Luis Felipe Bravo Mena, dirigente nacional panista
AN, ni rehén de Diego Fernández ni sujeto a los caprichos de Fox
Sobre Chiapas, el partido tenía una propuesta y el Presidente hizo suya la de Cocopa. No concedemos validez a esa opinión de que nosotros impedimos que se llegara al diálogo.
GEORGINA SALDIERNA
El dirigente nacional del Partido Acción Nacional, Luis Felipe Bravo Mena, rechaza que su partido sea rehén del senador Diego Fernández de Cevallos y de las viejas disputas que ese legislador tiene con el presidente Vicente Fox. Asegura que éste cuenta con el apoyo del panismo, pero marca los límites: "el PAN no hará lo que el PRI. Por eso no se subordinará al Presidente ni será instrumento de sus caprichos personales o ideológicos".
Desestima que se necesite un pacto político entre el albiazul y el Presidente; reconoce que hubo diferencias por la iniciativa de derechos y cultura indígenas, pero destaca que Acción Nacional actuó en congruencia con lo que postuló desde que se inició el conflicto.
En entrevista con La Jornada, rechaza haber fallado en la dirigencia de Acción Nacional, como señalan algunos de sus correligionarios "en corto", y resalta que aún es temprano para hablar de una eventual reelección en el cargo.
-A casi seis meses de gobierno del presidente Fox ¿el PAN sigue siendo un partido de oposición o ya aprendió a ser partido en el gobierno?
-El partido está en plena conciencia de que es el partido que tiene responsabilidad del gobierno. Por supuesto tiene toda la disposición, la voluntad de ir asumiendo este nuevo rol en la política mexicana, sabiendo que son un periodo y un proceso que tendrán que irse asentando y en los que debe haber aprendizaje. No se pasa de la noche a la mañana de una condición de oposición a la plenitud de partido en el gobierno y tenemos que ir aprendiendo.
-Se habla de divergencias o enfrentamientos entre el PAN y Vicente Fox, por ejemplo al aprobar el presupuesto de 2001, integrar el gabinete o sacar la reforma indígena. Por eso se dice que llegó el momento de establecer un verdadero pacto entre el PAN y Vicente Fox...
-Lamento mucho que en la percepción que haya sobre la relación del PAN y del gobierno domine una tesis de que hay fricciones o desencuentros. ¡No es así! Entre el PAN y el gobierno tenemos buena comunicación y sabemos exactamente qué es lo que queremos lograr. Hay muchas cosas, experiencias nuevas; hay que hacer frente a problemas muy diversos y en el camino hay que ir construyendo también las nuevas formas y métodos de una relación correcta, democrática, entre el partido y el gobierno; que no repita la experiencia anterior de partido de Estado, el modelo priísta.
"Para algunos puede ser extraño que el PAN tenga alguna opinión o punto de vista que no coincida con el del Presidente. Eso no significa ruptura, distanciamiento o que se necesite un pacto. El pacto está hecho desde que Vicente se afilió al PAN, protestó como candidato y se formó como político en Acción Nacional.
"¿Fricciones en cuanto al presupuesto? Me parece que es absolutamente válido en este contexto nuevo, democrático, que el PAN impulse algunos lineamientos o puntos de vista sobre la forma en que se integró el presupuesto. Respecto al gabinete, yo no registro una fricción con el partido. Al contrario, el partido fue generoso y es-tuvo dispuesto a que el Presidente cumpliera con su compromiso de formar un gabinete plural e incluyente. Quizás hubo aspirantes que tuvieron alguna consideración diferente, pero fue personal, de ninguna manera fue la posición del partido.
"Y en el tema en el que sí es obvio que hubo una diferencia de opinión fue en el de Chiapas, pero no en que la vía de solución es el diálogo. Ahí no hay diferencia. Donde hubo diferencia fue en particular sobre la reforma constitucional. Ahí sí, pero tampoco puede llamarse novedad. Estaba muy claro que el partido tenía una propuesta y que el Presidente, en el afán de impulsar, de alimentar el diálogo, hizo suya la propuesta de Cocopa y la mandó.
-¿El PAN rompió la posibilidad de reanudar el diálogo con el EZLN?
-No, no comparto esa opinión. Creo que el PAN, en congruencia y con absoluta claridad de su posición, no sólo de los últimos meses sino desde que se inició el conflicto, impulsó un proyecto que tiene que ser analizado con mayor serenidad, con menos radicalismo para que se vean los avances que contiene, y que implican un cambio sustantivo en esta materia, como lo pedían los acuerdos de San Andrés. De manera que el partido no asume ni concede validez a esa opinión de que nosotros hemos impedido que se pudiera llegar al diálogo.
-¿A qué atribuye esa imagen de confrontación? ¿No tienen operadores políticos, o es que las circunstancias los están rebasando?
-Lo atribuyo a que todavía hay una mentalidad que funciona con los marcos de la cultura política del régimen pasado. Este modelo se rompe y ahora existe un espacio para que se exprese el partido con responsabilidad frente a las acciones de gobierno. Evidentemente los medios re-gistran que estas son cosas nuevas, mu-chos hacen lecturas equivocadas y luego se empiezan a correr tesis como si fuera la verdad. ¡No hay tal confrontación!
"Estamos apoyando" al Presidente
-En cualquier parte del mundo el partido en el gobierno apoya al Presidente salido de sus filas...
-Nosotros lo estamos apoyando, salvo el tema éste que ya mencionamos de derechos y cultura indígenas, que estaba muy claro y perfectamente hablado que ahí el partido seguiría en absoluta coherencia con sus tesis. El Presidente en cumplimiento de su responsabilidad y de su de-seo de impulsar el diálogo, envió la ley Cocopa y, bueno, los hechos políticos ha-blan de que por nuestra parte fuimos absolutamente congruentes y el Presidente también.
-Pero ¿no fue ahí el partido rehén del senador Fernández de Cevallos?
-Esa es otra de las distorsiones. Se quiere personalizar todo. El partido tenía la tesis que finalmente impulsamos en la reforma constitucional, hecha desde hace por lo menos cuatro años. Si se revisan los documentos que el partido estuvo trabajando sobre esta materia, estaba dicho por dónde iría la convicción del partido.
-¿Las pugnas entre Fernández de Cevallos y Fox no están influyendo en la posición del partido?
-En absoluto. El senador habla claro, marca sus diferencias y no confunde sus posiciones personales con las del partido.
-Por lo menos parece que Diego Fernández marca la pauta a seguir.
-Diego no actúa sobre la nada; actúa sobre las tesis que el partido ha trabajado.
-Dada la relevancia que ha adquirido Fernández de Cevallos, algunos panistas ven tambaleante la dirigencia de Bravo Mena; piensan que falló. ¿Cuál es el ba-lance que hace de su gestión a unos meses de que se inicie la discusión sobre la reelección en el PAN?
-Hemos hecho lo que debemos hacer en la conducción del partido, dando el espacio y el lugar a todos los miembros, a to-dos los dirigentes y a todos los liderazgos. En otros partidos lo que tratan de hacer es aniquilar los liderazgos. Yo tengo una concepción absolutamente contraria. Que se exprese eso de que Diego tiene una presencia importante, pues cómo no la ha de tener si fue candidato a la Presidencia de la República, si tiene más de 40 años de militar en el PAN. El dirigente que sienta celos, miedo porque haya líderes en el partido, es un dirigente que tiene absoluta inseguridad en su propia función. No es mi caso. Respecto a la reelección, todavía es prematuro hablar de eso.
-Alguna vez Felipe Calderón comentó que en los momentos cruciales del partido, él se sentía sólo y carecía del apoyo de su gente. ¿Este podría ser su caso?
-No, no, no. No es mi caso, ni me atrevería a decir eso, todo lo contrario. Lo que hemos hecho, poco o mucho, eso lo juzgarán los militantes, lo hemos hecho porque hay una enorme colaboración y entrega de muchísimas personas.
-Se dice que si a Fox le va mal, al PAN le va mal. Si es así, ¿por qué el PAN no apoya al ciento por ciento a su Presidente? ¿No se la quiere jugar con él?
-Yo estoy cierto de que el partido habrá de poner la cara frente a los ciudadanos en las urnas por lo que hagan o no este go-bierno y el presidente Fox, y nos la jugamos a su éxito y a que el proyecto de cambio a que nos comprometimos con los ciudadanos salga adelante. Y precisamente porque queremos que salga bien hacemos observaciones a las diversas políticas o hacemos un punto de diferencia cuando consideramos que eso conviene al país.
-Usted dijo que los miembros de un gobierno panista podían no ser militantes del PAN, pero sí debían seguir sus principios. ¿Eso ya está ocurriendo?
-Si nos atenemos a los grandes objetivos y a los fundamentos de la acción de gobierno, nosotros vemos en las políticas gubernamentales un absoluto reflejo de lo que son los valores que el partido ha sostenido toda su vida, expresados para el tiempo de hoy. Por ejemplo, hay plena coincidencia entre las tesis del canciller Jorge Castañeda y lo que el PAN ha sostenido en materia de política exterior.