viernes Ť 18 Ť mayo Ť 2001

Jaime Martínez Veloz

Lucha de clases

Vicente Fox empieza a enfrentar la complejidad del ejercicio de gobierno en un contexto altamente politizado y con un saldo poco propicio para las altas expectativas que su campaña electoral despertó en una infinidad de fuerzas y grupos sociales. El hecho de que la gerencia foxista se enfrente a tal complejidad, no significa necesariamente que comprenda la gravedad de las circunstancias ni, por supuesto, que tenga la capacidad de atención y mucho menos de solución a los riesgosos problemas nacionales. A estas alturas, la ya lejana victoria electoral de Fox en poco contribuye a garantizar un triunfo político a su gobierno. Por el contrario, es muy posible que su embriaguez del triunfo mediático haya nublado la prudencia y distraído la valiosa operación política requerida ya urgentemente para la marcha programática del proyecto foxista, al parecer cada vez más solitario y sin el sustento de la fuerza partidaria panista.

La radiografía de los saldos ministeriales con sus respectivos secretarios de Estado arroja pocos resultados positivos y bastantes lastres que oscurecen más el ya casi lúgubre panorama de Fox.

ƑCuáles son los grandes temas de la agenda política nacional y cuáles sus resultados? La nueva hacienda pública (apodada orwellianamente como redistributiva) se atoró desde antes de nacer, y la cesárea se ha diferido para el segundo semestre del año. Con técnicas propias de la manufacturación del consenso social, la actual gerencia pretende sembrar en la mente del imaginario colectivo nacional el ambiente propicio para culpar, entre otros, al Poder Legislativo por el empantanamiento de un proyecto netamente clasista y depredador, que se quiere hacer pasar como bondadoso.

Es verdaderamente demencial pretender recaudar impuestos por comer, enfermarse o estudiar. Se ha vulgarizado el debate intelectual por el hecho de estar obligados a construir argumentos para rebatir la ideología, hecha pasar por racionalidad económica (otra chifladura), que fundamenta la imposición del IVA a medicinas, alimentos, colegiaturas y libros.

Atrapados en sus propias contradicciones, los nuevos mandarines apuestan demasiado al mágico mundo del color televisivo para educar a los reacios mexicanos sobre las virtudes de la socialización de los costos y la privatización de los beneficios en que consiste la reforma. Para que durmamos tranquilos, Gil Díaz promete comerciales elaborados con "entrevistas que estuvimos haciendo y consisten en preguntas sobre la reforma (hacendaria), primeras reacciones negativas, y a la misma persona se le explica el contenido de la reforma y el segundo comentario de la persona", comentario del ciudadano alfabetizado, que obviamente describe el mundo feliz de la burocracia hacendaria (Reforma, mayo 8, 2001). Todo es cuestión de que se les explique...

Obviamente, Fox aporta su cuota de optimismo contagioso. Acerca del anuncio estelar del 11 de mayo se le cuestionó: "ƑNo tiene nada que temer el mexicano en común, el trabajador, por lo que va a anunciar?" Muy orondo responde: "absolutamente no; tenemos la economía más fuerte que nunca (con) una gran credibilidad, una credibilidad que es envidia de otros países" (Reforma, 5 de mayo).

Tan envidiable es nuestra situación que el Fondo Monetario Internacional ha decidido premiarnos con una línea de crédito no pedida de al menos 15 mil millones. ƑPara qué? Según Gil Díaz (Reforma, 8 de mayo) este mecanismo se "le ofrece a los países que no lo necesitan".

Lo que pretende explicar el secretario de Hacienda es por qué la desaceleración de la economía estadunidense, junto con la dificultad para aprobar la reforma fiscal regresiva, ha puesto nerviosos a los organismos financieros internacionales, tal vez preocupados de alguna turbulencia que zarandee nuevamente a otras economías, interdependientes en esta era contemporánea, gracias a la globalización.

La ingeniería del consenso para Everardo Elizondo, virrey del Banco de México hecho pasar por vicegobernador, es ilustrativa. Este refinado tecnócrata pretende domesticar temas escabrosos y así cuestiona que la leche sea un alimento indispensable para los humanos, en una suerte de lógica que busca descalificar las críticas contra el IVA en alimentos. ƑQué pasará con el crecimiento de niños oaxaqueños, chiapanecos y tijuanenses? ƑQuién niega la existencia de clases sociales y sus intereses divergentes?