LUNES Ť 21 Ť MAYO Ť 2001
La noche que raptaron a Epifania
Ť Raúl Díaz
A juzgar por algunas de mis últimas experiencias, debo concluir que si bien nuestra cartelera teatral no está exclusivamente integrada de buenas obras y sus respectivas buenas puestas en escena, si puedo afirmar que tres que cuatro montajes merecen toda la asistencia, del que hablaré hoy es uno de estos. "La noche que raptaron a Epifánia o Shakespeare lo siento mucho".
La alusión shakesperiana es directa y confesa, titulo y argumento de la comedia provienen en línea recta de "La noche de Epifania o duodécima noche" y así, con absoluto e hilarante descaro nos lo ofrece un joven dramaturgo mexicano que, desgraciadamente, falleció hace unos cuantos meses. Gerardo Mancebo del Castillo, que como obras previas nos legó "Mundos calánimes" y Las tremendas aventuras de la capitana Gazpacho". No se si escribió otras el malogrado Mancebo del Castillo pero yo conozco únicamente las dos citadas.
En esas dos obras pero principalmente en la Capitana Gazpacho (que me encantó), el joven autor dejó plasmado un mundo onirico verdaderamente extraordinario que habla claramente de su talento y su imaginación desbordada que, evidentemente, no conocía límites, se lanzaba a las irrealidades más fantásticas y de allí volvía cargado de escenas que, plasmadas en el escenario, nos presentaban un mundo por demás bizarro pero no por ello menos disfrutable o quizás por ello, mucho más disfrutable.
En este rapto de Epifania (sin acento en la segunda "š") repite esas constantes, se sumerge en el mundo de la fantasía y crea, sobre la obra de Shakespeare, un mundo de auténtica locura en el que nos obliga también a sumergirnos, resultando una obligación por demás gozosa y reconfortante porque, la verdad, en este mundo real que nos toca vivir día a día, hace falta una buena dosis de locura para poder tener una buena salud mental. Gerardo Mancebo -debemos agradecérselo- contribuye en buena forma a cultivar esa nuestra sana parte de locura.
Y es que sobre aquella duodécima noche, don Gerardo arma tal sarta de hilarantes idiotecas (dicho esto con mi mejor intención de elogio) que no puede uno sino reírse a carcajadas, sin por ello perder la parte seria del asunto porque, aunque usted no lo crea, si tiene seriedad eso jugar a la broma y sobre todo si de teatro se refiere y, por otra parte, se cuida bien el autor de burla burlando, reflejar cosas que suceden no en un mundo irreal o un país imaginario sino en nuestro México de hoy y aquí. Un ejemplo chiquito de esto, dígame si no, es que los cancerberos o guardianes de las fronteras son más corruptos que repetirlo y dejan pasar lo que sea o a quien sea por una corta feria. Bueno eso mismo hace el guardián del averno que es a donde su raptora llevó a Epifania.
Y para que vea usted la dimensión de todo este relajo iconoclasta, déjeme transcribirte lo que sus creadores dicen al respecto: "La liliria shakespireana se convierte aquí en el País de los Muertos donde reina, acompañada de su sequito de esperpentos. Diña Chivo, dueña y señora del Averno quien, enamorada sin remedio ha raptado a Epifania, supermodelo postmoderna. Al Hades llegan los gemelos al rescate y tras de ellos una pareja absurda de bufones atestiguan sus peripecias mientras una taxista norteña, Caronte revisitado, traiciona por treinta monedas la confianza de su ama infernal y en el rincón, un pescador busca princesas de vuelo poético a su melancolía".
La "neta", Ƒno es una locura deliciosa?
La puesta en escena es igualmente demente y está actuada unicamente por mujeres (10), entre las cuales destacan, en mi optica, Rita Guerrero (vocalista del estupendo grupo Santa Sabina), que lleva el papel de Doña Chivos Carmen Mastache y Magali Boyselle, los "gemelos", sin que esto signifique que sus compañeras no realicen un igualmente buen trabajo. La dirección que obviamente, es correspondiente y responsable corresponde, claro, a otra mujer, Ana Francis Mor.
Locura iniciada hace más de cuatrocientos años por don William Shakespeare en Inglaterra, continuada en México en el siglo XX por Gerardo Mancebo del Castillo y dramatúrgicamente, concluida por Alfonso Cárcamo a la muerte de Mancebo, y plasmada en escena por este grupo de féminas orates en donde se colocaron para hacer una música por demás adeucada, Daniel Hidalgo, Jacobo Liberman y Leonardo Heiblum. "La noche que raptaron a Epifania" es de no perderse y se presenta en el Teatro Julio Castillo (atrás del Audotiro), jueves y viernes a las 20:30, sábados a las 19:00 y domingos a las 18:00 hrs.