LUNES Ť 21 Ť MAYO Ť 2001
Ť "Preocupante futuro de los pueblos de la región, por globalización descontrolada"
"Frágiles", las democracias de AL: Celam
Ť "Observamos en algunos países crisis de ingobernabilidad", concluye en su asamblea
JOSE ANTONIO ROMAN
En el inicio del nuevo milenio, el futuro de los pueblos de América Latina se presenta "preocupante", sobre todo porque los efectos de la globalización económica "descontrolada" y el creciente endeudamiento externo e interno "generan cargas que han aumentado enormemente su pobreza", afirma el Consejo del Episcopado Latinoamericano (Celam).
En las conclusiones de su 28 asamblea, que concluyó el pasado sábado en la capital venezolana, los presidentes y delegados de las 22 conferencias episcopales de América Latina y el Caribe señalan que la "fragilidad" y la "vulnerabilidad" son las principales características de las economías regionales.
Destaca también que se ha agravado la "precariedad laboral", el crecimiento sostenido de las tasas de desempleo abierto, el crecimiento del empleo informal, el aumento del trabajo infantil, la problemática de la seguridad social.
"La violencia ciudadana tiene diversos rostros, que van desde el robo, las pandillas juveniles, el asalto, los homicidios, el secuestro y todo el crimen organizado alrededor de la droga. Además se agrava la violencia doméstica contra las mujeres y los niños. Todo incide de manera grave en la familia, en los desplazamientos forzados al interior de los países y en las migraciones a nivel internacional", dice el documento del Celam, cuyo secretario general es el obispo mexicano de la diócesis de Texcoco, Carlos Aguiar Retes.
"Nuestras democracias son aún muy frágiles: en algunos lugares se discute la auténtica representatividad, la justicia es aún sumamente imperfecta, así como la fundamentación en los auténticos valores. Observamos en algunos de nuestros países crisis de gobernabilidad. Se echa de menos el liderazgo de políticos que promuevan el bien común".
A esta ya grave situación, agrega, se le debe añadir la problemática generada en el campo de la reproducción y la preservación de la vida cuando se valen de la nueva potencialidad de la ciencia, especialmente en el terreno de la biotecnología, "ignorando las exigencias fundamentales de la ética".
Por si esto fuera poco, algunos países de la región han enfrentado desastres naturales, como los huracanes George y Mitch, las inundaciones y derrumbes en Venezuela, y los terremotos recientes en El Salvador, con secuelas de muerte, dolor, desolación, desplazamientos y mayor empobrecimiento.
A la reunión celebrada en Caracas del 15 al 18 de este mes asistieron el prefecto de la congregación para los obispos y presidente de la Pontificia Comisión de América Latina (CAL), el cardenal Giovanni Batista Re; el vicepresidente de dicha comisión, el obispo español Cipriano Calderón, y la presidentaede la Confederación Latinoamericana de Religiosas, la hermana Carmen Margarita Fagot.
En este contexto, los prelados reunidos en la asamblea del Celam renovaron su empeño en una "movilización" que conduzca a una "cultura de la vida", lo cual establece el compromiso de defender la vida de cada ser humano desde la concepción hasta la muerte natural.
"Nuestra opción por la persona humana y por la vida se ha de convertir necesariamente en servicio a la familia, a la cultura y a la política, a fin de lograr el respeto y promoción de los principios fundamentales, de los que depende el destino del ser humano y de la civilización".
Con varias citas del papa Juan Pablo II, los obispos señalan que desde la comunión con Cristo, la iglesia católica quiere acompañar a los pueblos latinoamericanos por los caminos de la solidaridad, llegando también a las "nuevas pobrezas" que afectan a menudo a ambientes y grupos no carentes de recursos económicos, pero sí expuestos a la desesperación del sin sentido, a la insidia de la droga, al abandono en la edad avanzada o la enfermedad, a la marginación, a la discriminación social.
Durante la reunión de cuatro días, los obispos integrantes del Celam examinaron el avance del proyecto de Globalización y nueva evangelización, que pretende, con la ayuda de un grupo interdisciplinario de expertos laicos, colaborar en el discernimiento pastoral de dicho fenómeno de la globalización y que la Iglesia aporte, desde su respectivo campo de acción, juicios de valor para lograr que esté al servicio de la dignidad del hombre.