MARTES Ť 15 Ť MAYO Ť 2001

Ť Muestra acerca de la santa en el Museo de San Carlos

María Magdalena fascinó a pintores de países católicos

Ť Incluye 90 obras realizadas en los siglos XVII y XVIII

MERRY MAC MASTERS

La especialista en pintura de los siglos XVII y XVIII, Odile Delenda, dedicó su tesis doctoral al tema de la Magdalena en la pictórica, a raíz de percatarse que Georges de la Tour (1593-1652), de quien se conoce poca obra, dedicó cinco lienzos a esa santa enigmática y fascinante. En cierto momento de la historia del arte, la curadora del Museo del Louvre, descubrió que en países católicos como España, Francia y Flandes, no había ningún pintor importante que no haya retratado dos o más veces a María Magdalena.

ARTEMISAPara Delenda esta pecadora arrepentida es ''la mujer más interesante del Evangelio''. Además, hay una relación de amor e intimidad entre María Magdalena y Cristo ''igual que la hay entre San Juan y Cristo''. Al resucitar Jesús, la primera en aparecer es esta mujer, ejemplo de la vida contemplativa. De lo que ocurrió después, poco se sabe: allí es donde empieza la leyenda. Según la versión occidental, que al parecer surgió en Francia, Magdalena se retiró a la cueva de La Sainte-Baume, donde pasó los últimos 33 años de su vida. Se dice que siete veces al día los ángeles iban por ella para llevarla al cielo y luego bajarla.

La mujer penitente

La estructura de la tesis de Delenda ha servido como base para la exposición María Magdalena, éxtasis y arrepentimiento, que el jueves 17, a las 20:00 horas, será inaugurada en el Museo Nacional de San Carlos (Puente de Alvarado 50, colonia Tabacalera). Entre las cerca de 90 obras que conforman la muestra, destaca la que pintó Doménico Theotocopulos El Greco, perteneciente a una colección particular de Nueva York. La exhibición también incluye una obra durante mucho tiempo atribuida al pintor manierista, en la que se ve la santa a los pies de Cristo, pero que ahora se sabe es de su hijo, José Manuel. También ha venido una tela de Guido Reni, dos obras de Bartolomé Esteban Murillo, otra de Juan Francisco Barbieri El Guercino. Entre otros cuadros, el museo contribuye con una Magdalena penitente de la mano de Zurbarán, como anotó su directora Roxana Velázquez.

Ayer, en conferencia de prensa, Benito Navarrete, especialista de arte español del Siglo de Oro, dijo que del cuadro del hijo de El Greco, una ''primicia'' en la muestra, bien podría arrancar el sentir y sobre todo la importancia que la iconografía de la Magdalena en sus diferentes versiones ha tenido en la pintura española. El tema que más se propagó fue el de la mujer pentinente. En el siglo XVII, continuó Navarrete, la penitencia se subrayaba para diferenciarse de los protestantes. Del uso del desnudo femenino en esa centuria, el investigador juzgó ''equivocados'' los análisis que intentan ver ''cierto lenguaje subliminal que pueda llevar hacia lo erótico''.

La primera parte de la muestra refiere los episodios narrados dentro del Evangelio, en los que aparece María Magdalena. Un tema muy popular es cuando la santa se despoja de sus joyas, pues representa el momento en que el cristiano se deshace del pecado y se dedica a la vida sencilla que proponía Cristo. La segunda alude al retiro de Magdalena en la gruta de La Sainte-Baume. Aquí el tema es la santa penitente y en éxtasis. Otro aspecto consiste en construcciones hechas a lo largo de la historia del arte en torno de la Magdalena. Aquí se ve cómo la cultura se ha apropiado de esta mujer. Había mujeres burguesas de mala reputación que al arrepentirse se hacían retratar ''a lo divino'', es decir, con los atributos de la santa que son el pelo suelto y el frasco con el que ungió los pies de Cristo.