ENTREVISTA
Iñaki Aldekoa, fundador de la corriente Aralar de EH
Necesario, analizar si la lucha armada en el siglo XXI es un factor justificado o retardatario
Lo que sucedió en las elecciones del domingo en el País Vasco es que hubo una transferencia muy fuerte de votos dentro del conjunto abertzale nacionalista, si bien a nivel interno de este entorno lo que hay es un clarísimo castigo a la izquierda por la desaprobación de la ruptura de la tregua de ETA, el abandono del Parlamento vasco por parte de Euskal Herritarrok y haber permitido llevar las cosas a donde están, afirma el líder nacionalista
ARMANDO G. TEJEDA ENVIADO
Durango, 15 de mayo. Iñaki Aldekoa, fundador de la denominada corriente Aralar de Euskal Herritarrok (EH), considerado como el bra-zo político de la organización armada vasca ETA, cree que la coalición separatista tiene que someterse a un intenso proceso de re-flexión para identificar las razones del severo revés sufrido en los comicios del domingo en el País Vasco, en los que perdió la mitad de sus escaños parlamentarios y más de 82 mil votantes.
Es también uno de los dirigentes de la iz-quierda separatista vasca que ha sufrido las torturas en los calabazos españoles, si bien considera que la "época de la lucha armada ha terminado" y hay dar que paso a la búsqueda de la construcción nacional por las vías democráticas, que es un mensaje "inequívoco" que la sociedad vasca hizo en los pasados comicios.
En entrevista con La Jornada, Aldekoa adelantó lo que su juicio debe ser el eje de la autocrítica a la que deberá someterse la izquierda abertzale.
--¿Qué lectura hace del fracaso electoral de EH en los comicios?
--Los resultados han sido contundentes y son para el movimiento abertzale y nacionalista vasco buenos, a pesar de que para la izquierda abertzale no hayan sido buenos, pero como decía el pasado lunes Arnaldo Otegi, a nivel de país no se ha perdido ningún voto sino que se ha movilizado todo el electorado más tradicional vasquista, sea de izquierda o de derecha.
"Ahora lo que sí ha habido es una transferencia muy fuerte dentro del conjunto abertzale nacionalista, si bien a nivel interno de este entorno lo que hay es un clarísimo castigo a la izquierda por la desaprobación de la ruptura de la tregua de ETA, el abandono del Parlamento vasco por parte de EH y haber permitido llevar las cosas a donde están.
"Ahora por el campo de las fuerzas españolistas, sobre todo del Partido Popular, esta clarísimo que ha sido frenada esa reacción españolista, dudosamente democrática, acaudillada por José María Aznar y su partido, que ha venido aquí con una campaña muy agresiva y muy sucia, con la intención de darle la vuelta a lo que hoy todo el mundo sabe. El objetivo fundamental de la lucha era parar esta ofensiva, y se ha hecho morder el polvo al pretor español, y ha sido una derrota severa y muy importante históricamente, que probablemente marca el co-mienzo de una inflexión en el futuro político del Estado español".
Mensaje de 82 mil vascos a etarras
--Pero más allá del claro y clamoroso triunfo del nacionalismo vasco, ¿qué mensaje cree que han lanzado esos 82 mil vo-tantes que retiraron su apoyo a EH?
--Tenemos que reflexionar si a estas alturas del siglo XXI el tema de la lucha armada es un factor justificado o prioritario, o si por el contrario es realmente retardatario y que debe ser amortizado por el partido.
--Esta tesis contrasta con la de la dirección de EH, que sostiene que la culpa del fracaso fue la polarización generado por la campaña de acoso españolista.
--Bueno, Otegi atribuye exclusivamente a la cuestión del miedo a que tomara el go-bierno el Partido Popular, pero yo creo que fueron las dos cosas, de manera clara y contundente. No cabe duda que la ruptura de la tregua de ETA y que EH, al abandonar el Parlamento y asumir una política espantada, evidentemente se dejó al pie de los ca-ballos al gobierno de Ibarretxe, y eso permitió la ofensiva contra el euskera, contra la educación y la televisión vasca. Creo que las dos están íntimamente ligadas, pues no se puede rezar el credo por Poncio Pilatos; o sea que son las dos cosas.
"Nosotros en Aralar lo vemos así, y lo hacemos por encima de consideraciones morales, e incluso cuestiones técnicas de la lucha armada, que se podría hablar de la deriva de esa lucha armada que se desarrolla. Pues desde cuándo no hay auténticas acciones militares frente a las fuerzas del Estado, ya que la tesis prevalente parece ser diseñada contra civiles.
"Pero dejando fuera estas cuestiones e incluso en el caso de que hubiera una lucha armada técnicamente bien llevada, incluso en ese caso es muy discutible que sea un factor positivo para la construcción nacional vasca en la Europa del siglo XXI. Por eso hay que reflexionar si la lucha armada debe ser amortizada, todavía estamos a tiempo, pues la lucha armada forma parte de una historia de resistencia heroica de nuestro pueblo y no podemos dejarla em-pantanada en una serie de acciones erráticas y muy crueles que van a acabar por cerrar la historia de ETA, que es una historia de resistencia y de lucha por los valores socialistas y por la independencia.
"Esta es nuestra crítica, pero fundamentada en la historia y por eso nos negamos también a condenar a ETA porque significa condenar toda la historia armada, que tiene además perfiles moralistas. Pero lo que sí hacemos es una reprobación de las acciones que se están llevando ahora".
Una fuerza política arraigada
--Sin embargo Aralar, una facción minoritaria de EH y localizada en Navarra, tiene pocas posibilidades de que la coalición oiga con contundencia este mensaje a ETA.
--Creemos que debe haber un equilibrio, pues no consideramos que el pensamiento democrático y de izquierda es que exista el autonomismo de la versión armada, entonces tiene que haber capacidad de discusión política con el brazo político. Otra cosa es que bajo determinadas circunstancias no sea conveniente que esos debates se hagan siempre con taquígrafo, pero de ahí al total y absoluto mutismo, como el enunciado doctrinario que está circulando de forma escrita entre la organización del Movimiento de Liberación Nacional Vasco de que sobre la lucha armada los únicos que pueden opinar son los que la practican, me parece un auténtico despropósito político, que no está por cierto ni en las tradiciones de la izquierda ni de la propia izquierda vasca.
"Ahora, es muy difícil evaluar las posibilidades de regeneración, pero yo, sin em-bargo, tengo esperanza en la izquierda abertzale, que es una fuerza política arraigada en nuestro pueblo, es la expresión de nosotros mismos, pero está musculada en estructuras muy militantes para defenderse de la represión enorme que ha sufrido y sufre, porque el tema del terrorismo de Es-tado es conocido en la época socialista, pero también ha habido terrorismo de Estado con el Partido Popular; lo que pasa es que en estos momentos no se sabe, pero a lo mejor se conocerá en 10 años. Es duro su-perar esta estructura militarizada, pues im-plica apertura a la crítica, pero tengo esperanza, ya que los resultados han sido un auténtico campanazo, que aunque ahora es-temos un poco aturdidos, yo creo que em-pezando por la organización armada, si-guiendo por EH y por el resto de las organizaciones del movimiento, espero que de aquí a dos años haya un cambio, y si no se pagará un costo político muy alto".
--De los comicios pasados, ¿también podemos deducir que el soberanismo en el País Vasco toma rumbo pero por vías de-mocráticas y que este mensaje lo debe en-tender ETA?
--Algo de esto es evidente. El independentismo por vías democráticas se está ex-presando, es factible y esas posibilidades que se pusieron de manifiesto de una manera patente en Lizarra-Garasi y eso es lo que hace temblar a Madrid, que es mucho más que las acciones de ETA, que en el fondo y por situaciones de geometría política pueden llegar a ser favorables al poder español y en algunos casos provocadas por los que dan las patadas por debajo de la mesa. Lo que hace temblar a Madrid es que la vena soberanista vasca se exprese por las vías democráticas en una Europa democrática y eso difícilmente puede ser parado con la di-visión acorazada como lo podía hacer tranquilamente hace 20 años.