.4 por ciento, en cada caso.
EN ESTE SENTIDO, DE ACUERDO con un despacho de la agencia Reuters, la producción industrial en Estados Unidos disminuyó en abril, por séptimo mes consecutivo, dado que el sector manufacturero sigue afectado por la desaceleración económica. El descenso fue de 0.3 por ciento, contra 0.1 por ciento en marzo.
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