Ť Afirma que entre éstos se encuentran legisladoras
Intereses políticos amenazan al Instituto de la Mujer: Molina
Ť Iniciativa de reforma a su ley le impediría avanzar en temas en los que el gobierno está comprometido, advierte
BERTHA TERESA RAMIREZ
Una lucha de intereses políticos en la que toman parte legisladoras, algunas de ellas impulsadas desde organizaciones de la derecha, feministas e integrantes de la sociedad civil amenazan la política social del gobierno de Andrés Manuel López Obrador en el Instituto de la Mujer, declaró la directora del organismo, Isabel Molina Warner.
El instituto, creado por la administración pasada con el propósito de delinear políticas específicas de apoyo a las mujeres en la capital, está en entredicho por una iniciativa de reforma a la ley que lo regula. Los cambios que se plantean son similares a la que norma al Instituto Nacional de la Mujer, y servirían para colocarle una camisa de fuerza que haría muy difícil su operación y lo convertiría en una especie de paquidermo al que le sería muy difícil operar, reveló Molina Warner durante una entrevista con este diario.
Lo más preocupante, apuntó, es que la reforma plantea una mayor injerencia de los partidos representados en la Asamblea Legislativa, así como de organizaciones civiles que impedirán al instituto avanzar en temas en los que el gobierno perredista está comprometido, como los derechos sexuales y reproductivos de la mujer, así como en la defensa de la diversidad sexual. "Y es que hay organizaciones sociales de derecha que no estarían de acuerdo con la perspectiva desde la cual nosotros estamos abordando estos asuntos y que pretenderían obstaculizar el trabajo de un gobierno que fue electo democráticamente y tiene todo el derecho de impulsar las políticas públicas en las que cree".
Agregó que la iniciativa se impulsa en el marco de "la derechización que vive el país, con la idea de que todas y todos deben quedar a gusto, aun cuando hay temas en los que no estamos de acuerdo".
Cautelosa de no atizar la grilla que se ha desatado para controlar al Instituto de la Mujer, Molina Warner no lo afirmó pero dejó entrever que algunas dirigentes del PAN y PRD pretenden dejar las diferencias debajo del tapete y manejar un discurso en el que hablen sólo de las coincidencias, "táctica" que según algunas feministas sólo le sirve "a la derecha para frenar los avances a favor de los derechos de las mujeres".
Diferencias y reclamos
Aunque Isabel Molina declinó hablar sobre el reclamo que le habría hecho la coordinadora del PAN en la ALDF, Patricia Garduño Morales (uno de los mayores orgullos de la Asociación Nacional Cívica Femenina, cuya presidenta ha opinado que las mujeres deben estar dispuestas hasta el sacrificio para mantener la unidad familiar, aun sí ello les implica renunciar a carreras universitarias), por haberse referido a esas discrepancias en la primera reunión que tuvo con el consejo consultivo del instituto.
Admitió: en ese encuentro "dije que en este contexto político de derechización, convertir a esa entidad es una cosa de partidos, y como se plantea sería paralizar al instituto porque hay temas en los que nunca nos vamos a poner de acuerdo".
Fuentes del PAN en la Asamblea precisaron que Garduño reclamó a Molina sus comentarios. "Le dijo que le extrañaba mucho que hubiera planteado esas diferencias, que las mujeres habían querido avanzar siempre unidas, que había mucho más que las unía, mucho más de lo que se imaginaba y que esos comentarios la habían hecho caer en un izquierdismo".
De acuerdo con esas versiones, Isabel Molina respondió: "lo siento mucho Patricia, hay temas en los que estamos de acuerdo pero tenemos otras profundas diferencias, el tema del aborto y el concepto de familia son los más obvios".
Protagonismo desmedido
La iniciativa de reforma tendría como objetivo fortalecer la equidad entre géneros; fue diseñada por organizaciones no gubernamentales de corte feminista y apoyada por PRI, PAN, PRD, PT y Democracia Social en la Comisión de Equidad y Género de la ALDF, "lo raro es que ésta sigue un modelo muy similar al que se creó para normar al Instituto Nacional de la Mujer, en donde ya se presentan problemas para su operación", no sólo no ayudará a fortalecer al instituto local sino que podría paralizarlo, añadió Molina.
De concretarse la propuesta de reforma, tres amenazas alterarían la operación del Instituto de la Mujer: la primera es que éste se convertiría en un órgano político en donde la lucha partidista terminaría por apartarlo de su vida cotidiana y objetivos fundamentales. Habría, además, una injerencia incorrecta de la ALDF que terminaría por convertirlo en un espacio para la entrega de cuotas políticas, argumentó.
Otra de las modificaciones más preocupantes es la de cambiar su estructura administrativa para transformarlo de una entidad desconcentrada a una descentralizada, lo cual haría compleja su operación. Indicó que aunado a ello, las legisladoras decidieron incluirse como integrantes de la Junta de Gobierno con derecho a voz, de tal manera que esté integrada por 15 miembros y que cinco de éstos sean diputadas de los partidos representados en la ALDF, lo cual haría que esa entidad se politizara al grado de impedirle tomar decisiones.
Además, proponen retirarle al instituto su facultad de escoger a los miembros de su consejo consultivo para que sea la ALDF la que decida quiénes forman parte de éste, del cual las legisladoras también son miembros junto con la sociedad civil. También que pase a formar parte de la Secretaría de Gobierno y deje de serlo de la Secretaría de Desarrollo Social, en donde se ubica la mayor parte de la gente con la que trabaja.
Finalmente, comentó que en una democracia la sociedad civil y las organizaciones no gubernamentales pueden ser consultadas y hacer propuestas, pero no pueden suplantar a la administración pública, "ésta es sólo una responsabilidad de Andrés Manuel López Obrador, quien fue electo democráticamente y tiene todo el derecho a decidir cuál va a ser su política pública hacia las mujeres".