LUNES Ť 21 Ť MAYO Ť 2001
Ť Desde hace un mes y medio López Obrador envió sus opiniones al respecto a Fox
Es inviable construir el aeropuerto alterno en Texcoco, señala el GDF
Ť En su evaluación consideró aspectos de orden técnico y económico Ť Implicaría cerrar la terminal aérea local, señala Ť Tizayuca también tiene problemas, pero en menor medida, dice
RICARDO OLAYO GUADARRAMA
El gobierno capitalino considera inviable la construcción de la nueva terminal aérea en la zona del Lago de Texcoco, porque implicaría cerrar las actuales instalaciones de la terminal Benito Juárez en la delegación Venustiano Carranza, además del impacto negativo en la saturación urbana al nororiente de la ciudad y la afectación ambiental.
En la evaluación de la propuesta de Texcoco y la del Valle de Tizayuca, en Hidalgo, pesaron también criterios de orden económico por la importante generación de fuentes de empleo en el actual aeropuerto y la consecuente influencia favorable en la ciudad de México, indicaron funcionarios.
La opinión del Gobierno del Distrito Federal sobre la construcción del nuevo aeropuerto se envió hace un mes y medio por Andrés Manuel López Obrador al presidente Vicente Fox. Ahí establece que Texcoco no tiene las mejores condiciones para recibir una obra de una dimensión cercana a las cuatro mil hectáreas.
Sin embargo, indica que se requieren estudios a fondo para tomar una determinación, pues la zona de Tizayuca también representa problemas, pero en menor medida.
Desfavorable al DF
Consultados sobre los trabajos de análisis que se realizaron, funcionarios del DF informaron que la opinión enviada a Fox está circunscrita al ámbito técnico, pero en la discusión interna se planteó si era conveniente el proyecto del Lago de Texcoco, dado que se ubica a unos kilómetros de distancia hacia el estado de México, en las mismas coordenadas que la terminal actual.
En esa circunstancia, los vuelos de las dos terminales se empalmarían y no podrían coexistir los dos aeropuertos, situación que no favorece al Distrito Federal. Además, con el proyecto de Texcoco crecería la conurbación en una zona que se ha regenerado paulatinamente y se acusarían daños ambientales a la fauna del lago.
De hecho, el anterior Gobierno del DF, por medio de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi), realizó una consulta con el Consejo Asesor de Desarrollo Urbano (CADU), conformado por especialistas, académicos, empresarios, entre otros, en la que se inclinó la balanza claramente a favor de Tizayuca.
El CADU, mediante un anál isis de su Comisión de Políticas de Integración Metropolitana, concluyó que: "apoya decididamente la opción de Tizayuca", pues es evidente que su planeación coincide con el Programa de Ordenación de la Zona Metropolitana del Valle de México.
A pesar de que no se disponía de información gubernamental detallada, con los elementos a su alcance consideraron que la ciudad de Hidalgo es "la localización que parece como lo más deseable" para el aeropuerto.
El año pasado, algunos secretarios del GDF acudieron a la Asamblea Legislativa para expresar sus puntos de vista sobre el tema y se habían orientado a Tizayuca, sin dejar de señalar algunas fallas.
Ahora los servidores públicos consultados, y que participaron en los trabajos de análisis, comentaron que si bien no aparece en el texto que envió López Obrador, en el caso de Tizayuca se cuestionó la distancia y la poca infraestructura vial si se busca una salida por la zona de Indios Verdes.
Comentaron que los representantes de Hidalgo plantearon como posibilidad la ampliación del Metro a partir de la estación Buenavista, con un tren férreo u otra modalidad, que utilice la vía del antiguo ferrocarril; esta propuesta es muy costosa.
En las reuniones por separado con los proyectistas de Hidalgo y el estado de México recibieron explicaciones y plantearon dudas, en sesiones en que estuvo presente la crítica a los proyectos en pugna.
Los representantes de Hidalgo subrayaron que una eventual erupción del Popocatépetl afectaría definitivamente los vuelos en Texcoco. Por su lado, los mexiquenses cabildeaban a su favor por la lejanía de Tizayuca.
Se argumentó la altura sobre el nivel del mar, apenas con una diferencia de 70 metros; la superficie del proyecto, en el caso de Hidalgo de 3 mil 600 hecáreas y el estado de México con 4 mil; el tipo de propiedad, respectivamente federal-ejidal-privada y ejidal y privada.
Fueron largas sesiones en que escucharon las propuestas hidráulicas, de transporte, ambientales y de paso se plantearon algunas descalificaciones al proyecto opositor. Los secretarios opinaron y se canalizaron los documentos a una coordinación a cargo del secretario de Obras, César Buenrostro, quien finalmente entregó un informe a López Obrador. Este último tuvo la responsabilidad de concluir el documento.
El tema del aeropuerto es analizado precisamente en Los Pinos, en donde se desarrollan reuniones de planeación urbana y de inversión y recursos naturales entre representantes de los siete estados de la región centro, Puebla, Querétaro, ciudad de México, Morelos, México, Hidalgo y Tlaxcala, con funcionarios del gobierno federal.
Ahí se revisan programas de inversión, de abasto de agua, la terminal aérea y la coordinación con el gobierno federal.