La Coronela generó un lenguaje moderno con esencia nacionalista
Ť La pieza dancística fue montada hace más de 60 años con música de Silvestre Revueltas
Ť Barro Rojo, ejemplo de una compañía apegada a nuestras raíces, afirma la investigadora
ARTURO GARCIA HERNANDEZ
Hace poco más de 60 años nació la escuela de danza moderna mexicana. Madre y partera en este nacimiento fue la coreógrafa y bailarina Waldeen, autora de la pieza fundacional del movimiento dancístico de ruptura con la academia que a la vez trataba de expresar una esencia y una estética nacionalistas. Aquella obra, casi mítica, se llamó La Coronela, una especie de alegoría de la Revolución. Con ella empezó la llamada ''época de oro" de la danza mexicana.
Romper con academicismos
Atrás de esa coreografía hay una historia de esfuerzo, una lección de pasión creativa, una muestra de amor a México, un hallazgo estético, todo lo cual ha sido documentado en el video La Coronela (1940). Punto de partida, coordinado por una ex bailarina, alumna de Waldeen, y hoy investigadora de danza, Josefina Lavalle.
El video, resultado de cinco años de trabajo, contó con la colaboración de los guionistas Lourdes Roca y Eugenio Cobo y será presentado hoy en el teatro Raúl Flores Canelo del Centro Nacional de las Artes, con los comentarios de Horacio Flores Sánchez, José Antonio Robles Cahero, José Antonio Alcaraz y Maya Ramos Smith.
''Esta coreografía --explica Josefina Lavalle en entrevista-- se hizo en la tendencia de una danza moderna mexicana. Las iniciadoras de esto fueron Ana Sokolow y Waldeen, quien seguía un poco a la escuela alemana pero que aspiraba a hacer una danza muy personal".
Waldeen nació, en 1913, en Estados Unidos. En 1934 vino por primera vez a México con el bailarín japonés Michio Ito. Waldeen se fue pero regresó cinco años más tarde, en 1939, a ofrecer algunas actuaciones como solista. Ya no se iría: ''La invitan a dirigir el primer ballet que se hizo oficialmente que fue el de Bellas Artes".
Aquí se relacionó con una serie de artistas que entonces llevaban a cabo una intensa actividad de discusión y creación artística: los hermanos Silvestre y José Revueltas, los pintores Gabriel Fernández Ledesma, Julio Castellanos y Xavier Guerrero, el poeta Efraín Huerta.
Este grupo de personas --recuerda Lavalle-- lleva a Waldeen ''por toda la República, la hacen conocer todo el arte popular, le enseñan el México de a deveras, el México profundo como dice Bonfil Batalla, y de ahí surge en ella esta tendencia a hacer danza moderna que rompa con los academicismos del ballet clásico y que muestre lo que es el país, sus raíces".
Abrevar en el México de entonces
--En ese sentido, ¿el valor de La Coronela es rescatar estos motivos o también el de generar otro lenguaje dancístico?
--Generar un lenguaje nuevo pero que tuviera un sentido en México. No traer lo que hacía Martha Graham en Estados Unidos, sino hacer una danza nuestra. Ella se involucra en esto a pesar de ser una mujer estadunidense. Ella supo absorber muy bien lo que era ese momento en nuestro país. A sus alumnos nos hizo conocer el arte popular, nos hizo valorar la importancia de que hubiera una danza mexicana moderna pero nacional en su esencia. Esa es la idea que esta en su obra La Coronela, montada con música de Silvestre Revueltas; con diseños y escenografía de Gabriel Fernández Ledesma; con textos literarios de Efraín Huerta; con la dirección escénica de Seki Sano, quien intervino para relacionar el teatro con la danza, como por ejemplo poner tramoya dentro del escenario, cosa que en ese momento, en los años cuarenta, era insólito.
La pieza está dividida en cuatro danzas: la de los desheredados, la del pelado y la gatita, la de la coronela y la del juicio final. La música de las tres primeras fue compuesta por Silvestre Revueltas. La de la cuarta era de Blas Galindo. La Coronela se estrenó en 1940, pero la música se perdió. Sólo logró rescatarse una partitura para piano de tres de las cuatro danzas. La de Galindo y las orquestaciones de Candelario Huízar nunca fueron recuperadas.
Después de 1940, la obra se volvió a bailar íntegra hasta 1976. La música faltante de la cuarta danza fue remplazada con música que Revueltas hizo originalmente para la película Vámonos con Pancho Villa.
Posteriormente La Coronela se repuso de nuevo en 1983. Fue grabada para un programa de la Unidad de Televisión Educativa. A esta grabación corresponden los fragmentos incluidos en el video de Josefina Lavalle. El trabajo lo complementa una serie de entrevistas y testimonios de quienes atestiguaron o participaron directamente en el montaje de la obra.
Ver atrás y hacia adentro del país
--¿El valor del video es sólo documental o sirve como modelo para una actual escuela de danza mexicana?
--Fundamentalmente es histórico, pretende ser informativo, pero también llegar más allá. Ojalá logremos sensibilizar a las nuevas generaciones de bailarines sobre el camino que se tomó en ese momento.
--¿Se truncó ese camino?
--Sí. Se puede retomar pero hay que hacerlo de una manera distinta. No se le puede tomar exactamente igual. Creo que entre los jóvenes hay algunos grupos como Barro Rojo que no se han alejado de la pasión nacionalista, pero lo han tomado de una manera completamente distinta. Se han acercado al México actual, a los problemas del país. Es un poco la lección que Waldeen nos dejó: ver atrás y hacia adentro, pero tiene que ser de manera distinta. Después de 60 años no puede ser lo mismo.