BANAMEX: REQUIEM DE LA BANCA NACIONAL
El anuncio de la adquisición del Grupo Financiero
Banamex-Accival por el gigante financiero Citigroup constituye la culminación
del ciclo de privatización, quiebra, rescate y remate de los bancos
mexicanos, en el curso del cual el país perdió sus instituciones
financieras y los mexicanos, en general, una suma cercana a los 80 mil
millones de dólares.
Con la venta de Banamex --en 12 mil 500 millones de dólares,
lo que representa menos del 50 por ciento del valor de sus activos declarados--,
el único banco significativo que permanece en manos mexicanas es
Banorte.
Ello evidencia el enorme engaño del principal argumento
empleado por la administración de Ernesto Zedillo para esquilmar
al país en la operación Fobaproa: el propósito del
rescate bancario, dijeron entonces el propio Zedillo y sus secretarios
de Estado, era preservar el sistema financiero nacional. Hoy, con el país
hipotecado para pagar la ineficiencia y la corrupción de los banqueros,
la banca mexicana no existe más, y con ello, la nación ve
estrecharse los márgenes de su soberanía e independencia.
Si hubiera que buscar ejemplos de lo anterior, basta con
voltear a lo ocurrido ayer, cuando el Estado y sus instituciones se ven
empequeñecido por la absorción bancaria efectuada por Citibank,
el cual proyectó mucho más poder de regulación (y
alteración) de los mercados cambiarios que el propio banco central.
En efecto, como consecuencia de la desregulación
de Banamex-Accival, operación que significó la promesa de
inyección de más de 6 mil millones de dólares en México,
la divisa estadunidense se desplomó en los mercados nacionales por
debajo del piso de 9 pesos, hasta alcanzar cotizaciones semejantes a las
de agosto de 1998.
Con ello, de paso, se propinó un golpe adicional
al sector exportador, a la balanza comercial y a la estabilidad de la economía,
toda vez que la sobrevaluación del peso induce distorsiones evidentes
en el desempeño económico general.
Pero, volviendo al punto principal, el hecho es que, tras
apuntalar su banco con recursos extraídos de los bolsillos de los
contribuyentes, los dueños de Banamex recibirán ahora 6 mil
500 millones de dólares en efectivo y otro tanto en acciones de
Citigroup. Quienes urdieron el desfalco, el engaño y la inmoralidad
del Fobaproa --Zedillo, José Angel Gurría, Guillermo Ortiz
y otros-- reciben hoy en día jugosas pensiones o sueldos procedentes,
también, de los impuestos ciudadanos; en tanto, el presente gobierno,
privado de recursos por las obligaciones creadas a raíz del rescate
bancario del sexenio anterior, se desgañita tratando de lograr la
aprobación de una reforma fiscal que le aporte los dineros requeridos
para funcionar con mínima eficiencia. Y los legisladores panistas,
no hay que olvidarlo, fueron decisivos para legalizar, en su momento, aquel
monumental despojo a la nación.
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